Luna de lobos

Capítulo 16

En cuanto llegamos con los coches, la puerta de la entrada se abre y todos corremos a socorrer a Marcus. La escena es horripilante, Nigel sujeta con el peso de su cuerpo una toalla, empapada en sangre, sobre las heridas de mi tío. Mi hermano está llorando a la par que intenta que Marcus no se duerma, como le ha indicado Kate.

Selene grita al ver así a su padre. Se lleva las manos a la boca mientras se arrodilla a su lado. Kate llora, histérica, sin saber qué hacer.

—Buscad el rastro, los quiero muertos —ordena Everett con voz sombría —¡a todos!

Cuando todos los miembros de la manada iba a dejar el lugar, retengo a Anya.

—Quédate vigilando, por favor, si ahora atacan por sorpresa nos matarán a todos. —ella asiente con un único golpe de cabeza.

En cuanto vuelvo a girarme hacia mi tío veo a Everett evaluando las heridas, con la toalla entre las manos. Veo como aprieta la mandíbula. Me mira de reojo breves segundos antes de volver a mirar las heridas de Marcus. Sus ojos se abren de pronto y a pesar del desastre que tiene frente a él, sangre por todos lados, llantos y desesperación, su semblante se tranquiliza.

—¿Qué? —inquiero.

—Sobrevivirá, pero necesitamos ayuda —los presentes le miramos sorprendidos —os necesito a ambas y a vuestras habilidades y debéis estar concentradas porque no tenemos otra opción —cambiad la toalla y seguid presionando y hablando con él.

Selene se separa de su padre con pesar y los tres nos alejamos hasta sentarnos en el suelo del salón. Everett se tumba boca arriba en el suelo y nosotras unimos nuestras manos sobre su cuerpo. Durante el último mes practicamos la conexión mental con terceras personas. Para nosotras es sencillo transmitir nuestros pensamientos, pero transmitir los de Everett a Anya es otra historia. Se necesita mucha concentración y control de un poder que todavía se está desarrollando, por eso la mayoría de las veces no conseguimos establecer la conexión entre las dos personas de forma correcta.

—Necesito que me dejéis entrar, quiero contactar con una persona que no conocéis, alguien que salvará la vida de Marcus.

Ambas asentimos. En cuanto nuestras manos se tocan nuestra apariencia empieza a cambiar y cuanto más poder concentramos más diferentes somos y no únicamente de forma física, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos... Ahora tan solo sentimos poder y furia.

—Piensa únicamente en la persona con la quequieres hablar —decimos ambas. Nuestros plateados ojos centran su mirada en Everett y olvidan todo su alrededor.

Un fuerte viento empieza a sacudir la estancia donde nos encontramos, la vida a nuestro alrededor empieza a perder brillo para cedernos la cantidad de poder que necesitamos. Varias de las plantas del salón se secan y las que no ahora dejan caer ahora sus hojas sin energía. Everett empieza a elevarse, separándose del suelo, echando la cabeza hacia atrás, pronunciando un único nombre en repetidas ocasiones, llamándola.

—Freya, Freya, Freya...

Su voz va perdiendo potencia hasta que él mismo queda inconsciente durante unos segundos. Detenemos la conexión para evitar que Everett o las personas de la habitación contigua salgan heridas.

—Everett —llamamos —¿lo has conseguido?

Él asiente todavía confundido.

—Están de camino.

—¿Están de camino? —pregunta Kate desde la puerta. Antes de que podamos mediar palabra ella se adelanta —la hemorragia se ha detenido, pero su pulso es débil.

—Freya, Freya y sus hijas estarán aquí en pocos minutos.

—Pero... Freya prometió no volver nunca a Rockhaven.

—Por Marcus haría cualquier cosa, lo sabes bien.

Una lágrima resbala por el rostro de Kate antes de dejar la habitación en silencio.

—¿Quién es Freya? ¿Por qué haría cualquier cosa por mi padre? ¿¡Es que todo tienen que ser secretos en esta mierda de pueblo!? —exclama furiosa Selene —voy a hablar con mi madre.

—Selene —digo yo sujetándola por la muñeca —creo que no es lo que necesita tu madre en estos momentos.

—¿Y lo que necesito yo?

—Puede esperar.

—Estoy harta de esperar —suelta mi agarre de un tirón —suéltame.

Inspiro y suelto el aire con dolor. Las lágrimas que han amenazado con mostrarse desde que ha empezado todo esto empiezan a brotar en silencio. Suspiro y limpio las lagrimas con el dorso de mi mano antes de incorporarme seria. Everett me imita antes de sujetarme cerca de él, de abrazarme con fuerza. Entierro mi rostro en su cuello y me dejo hacer.

—Deberíamos ir a ver cómo está Marcus.

—Pronto mucho mejor, ya están aquí.

—¿Cómo puede ser?

—Son brujas —sonríe brevemente —no sois las únicas con poderes impresionantes.

Las puertas se abren milagrosamente antes de que podamos abrir.

—Siempre le han gustado las entradas espectaculares —murmura mi tía a mi lado.

—Y siempre lo harán. Kate —saluda la desconocida, acompañada de dos personas más.

—Freya.




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