Luna de Sangre

13. FUNERAL

Vianet permaneció inmóvil y con la espalda pegada a la pared, su corazón palpitaba muy rápido y no pudo quitar sus ojos del cadáver de la niña. Cuando terminaron, Twyler volvió a acercarse a Tifa para darle un beso en la frente.

—Descansa en paz, pequeña Tifa—susurró y luego se dirigió a Vianet y habló con más firmeza—. Deberías salir un momento.

Ella asintió y se apresuró a salir de la recámara, porque ya sabía lo que se avecinaba. Estaba cegada por su interacción con los devoradores que había olvidado que también eran necrófagos y que no solo se alimentarían del alma de Tifa, también de lo que permanecía de su pequeño cuerpo hasta que solo quedaran huesos. Salió de la casa y se sentó en una banca del patio con la respiración agitada, no podía quitarse de la mente la expresión de la niña mientras perdía la vida, como poco a poco la expresión de dolor cambiaba por una que irradiaba paz y tranquilidad pese a las circunstancias por las que había pasado. Escuchó que Twyler mencionó que no sufriría, pero seguía preguntándose si era cierto, aunque confiaba en que así fuera.

Esperó en la banca sentada por varios minutos, Minus tenía un clima frío, el viento helaba y siempre estaba nublado, era un sitio perfecto para los pálidos que no podían exponerse al sol, pero era demasiado frio y lúgubre para el gusto de cualquier otro, incluso para Vianet. Se abrazó a sí misma para soportar el frio mientras los esperaba. Sus dientes castañeaban y sus extremidades temblaban, tanto por los nervios como por el frío.

Poco después vio salir de la casa a los ocho devoradores, ellos de inmediato fueron con Vianet y ella se levantó para recibirlos. Ellos continuaban cubiertos por sus vestiduras, pero aun así Vianet pudo identificarlos por sus voces y complexiones.

—Pareces consternada—dijo Eder.

—No lo estoy, es solo que…

—Nunca habías pensado en nuestra alimentación—dijo Faredi—. Lo sabías, pero hasta este momento te diste cuenta de lo que es realmente y jamás creíste que serías testigo de algo como esto.

—Algo así.

—No siempre lo hacemos—dijo Eder—. Podemos comer cualquier cosa, pero no lo necesitamos. Lo único que nos nutre es consumir un alma, como los vampiros con la sangre.

—Y en ausencia de las almas, la carne lo hace— agregó Faredi.

Vianet cerró los ojos y negó con la cabeza. En su rostro se notó el disgusto que esa conversación provocaba en ella.

—No hablen sobre eso—dijo Andrey—. Es normal para nosotros, pero no para ella.

—Perdónanos—dijo Tate mientras se llevaba una mano al pecho, fingiendo vergüenza y pesar—. Andrey siempre nos recuerda que debemos tener buenos modales, sobre todo con las brujas de un aquelarre que están buscando la forma de matarnos.

Vianet esbozó una falsa sonrisa y se apartó de ellos. Andrey se dirigió a Tate con desaprobación, pero él solo se encogió de hombros e insistió en que no había dicho ni hecho nada para incomodarla. Andrey fue detrás de ella.

—¿Necesitas compañía?

Ella lo miró fugazmente pero no dejó de caminar.

—Si…yo…yo no…no lo sé.

Andrey notó su nerviosismo.

—No te alejes mucho, nos iremos después de la ceremonia.

Vianet se detuvo y dio media vuelta para ver al devorador.

—¿Qué ceremonia?

Andrey se acercó más a ella, miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie en esa zona y una vez que lo comprobó se bajó la capucha, pero no se quitó el pasamontaña. Vianet pudo ver su cabello y ojos en lugar del humo que su vestimenta desprendía cuando la tenía puesta por completo.

—La familia de Tifa organizó un funeral para ella. Twyler accedió a dirigirlo antes de ir a Barakar.

—No creo que quiera estar presente.

—Lo entiendo y no estás obligada a nada, aun así, no deberías alejarte. No conoces este pueblo y los vampiros no confían mucho en los forasteros, por eso no suelen ser muy hospitalarios, incluso si este miserable pueblo ha funcionado como lugar de descanso por años.

Vianet miró a su alrededor, dándose cuenta de que había muchas casas con familias enteras de vampiros. Ella se acercó a Andrey y sujetó la manga de su abrigo, como si con eso se sintiera más segura y lista para huir si fuera necesario, ya que sabía que con solo tomar al devorador de la mano él podría llevarla a otro lugar donde estuviera a salvo, aunque eso implicara volver a sentir la sensación nauseabunda.

—Lo siento—dijo él—. Todo lo que te dijeron no fue por molestarte, es muy…

—Natural y normal para ellos, lo sé. Es solo que todo esto es muy raro para mí, además de que jamás imaginé que estaría en Bloodlaine, rodeada de pálidos chupasangres— Andrey sonrió y eso llamó la atención de la bruja—. ¿Por qué te ríes?

—No tienes que preocuparte por ellos, nunca te lastimarían del modo que estás pensando. Los ciudadanos de Bloodlaine tienen un convenio con los humanos de Seryad, ellos dan su sangre a cambio de las riquezas de los vampiros, que pueden comer lo que sea, pero necesitan la sangre cada determinado tiempo para nutrirse de verdad. Gracias a una de las primeras familias reales, Bloodlaine tiene leyes, ningún vampiro puede consumir sangre sin un permiso y los que cazan son juzgados y condenados, así que nadie te hará daño, por lo menos no aquí. Por eso no quiero que te alejes, porque no sabemos si podría haber alguien cerca que no cumpla con las leyes impuestas por la monarquía vampírica. Y si los hay, eso es un hecho y lo sé porque los hemos cazado por años.




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