Luna de Lunas

18. Mi padre

Un helicóptero nos espera al momento de salir del avión, mi compañero es instalado por el equipo médico, soy la única que ira con él, los demás irán en otro. nos deja en el plan que hay en la cima de la montaña.  Desde ahí puedo visualizar la imagen que vi, pero esta despejada, no hay lapidas, reja o neblina.

Todos acordamos que nadie diferente a nosotros nos acompañaría. por eso los hombres son los encargados de trasportar el cuerpo de Breisthell y nosotras llevamos el equipo médico básico.

El Alfa de Alfa se encargó de asegurar que uno de los helicópteros se quede en el lugar, solo por si es necesario un traslado urgente del cuerpo de mi compañero. No fue necesario que un piloto se quedará, mi hermano es una caja de sorpresas y él se encargara de pilotear si es el caso.

Bajamos y nos ubicamos en el centro de lo que sé es el camposanto. Me queda menos de 5 minutos, así que doy inicio al ritual. Saco el libro, debo seguir todo al pie de la letra.

Lo primero que debo realizar es la ubicación del cuerpo. Debo situarlo de acuerdo a los puntos cardinales, logrando la alineación de su corazón con la luna. Cada punto cardinal debe ser representado con una de las personas más importantes y representativas que tuvo antes del ataque del hechicero.

Ubico en el oeste (lado izquierdo) al padre, en el este (lado derecho) a la madre, en el sur (pies) Alay y en la norte ira la unión de sangres. Los demás puntos que complementa el plano cardinal, están representados con velas que simbolizan los 4 elementos, aire, fuego, agua y tierra.

Yo no estoy en la línea de personas representativas en vida, pero soy su compañera de vida, por lo tanto, nuestras almas y esencias están entrelazadas, razón que me hace ser la pieza clave del ritual para lograr cruzar el plano astral.  

Los demás serán los encargados de proteger el lugar en el momento que sea necesario.

Continuó según lo indicado. Retiro la piedra de mi collar y lo mismo hace Kaliza, pero sin que este sea retirado de nuestro cuello, procedo a partir las piedras, le entrego a cada uno un trozo de la piedra, y se ubican en su posición. Les recuerdo lo importante de mantener el control de sus lobos y el equilibrio de sus emociones.

Le indico a la Luna de lunas que realice el corte en la palma de la mano derecha de mí compañero, recoja la sangre en la copa y me la entregue. Procedo hacer lo mismo, agrego mi sangre para generar una mezcla homogénea. Doy la orden para que todos se organicen dando la espalda al cuerpo de Breisthell, la única que puede estar frente a él soy yo.

 

Solo tenemos 2 minutos así que enciendo las velas y realizo un corte en la palma de derecha de cada uno de los presentes. Agrego dos gotas de sangre de la copa. Esto garantiza que ellos ingresen al mundo de los muertos conmigo.

Me arrodillo, suspiro y ubico mi mano herida en la de él. Siento como esa corriente eléctrica inicia su recorrido por todo mi cuerpo, la palma de mi mano quema y por la inclinación y apoyo en el antebrazo de los presentes, sé que ellos están experimentando la misma sensación.

Veo como todo el lugar inicia el cambio, ahora es como lo recordaba.

─ ¡Increíble! ─ Todo hasta el momento va bien ─ agrego al comentario cargado de sorpresa de Kaliza al ver que, todos están protegidos por esa luz purpura.

Miro el firmamento, una luz muy opaca esta sobre nosotros, significa que la luna culminó su alineación.

─ Es hora ─ informo, todos hacen un pequeño movimiento de aprobación con sus cabezas, nadie gira, todos saben que no lo pueden hacer.

Giro un poco la cabeza de mi compañero para tener un mayor acceso. Me acerco e incrusto mis colmillos en la base del cuello, bebo un poco de su sangre reclamándolo como mío. Estoy por retirar mis colmillos, cuando su mordida me hace arquear la espalda, succiona un poco de mi sangre, convulsiona y cae, cae de golpe causando que las mordidas sean bruscas.

Observo su cuello y tiene dos arañazos que inicias a sangrar, la sangre que resbala por mi piel, me indica que no solo él tiene una herida mayor a la prevista.

Fijo la vista hacia el firmamento y la pequeña luz desapareció, todo indica que el ritual fue perfecto. En mi rostro se refleja la felicidad de poder cumplir con mi promesa.

─ ¿Debe ser así de calmado? ─ la pregunta del Alfa de Alfas me inquieta, la única vez que estuve en este lugar, casi pierdo la vida, de no ser por mamá Milena, pero ahora todo es muy extraño.

─ No ─ contesto con mi respiración acelerada, veo a mi compañero y este no reacciona ¿algo está mal? Pienso al ver como su herida está desapareciendo.

─ Shyllen ¿eso es normal? ─ Acá nada puede ser normal ─ contesto sin girar.

Una brisa helada recorre mi cuerpo, veo como remolinos de aire se acercan, la neblina es más densa, las lapidas se hunden, las almas y rejas desaparecen.

 

─ ¿Qué te hizo pensar, que todo sería tan fácil? ─ trato de ubicar al dueño de esa voz diabólica que, retumba en el lugar. ─ Pequeña ingenua ─ agrega con risa macabra y arrogante.

Los remolinos de viento se disipan, pero el frio se intensifica.

─ El guardián de almas ─ dice en susurro la Luna de Lunas, pero no denoto asombro, una línea surca sus labios. Su reacción me parece raro, pero no comento nada.




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