Luna de Lunas

30. Nunca los abandonaré

Estoy caminando por un prado hermoso. Jamás pensé ver tal paisaje, miles de mariposas adornan el lugar, es algo maravilloso, majestuoso.

─ Kaliza. ─ Escucho una dulce voz que me llama. Creo que proviene de la cascada.

─ ¿Quién me llama? ─ Pregunto dirigiendo al lugar del cual estoy segura salió esa voz.

Antes de llagar, observo como la cascada se divide y las mariposas se juntan. De manera inesperada una figura se forma con las mariposas, es una mujer muy bella.

─ Hola Kaliza. ─ Saluda y puedo decir que su sonrisa irradia paz, tranquilidad y ternura.

─ ¿Quién eres y por qué sabes quién soy? ─ No sé el motivo de mis cuestionamientos, solo sé que ella no es mala, pero aun así tengo curiosidad.

─ ¿No logras descifrarlo? ─ Veo como su sonrisa se vuelve más amplia y con ella a mi imaginación llega la respuesta.

─ ¡Diosa Luna! ─ Digo con sorpresa en lo que hago una leve inclinación.

─ La misma. ─ Contesta de manera calmada.

─ ¿Qué hago acá? ¿Estoy muerta o soñando?

─ ¡Valla que eres curiosa! ─ Dice divertida y agrega. ─ Estas acá porque te pedí venir, y no estás muerta.

─ ¡Ah! Lo cual quiere decir que estoy soñando.

Pero es tan real…

─ Kaliza te pedí venir, porque hoy inicia el pago de todos los que una vez firmaron el contrato con el guardián de almas y la Diosa de la muerte. ─ Levanta su mano para que yo no intervenga. ─ Sé que no debería inmiscuirme, no como quisiera.

─ Pero creo que, no se le da muy bien. ─ Observo como ella eleva una ceja en señal de advertencia. ─ ¡Perdón! ─ Digo para que ella continúe.

─ Si intervengo, es porque tu hija es alguien muy importante en el futuro de todos, si a ella le pasa algo. ─ Pausa, observa la cascada y dice:

─ La profecía no se cumplirá y el destino de todos cambiará de manera drástica, incluso el mío, por eso es mi deber protegerla. ─ Arrugo mi frente como muestra de confusión.

─ ¿Profecía? ─ Es lo último que pregunto antes de despertar.

Tardo unos minutos en reaccionar, la verdad no sé si este sueño sea real o solo eso un sueño.

¿Es broma Kaliza? No entiendes que la Diosa Luna ya nos dio día y hora. No es momento de que el cerebro se te congele. ─ ¡Uhs! Que genio el de mi loba

─ Ya perdón señora armonía. ─ Contesto mediante el link. Creo que Azul tiene razón, es hora de despertar a mi apetitoso esposo.

─ Alay. ─ Muevo suavemente a mi esposo para que despierte.

─ Ummm.

─ Amor, debemos organizar todo, hoy es el día del atentado y todo eso. ─ Le explico de manera resumida en lo que dejo uno que otro beso en su perfecto y marcado pecho.

─ ¿Qué hora es? ─ Pregunta adormilado.

─ Las 6. ─ Digo mirando la hora en el reloj frente a nuestra cama.

─ ¿Te duchas conmigo? ─ Dice y yo afirmo con un movimiento de cabeza

─ ¿Solo ducharnos? ─ Pregunto con picardía.

─ Sabes que no. ─ Contesta coqueto en lo que besa mi frente.

Después de un excelente baño y dos horas muy entretenidas con sesión de sexo incluido, salimos a organizar todo. Lo primero que hago es llamar a Shyllen, pero ella no contesta, decido hablar con Breisthell para que le informe que hoy será el gran día.

Hablé también con Antoine y Varick. No tomaron bien la noticia, pero al final aceptaron todo con resignación.

Creo que parezco un disco rayado, cada que me pregunta, el por qué sé qué todo acontecerá hoy. Mi respuesta es la misma “es una corazonada”.

Mi respuesta es solo una excusa, pero es algo que no puedo explicar, pues fue mediante un sueño en el que la Diosa Luna me advirtió, y no creo que sea algo muy creíble, sin olvidar que dependo de ese sueño para que los planes no se atrofien.

Dejo de lado lo del sueño y me centro en lo que realmente es importante. Saco de un cajón dos frascos con su respectivo antídoto, uno que será para mi hija y otro para Alay y para mí.

El de mi hija solo la dormirá por algunas horas, horas en las que aprovecharemos para llevarla a la habitación, esa que la mantendrá a salvo y en la cual nadie la podrá ver.

La Poción de Alay y mía, nos ayudará para que nuestras emociones no salgan a flote y para que nuestros lobos sean protegidos de cualquier mal.

Sé quién nos va a traicionar, ella es la encargada de hacer el trabajo sucio, ese que la maldita de Sally no fue capaz de hacer con su propia mano.

A mis fosas llega el aroma de mi pequeña, ahora solo espero su llamado.

─ Bomboncita. ─ Sonrió sin voltear ante el saludo de mi hija. Ella siempre dice que soy una miel con ella y todo el mundo, es por eso que decidió llamarme así y no madre.

─ Hola ratoncita. ─ La invito a seguir a la habitación con un movimiento de cabeza. Observo que viene algo agitada, con su hermoso rostro un poco rojo y con rastros de sudor, ese que trato de retirar para que yo no me dé cuenta que estaba entrenando.




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