Luna de Ceniza y Corazones Salvajes

Capitulo 13: El Regreso a Nerhyn

El amanecer los encontró en el límite del Bosque de los Susurros. Kael, en su forma humana, caminaba junto a Elara, la mano de ella en la suya, una conexión palpable que Thomas y los demás aldeanos observaban con una mezcla de sorpresa y aceptación. El sol, saliendo sobre el horizonte, pintaba el cielo con tonos de rosa y oro, un contraste con la noche oscura de la batalla.

El pueblo los recibió con una mezcla de alivio y confusión. Las noticias de la incursión en la Ciudadela de Acero se habían esparcido, y la visión de Elara regresando, ilesa, escoltada por Kael y su manada, era un espectáculo sin precedentes, y que ningún humano pensaria que iba a pasar en la historia de las especies. El anciano del pueblo, un hombre sabio llamado Alistair, se acercó a ellos con cautela.

"Hemos oído lo que pasó," dijo Alistair, su mirada fija en Kael. "Que la bestia… que el lobo Alfa… nos ayudó." La palabra "bestia" salió con dificultad, una reliquia de viejos miedos, ya que muchos de los ciudadanos del pueblo no han podido asimilar este drastico cambio por el repentino acercamiento y posible alianza entre licantropos y lobos.

"Él no es una bestia, Alistair," respondió Elara, su voz firme. "Él es el que nos salvó a todos."

Kael, con su porte regio y sus ojos dorados, miró a Alistair directamente a los ojos. "Sus hombres fueron valientes," dijo, su voz resonando con autoridad. "Lucharon bien." Sus palabras desarmaron al anciano, y un incómodo silencio se apoderó de la plaza. La tensión era palpable. La paz había sido forzada por una necesidad, no por una confianza genuina.




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