Luna Negra

PRIMERA PISTA DE MI PARADERO

La voz desaparece antes de responderle, ahora he despertado, estoy en un pasillo, no se de que sea, está lleno de moho y húmedo, como si hubiesen pasado años desde la última vez que se usó, al fondo hay una puerta doble, parecidas a las de un hospital en el cual tengo recuerdos borrosos de haber estado antes ahí pero, nunca he estado en un hospital, supongo que mi mente crea falsos recuerdos, vagare por todo el hospital a ver que logro encontrar, llegó a la puerta del otro lado hay una sala, supongo que es la recepción, hacia atrás hay más puertas, no se a donde llevarán… 
Son todas habitaciones, hay algo extraño en una, está la luz prendida, pero solo en esa habitación, adentro hay un hombre con el rostro tapado, no sé quién será o que le este sucediendo, está habitación es distinta a las demás, es la única que está en perfecto estado, no hay moho, parece tener todas las atenciones necesarias para estar en funcionamiento, la puerta está abierta, adentro hay un clima cálido, mientras que afuera de aquí está frío y húmedo… 
-Hola, ¿Qué haces aquí dentro? 
-... 
Parece estar escuchándome pero no me responde… 
-¿Qué haces aquí? Responde, solo necesito saber algunas cosas… 
-… no hago nada aquí 
Me respondió con una voz fría y seca, creo que lleva mucho tiempo aquí… 
-¿Qué estás haciendo tú aquí?... 
-No lo sé, solo desperté aquí dentro y no se cómo salir de aquí… 
Un ruido chillón entro del pasillo y me hizo voltear, cuando regrese la mirada el ya no estaba ahí y toda la habitación parecía llena de moho y humedad, saliendo al pasillo me encuentro con que está ya limpio y pasan doctores por el, ninguno me ve pues nadie me dirige la palabra… 
Entran unos enfermeros con una camilla justo a la habitación de la cual salí, en la camilla va un hombre, empiezo a sospechar que es el mismo que vi hace un momento solo que cuando apenas ingreso aquí… 
-Oiga doctor… 
No, no me escuchaban, solo lo atravesé como si fuera un fantasma, me qué observando a ver qué pasaba, al hombre le pusieron sueros y oxígeno, parecía estar grave, de la nada todo se iba desvaneciendo y entraba en una oscuridad total. Al despertar me encontré en el mismo lugar en donde empecé, la cabaña estaba igual a como cuando desperté la primera vez ahí, temía que todo se repitiera, entré y no había nada de lo que ya tenía, sentí demasiado sueño y me quedé dormido, al despertar salí y mi sorpresa fue que estaba ahí la luna negra, ya no se me hizo sorpresa que fuera así pues ya me había acostumbrado a verla todos los días, me dirigí hacia la puerta oculta afuera de la cabaña y entre nuevamente, todo había cambiado ahora se encontraba solamente un hoyo rascado, aún no estaba terminado, decidí entonces averiguar porqué se encontraba esto aquí y si era mi deber terminar de construir lo que se supone debía estar aquí. Al día siguiente salí de la cabaña y me di cuenta de que la puerta oculta ya no estaba ahí, pero adentro del bosque se escuchaba un ruido, parecían pasos grandes, hacían vibrar el suelo, entré rápidamente a la cabaña en busca de un lugar para esconderme pues no comprendía lo que sucedía allá afuera, no quise asomarme por nada del mundo, parecía una muy mala idea hacerlo, escuché entonces otro ruido como si estuvieran susurrando pero no entendía nada de lo que se escuchaba, me quedé inmóvil y atento a cualquier cosa y cuando menos lo espere me había quedado dormido. Al despertar ya no se escuchaba nada afuera así que salí solo para encontrarme con un gran pedazo de madera tirado, era demasiado grande y tenía forma de la pata de una silla, ahí estaba la apertura para acoplarla con las demás piezas, era una silla gigante de la cual no tenía ni la menor idea de dónde se encontraba. Todo parecía seguir volviéndose aún más extraño aquí, seguí buscando pos varios minutos y al fin detrás de la cabaña había más piezas de la silla, mi nuevo plan era poder armarla, la luna seguía igual, ya casi no le prestaba atención a eso. De la nada empezaba a sentir sueño, era raro porque ya había dormido no hace mucho, entre a la cabaña, solo pude armar la mitad de la silla que aún no sabía a quién le pertenecía, ya adentro de la cabaña note un olor extraño, como si se tratara de madera quemándose, lo extraño era que nada adentro de la cabaña tenia fuego, al dormir entre en un sueño bastante extraño. Me encontraba en una calle que no conocía, había muchas casas, todo se sentía demasiado real aunque sabía que era un sueño, camine por la calle y en cada paso sentía que no tenía final, todas las casas eran parecidas, como si fueran la misma avance corriendo y seguían apareciendo las mismas casas una seguida de otra, no había salida de ahí, entre a una de las casas pero estaba vacía, se veían nuevas pero no había nadie cerca, supuse que las demás casas estaban igual, vacías. Seguí caminando por la calle ya que era lo único que podía hacer. 
 



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En el texto hay: aventura, suspenso

Editado: 02.10.2019

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