Extra 3

Extra 3

El sueño de Bree

Estoy feliz, hace unas horas me reencontré con mi hermano, luego de tantos años separados, por fin nuestra pesadilla terminó.
Amo tanto a Damon, que no quiero separarme nunca más de él, pero una señora muy amable me dice que debo irme a otra habitación para descansar.
Al principio me niego, pero veo que el alfa Owen desea hablar con mi hermano, temo por él, no quiero separarme, pero otro chico que dice ser mi mate, me convence de dejarlos solos.

No lo conozco, pero no le tengo miedo, es como si nada pudiera lastimarme mientras estoy a su lado.
Camino junto a él, por un largo pasillo hasta otra la habitación donde voy a quedarme, me deja en la puerta y promete volver en unos 20 minutos para llevarme a la cocina a que coma algo.
Es muy atento le agradezco y entro a la habitación.

Colocaron en la cama algo de ropa, tanto tiempo viviendo en una cueva y no sabía lo que era estar dentro de una casa, aquí no hace frío, aquí todo esta tan limpio y aquí todo huele bien.
Doy unos pasos y entro al baño, quisiera llorar, es hermoso, todo está tan reluciente que no dan ganas de tocarlo, seguro lo estropearía.
Es ahí que veo mi reflejo, mi apariencia da pena, esa soy yo.
No me lo creo 
Y no es porque sea una chica vanidosa, de hecho ni sé que es la vanidad, para mi un buen baño y el estómago lleno ya es una dicha, pero estoy toda sucia, mi cabello está tan enredado y lleno de tierra y hojas y ni hablar de mi ropa. Seguro ese chico me ayudó por lástima y lo peor es que somos mates, él que es tan guapo y limpio y yo una pordiosera.

Empiezo a llorar, creo que me siento abrumada, hace unas horas yo estaba allá afuera con hambre, frío y sola, ahora estoy en un lugar tan bonito que no creo merecer.

– ¿Bree?

No le contesto al chico esto es tan vergonzoso, seguro hasta huelo mal, no me he bañado en una semana y ellos son lobos, pueden sentir mi peste.
Eso me hace llorar más fuerte, pero de pena. Escucho como fuerzan la puerta para entrar y es de nuevo el chico que me trajo.

– Sucede algo Bree, estas bien. –dice tan preocupado que me siento mal, por causar tantas molestias.
Quiere tocar mi cabello y recuerdo que no me lo he lavado en un mes, lo veo avanzando hacia mi tratando de descubrir si estoy lastimada.

– No me toques, estoy muy sucia. – retrocedo avergonzada.

Ethan me mira confundido, así que le aclaro todo lo que me aqueja, mientras me tapo el rosto con ambas manos.

– Todo está tan limpio, tan pulcro y yo seguro voy a ensuciarlo con mi presencia, probablemente huelo mal y estoy contaminando tu baño y tu casa... y... y...

Escucho su risa y lo miro enojada se está burlando de mí.

– ¡No te burles de mí! le digo mientras hago un puchero.

El me mira sonriendo y con una mueca de ¿ternura?

– Bree eres perfecta y no vas a hacer tal cosa.

– Me estás mintiendo, el espejo no lo hace – digo señalándolo
El mira nuestro reflejo y me mira de nuevo tratando de ver lo mismo que yo, pero solo veo confusión en su rostro.

– Para mi eres la niña más hermosa y fuerte del mundo Bree, lo que tu crees ver en ese espejo no es la realidad.

– No me conoces, soy una hibrida débil y muy cobarde siempre huyendo con miedo de los vampiros.

– Se quién eres Bree, eres mi mate y me hace muy feliz.

– ¿Lo hace? – entiendo que las lunas son las parejas de los alfas, aunque no se porque el querria tenerme a su lado si no tengo nada que ofrecer.

– Si.

– Pero...

– Pero nada, es hora que tomes ese baño y luego vayamos a comer, a partir de hoy soy responsable de ti entiendes bebé.

Lo veo entrar al baño y preparar la bañera con agua tibia y poner sales aromáticas, tan ocupado está en esa tarea que me quito la ropa rápidamente para asearme un poco, no quiero lo necesito. Dejo mi cuerpo desnudo y es algo bueno que aqui la temperatura sea cálida. c
Cuando Ethan me ve parece sorprendido y luego incómodo pues mira a otro lado.

– No hagas eso pequeña. – me regaña.

– Que cosa.

- Desnudarte.

– Siempre lo hice frente a Damon cuando me bañaba. – le oigo gruñir en desacuerdo.

– Hace cuanto fue eso, porque juro que no respondo.

– La última vez tenía ocho.– aunque no recuerdo exactamente, de niños nos bañabamos juntos siempre.

– Eras una niña, menos mal estaba a punto de ir a buscarlo para darle una paliza. – dice de espaldas a mi.

– Porqué, sólo es un baño. – expreso entrando a la bañera, y empezando a frotar mis brazos.

– ¿En serio Bree? – habla exasperado. – No es correcto ahora eres una mujer.

– Entonces ¿es algo malo?

– Solo si lo haces con un desconocido

– ¿Como tú? ...no volveré a hacerlo frente a tí jamás entonces... ve...

– ¡No! ...es decir yo soy tu mate...

– Dijiste que no lo hiciera.

– Si, pero es que me tomaste por sorpresa... Bree yo soy un hombre.

– Y yo una mujer ¿porque tanto lío?

– Pequeña no me ayudas.

– Con Cassy también tomé un baño una vez. – recorde que lo hice antes de la tormenta.

– No es lo mismo, ella es mujer y tu mejor amiga.

– Y entonces cual es el problema.

– Bree.

– ¿Me tallas la espalda? – ya no quería pelear así que lo vi cerrar sus ojos como si pidiera fortaleza.

– No sabes pequeña diablilla lo estás haciendo, pero voy a obedecerte. – dijo tomando el champú y untando en mi cabeza, suspiré de placer, en la vida pequeñas cosas como ésta me daba felicidad, después de todo yo no tenía nada.

– ¿Que pasará con mi hermano? – pregunte con dudas ahora que supe que papá había muerto aun no sabía los detalles.

– Será el nuevo alfa de su manada. – eso significaba que volveria a casa y ya no tendríamos que escapar.

– ¿Me iré con él? – dije con ilusión

– No, tú te quedas conmigo somos compañeros y tú eres nuestra próxima luna.

– Y si no quiero hacerlo. – la verdad no tenía idea de cómo ser una buena luna, eso de que otros dependieran de mi me asustaba. Ademas extrañaba a Damon demasiado y no queria estar lejos de él ahora que por fin nos reencontrabamos.
Ethan detuvo su labor y me miró a los ojos angustiado.