Pero que carajos hace el aquí?! . ¿Me siguió? No, no puede ser por que si lo hubiera hecho me hubiera obligado a volver con el, ¿que hace aquí? Me va a llevarme? ¿Como supo donde estoy?
— ¿que... que va a pedir? — el me mira, y no se por que pero noto un poco de diversión en el, jum le a de causar gracia el miedo que el me produce.
— a ti — sonrie. Y yo me trato de poner firme, enderezó la espalda y el mentón.
— del menú — volteo los ojos, el los entrecierra y puedo ver que su sonrisa sigue allí.
— ¿que me recomiendas? — ay yo que se que le gusta a él, pero el especial de la casa es hamburguesas, pizzas y más comida rápida.
— ver el menú— digo con obviedad. Le sonrio apretando los labios y el se ríe, no se que le parece chistoso, pero yo quería que se le quitara esa cara de jugueteo conmigo.
— mejor sorprendeme , tráeme algo que lo hayas probado y sepa rico — yo me encojo de hombros desinteresada. Camino hacia la cocina para pedirle una pizza con peperoni personal. Cuando ya la han preparado me dirijo hacia el y se lo pongo en la mesa. — una pizza — al parecer por su tono y cara esperaba más, por dentro estoy hasta celebrado por ver su cara desanimada y desinteresada jajajajajaja.
— sabe rico — me excuso, el se encoje de hombros. Yo me dispongo a irme pero el me pone una mano en mi muñeca, yo la aparto al segundo, me volteo.
— diga.
— no quiero comer solo — le hago puchero en forma de burla. Sono como un niño chiquito.
— que pena, debió traer a una chica — le sonrio como burla.
— no quiero salir con otra chica te quiero a ti, ahora y siempre.
—bueno debo de hacer unas cosas así que compermiso — esta vez el no intento detenerme y yo me fui con prisa por que sinceramente su comentario me hizo sentir... bueno mi corazón... bueno no importa , me toco mi cara al sentirla caliente. Niego , no puedo sentirme así por ese maníaco.
Me puse a comer pero sin mucha gana después del numerito que acaba de ocurrir, aun que al final la comida no ayudó de mucho puesto a que estaba helada, volteo los ojos, ¿como no?. Cuando termine de comer y tuve que obligatoriamente salir note que el ya no estaba. Suspiro aliviada. Mucho mejor.
— Isla — me volteo y veo a uno de los meseros. — el cliente te a dejado una propina— levanto la ceja — el último que has atendido — aclara — el alto, blanco, pelinegro— asiento dos veces aclarando qué ya se.
— si, si ya me acuerdo, muchísimas gracias — agarro el dinero y sin ver me lo guardo en el delantal y sigo con mi trabajo. Las horas que me faltaban pasaron rápido así que voy a quitarme el delantal cuando me acuerdo de la propina. Meto mi mano en el delantal y saco el dinero — ¿¡20 Dolares!? — pregunto y digo aun sorprendida — ¿como me dio tanto si es casi lo que le costó la rebanada de pizza? .
Termino de hacer lo que faltaba, salgo del restaurante para irme a casa, ire a pie total no queda tan lejos y así me ahorro el pasaje del autobús, cuando ya estoy cerca no se por que pero tengo el presentimiento de que me siguen. Me volteo para verificar, al no ver a nadie sigo mi camino. Cuando de repente el maníaco aparece al frente mio. Casi se me salen los ojos.
— Isla
— pero ¿que hace usted aquí?
— estoy aquí por ti.
— pues ya se puede ir llendo por que no quiero estar con usted o que ¿me piensa volver a secuestrar? — niega.
— podemos hablar — el mira para todos lados — quizas en otro sitio — uy no.
— olvidelo, no pienso ir a ningún lado con usted — va y me vuelva a secuestrar, este tipo no es de confiar.
— si te hubiera querido llevar ya lo hubiera hecho — el se acerca y yo retrocedo — pero estoy siendo amable y te pido que vayamos a comer a un lugar, el que quieras y así platiquemos.
— ¿de que?
— de todo lo que a pasado, acepta — lo último con el tono que lo dijo parecía una orden. Es mala idea, es mala idea, no aceptes Isla.
— bueno pero hoy no puedo — su cara cambia a enojo, se pasa la mano en la cara como señal de frustración.
— bien — dice apretando los dientes. — ¿que tal mañana?
— no puedo, mañana también trabajo — el se rasca más rápido las cejas.
— ¿es en serio? Entonces cuando? No puedo estar por aquí mucho tiempo, yo tengo una manada que cuidar, y negocios que atender, así no puedo estar aquí por mucho— dice fastidiado.
— pues vuelva y ya — niega.
— no, no es así de sencillo, te necesito. — yo lo miro raro. — sin ti no puedo volver, entiende. — lo ultimo lo dice apretando los dientes, este tipo es un mandon.
— con que ...me necesita
— así es, así qué por que no lo hacemos lo más antes posible? — propone y yo niego
— no, yo no quiero volver allí — va y me vuelva a querer lastimar.
— mira se que quizás no te trate bien — ja si, quizas—pero ... es que entiende tu tampoco a mi y bueno... bueno mira yo no soy un hombre que tenga paciencia, pero quizás y llegamos a algo hablando... o por lo menos eso dijo Marie.
— ¿Marie que tiene que ver?
— ella me dijo que dejara de ser testarudo y que mejor hablara contigo, que hablando se entiende a la gente y más tonterías dijo pero hasta allí llegué a prestarle atención, pero al parecer no está funcionando por que ni tu quieres hablar y yo como te dije yo paciencia no tengo.
Quizás y si le miento diciendole que si vamos a hablar pero luego me hago la tonta y lo dejo plantado seguro que se aburre y me deja por que vamos hay que admitir que a nadie le gustaría que lo dejen plantado, seguro que lastimo su orgullo y zaz qué me deja en paz.
— mañana — trato de decir lo mas segura posible. El levanta las cejas entusiasmado, ja no sabe la que le espera.— después del trabajo.
— bien, mañana nos miramos — asiente complacido y se va. Yo suspiro aliviada, eso de mentir no se me da tan bien pero al parecer a picado.
la que le espera por que yo mañana no voy a trabajar, e cambiado turno con un de los meseros desde en la mañana , así qué mañana solo me relajare en mi casita. Sonrió para mi misma. Camino a casa tranquilamente esperando que ese loco se olvide de mi y así seguir con mi vida como debe de ser.