26. Que pasen los novios y las novias

Después de que Shyllen entregará el rango de Alfa a su hermano, volvimos para descansar unas pocas horas y dar inicio a los preparativos de la boda, boda que se realizó en menos de tres días. Agradezco a todo el personal dispuesto por el Alfa de Alfas por su ayuda y dedicación, sin ellos creo que nada hubiese sido posible.

Sé que en estos tres años la relación con mi compañero ha sido difícil, los tiempos que compartimos fueron limitados y por las actividades solo nos podíamos ver los fines de semana.

Debo reconocer que los chicos se portaron como unos verdaderos caballeros y lograron controlar a sus lobos, de lo contrario hace rato que en el cuello de mi hermana y el mío las siglas de nuestros compañeros serian el mejor de los adornos.

─ Kaliza ¿no puedes dormir? ─ Pregunta mi hermana sacándome de mis bellos pensamientos.

─ Creo que no soy la única, ya que pareces gusano en hoguera con esa forma de moverte ─ Sé que ella noto la burla en mis palabras, pues no dudo en aventarme una almohada, almohada que tome y regrese sin ser brusca. Fue una noche de insomnio que aprovechamos para hablar de muchas cosas, hablamos tanto que no supimos el momento exacto en el que el sueño nos dominó.

Despertamos rodeadas de flores. El cuarto está lleno de ramos de rosas, girasoles, margaritas y tulipanes. Nuestros compañeros no dudaron en desocupar las floristerías de la ciudad para darnos una última sorpresa en nuestro último día como novios.

Fue una lástima que la mañana y parte de la tarde pasara tan rápido, ahora después de un buen baño llega la hora del gran evento y el corre corre del personal que tiene la misión de ayudar con el arreglo de las novias, novias que deben estar listas antes de las 7 de la noche.

Estoy tan perdida en pensamientos del pasado, pensamientos que por momentos me hacen olvidar que estoy siendo arreglada para mi matrimonio. Observo a Shyllen y creo que ella está igual, hemos vivido una vida similar en la que, la una estuvo para la otra sin excusa alguna, pero desde hoy la vida de ambas tomará un rumbo totalmente diferente.

Es difícil que mis ojos no se cristalicen ante la idea de comenzar una vida sin ella a mi lado, pero entiendo la responsabilidad que como Luna de Lunas mi hermana debe asumir. La observo y está realmente hermosa, lleva un vestido tipo princesa blanco almendra sin mangas atado al cuello, corte v y espalda descubierta. Es decorado con una cintilla verde agua marina en la cintura, su cabello es suelto con ondas suaves adornado con media tiara lateral de flores blancas. Aunque mi vestido es igual, se diferencia por el color de la cintilla, ya que la mía es azul cobalto como mi cabello y ojos.

Decidí llevar el cabello recogido y adornado con un broche de flores blancas. Para mí, era suficiente con llevarle la idea a nuestros hermanos de vestirnos como gemelas para el día de nuestro matrimonio, así que el peinado fue elección de cada una.

Que puedo decir, en este momento siento que tengo cuerpo de gelatina. Todo mi ser es un revoltijo de sensaciones difícil de describir, es algo entre nervios, miedo, emoción, alegría e ilusión ¡En fin! Ni yo me entiendo.

─ Si no te estás quieta, creo que iras con maquillaje tipo guasón. ─ Las palabras que dice mi hermana me traen de regreso a la tierra e ilustran una sonrisa en mi rostro algo asombrada por su comparación.

─ Creo que son los nervios. ─ Contesto insegura y tronándome los dedos.

─ ¿Sabes Kaliza? ─ Mi hermana suspira de manera emocional, dejándome en claro que, pese a la alegría de casarnos, está la tristeza de dejarnos. ─ Cuando peleamos junto a nuestras parejas, pude percibir que ya no éramos solo dos mosqueteras, ahora somos cuatro, porque así debas partir de esta ciudad, siempre contaras conmigo y pase lo que pase no debes olvidarlo. ─ Ahora la que toma aire soy yo. Le pido a la chica que está tratando de maquillarme que se detenga un momento, me levanto y tomo las manos de mi hermana, haciendo que ella repita mi acción.

─ Shyllen, es algo que jamás olvidare, así como espero que tampoco lo olvides. ─ Observo sus ojos verdes aguamarina algo cristalinos, pero continuo. ─ Sé que somos ridículamente, sentimentales, pero en el mundo no habrá mejor hermana que, la que la vida me dio, esa que pese a todo me aguantó, me levantó, me consoló y me amó, como nadie lo ha hecho. ─ Mis palabras son interrumpidas por el abrazo inesperado que ella me da.

─ Y que te seguirá amando. ─ Contesta, y por el tono de su respuesta, sé que está haciendo un esfuerzo enorme para no echarse a llorar sobre mi regazo, así que hablo tragándome mi propio llanto.

─ Creo que debemos continuar con el maquillaje. ─ La retiro lentamente, le doy una sonrisa y agrego. ─ No quiero que mi futuro esposo y cuñado terminen por derribar la puerta ante nuestra demora.

─ En eso tienes razón. ─ Agrega dirigiéndose a su puesto para que sigan con el maquillaje.

─ ¿En qué tiene razón? ─ Pregunta mi hermano Antoine tan pronto ingresa a la habitación, acompañado de Varick.

─ Estas más guapo de lo normal hermanito y tú también Varick. ─ Digo mirándolos divertida por el espejo; pero es verdad, se ven más que bien con esos trajes de gala, también lo hago para evadir la pregunta que hizo, cosa que logro fácilmente.

─ ¡Pero ustedes son todas unas princesas! ─ Observo como mi hermano nos mira maravillado, pero no falta su apunte ─ Es una pena que se casen con esos humanoides manilargos y engreídos.