Estamos en el parque y yo estoy haciendo mi mayor esfuerzo para que no se lo triste y enojada que estoy. Odio que papá me niegue dinero cuando claramente desde que salí del Bachiller e trabajado y comprado mis cosas, pocas veces le e pedido e incluso le e ayudado con dinero para la comida de la casa, el es tan egoísta.
— Owen — le llamo para tener su atención, — te quedaste allí parado — camino hacia el viendo a donde el estaba perplejo. Miro a dos niños como de su edad divirtiéndose. Miro hacia Owen, quizás no le es fácil hacer amigos, esperen el niño que está con la niña se me hace conocido.
— hermana ¿de que vas a pedir el helado? — devuelvo mi mirada hacia el.
— el mismo de siempre ya lo sabes por eso te habia mandado solo pero al parecer te entretuviste — miro hacia la misma dirección notando que esos niños se van juntos a un juego del parque.
— bueno da igual — dice al parecer ¿enojado? Yo lo miro y lo sigo.
— ¡ey! ¿que pasa?.
— uno de fresas y otro de chocolate con vainilla porfavor. — pide Owen. Siento que me observan — miro hacia los lados ¿será Christian? Sonrio. ¿Por que sonreí? — Hermanaaa — miro a Owen.
— dime
— ten — no vamos a unas bancas a comer muestro helado, después de eso le veo jugar y eso distrae tanto mi mente que me olvido de todo hasta que escucho una voz.
— Te vez adorable pareces una mamá viendo a su hijo divertirse en el parque — lo observo. Mirándolo raro por que nunca lo había visto con ropa casual, siempre eran trajes y corbata, mientras que ahora anda una camisa negra, unos jeans rotos de las rodillas color negro - gris e incluso una gorra. — ¿por que me miras así?
— Te vez diferente con ropa casual — se encoje de hombros, hasta me es difícil verle con un gesto relajado.
— hasta te vez más joven, cualquiera te confundiría con alguien... como de mi edad incluso — el sonríe.
— joven ... eh — asiento. agranda su sonrisa — y guapo?
— lo preguntas? — sono como una pregunta.
— si, a ti — me quedo callada.
— Te parezco guapa yo?
— Si — siento mis mejillas arder.
— Gracias — y si que gracias por que no me lo suele decir nadie.
— De nada, ahora responde mi pregunta — vaya ahora si es el, autoritario.
— ¿por que estas aquí?
— por que tu lo estas
— tienes planeado llevarme a la fuerza ahora? — miro a mi alrededor ¿lo haría? Así con tanta gente a nuestro alrededor?
— no
—¿entonces qué haces aqui?
— me haces falta — trago saliva.
— ni siquiera te gustan los humanos y yo soy una. — digo recordando lo que me dijo con asco una vez.
— si pero eres mía — no se por que incluso me agrado que me dijiera eso.
— ya dime que haces aquí.
— no puedo estar sin ti eres mi otra mitad, sin ti estaría muerto.
— no seas así, me preocupas.
— así como? No miento.— me asegura
— tan... romántico. — mira para otro lado.
— así es nuestra especie.
— eso es mentira — vuelve su vista a mi y me mira expectante.
— no por que no me hayas visto en mis mejores momentos no significa que no lo sea ademas no todos seamos iguales.— parece defender a su especie.
— pues lo mismo con los humanos, no todos somos iguales.
— te equivocas, tu no lo eres pero es por que tu corazón late y le pertenece a uno de los cambiantes.
— no es así — no se porque lo dije desconfiada.
— cariño cualquier ser humano que haya pasado... pasado lo que te hice hace días se hubiera asustado o huido de su agresor, pero tu no lo haces ni puedes por que en el fondo sin importar que, tu corazón fue hecho para amarme y el mio para amar el tuyo.
— me niego, si no te denunció es por que no me creerían no por que no quisiera.
— y ¿que fue lo de la madrugada?
— nada — veo sus ojos, parecen cristalizarse, miro hacia otro lado, no me gusta verle así pero tampoco me gusta sentirme mal por hacerle sentir mal. — lárgate Christian.
— ¿segura que quieres que me vaya? — asiento — mírame a los ojos con la misma indiferencia y dimelo — lo miro — si eres capaz de hacerlo sin siquiera pestañar prometo irme de tu vida. — doy un largo suspiro, tu puedes Isla, no lo necesitas , es lo mejor, no es correcto que sientas cosas por alguien que te daño.
— vete, quisiera que te fueras de mi vida — como mis sentimientos por ti. Asiente.
— disfruta tu vida, yo lo haré lejos de ti... buscaré a alguien más para ser mi luna seguro que alguien de mi especie estaría más que orgullosa de serlo más que una humana que ni siquiera sabe lo que es — y tiene razón no se de que me habla pero el saber que habrá otra mujer en su vida hace que mis ojos se cristalizen y mi corazón se estruje. El se va, miro hacia los lados comprobando qué no esté cerca para cuando lo pierdo de vista me siento-tiro en la banca rompiendo a llorar, mi corazón le duele y siento un nudo horrible en mi garganta.
— hermanaaa— me encojo en mi misma y me limpio de una mis lagrimas pero seguro tenia la cara roja — hermana, hermana ¿que te pasa?
— se me metió un sucio en el ojo.
— ese sucio en el ojo no era el chico que estaba de espaldas — abro los ojos sorprendida, Owen se dio cuenta. — hermana — agarra mi mano y se sienta a un lado. — ¿quieres hablar?— niego — porfavor, se que lo necesitas
— no Owen no siempre la solución es desahogarse aveces es mejor guardarse las cosas, pero eso lo entenderás cuando seas más grande, ya mejor vamonos que esta anocheciendo— me levanto.
— pero si apenas son las 4 de la tarde — lo ignoro y camino.
— pues yo me quedo, quiero quedarme — me giro.
— pues quédate, pero si te pasa algo no soy responsable
— claro que lo eres, eres la adulta entre los dos — me encojo de hombros sin importancia y me giro caminando a casa, no estoy para lidiar con Owen bueno no siquiera debería de hacerlo por que el no es mi hijo pero si llegue a tomar responsabilidad por el.
--------