Luna Negra

UNA AVENTURA SIN FIN

Seguí las huellas durante algunos minutos hasta que encontré el final, ahí encontré un gran hoyo en la tierra, tan grande y profundo, al fondo escuchaba una voz, esa voz ya la había escuchado antes: 
-¿Qué haces aquí?, te advertí que debías irte de aquí o sino morirías… 
La misma voz que antes me advirtió de mi muerte, pero no me decía nada más que eso, ya no sabía qué hacer, si seguir adelante o intentar salir de aquí, el problema era que no sabía cómo salir de aquí y tampoco en donde estaba atrapado, ni si quiera se esta era la realidad o un simple sueño. 
-Te lo advierto una última vez, sal de aquí antes de que sea tarde o morirás, este no es tu lugar, tú perteneces a otro lado… 
Ya no me atreví a responderle, al final desapareció, no sabía si decía la verdad o si la volvería a escuchar, aun así yo seguiría delante con todo esto, aun si terminara muerto como aquella voz lo indicó. 
Ya había llegado el momento de saltar adentro, antes de hacerlo di una última mirada a mí alrededor, después de mucho tiempo la luna ya no me parecía algo extraño, para mí ya era algo normal, cuando salte sentí algo raro, la misma sensación que tuve cuando estuve en esa habitación, sentía que flotaba en un gran vacío, pasaron varios minutos y aun no llegaba al suelo, quizá ahora si ya llegaría mi muerte, pasaron otros minutos hasta que sentí que me detenía en el aire, no se veía nada ni aunque alzara la mirada hacia arriba, todo estaba oscuro, una luz empezaba a brillar debajo de mí, se parecía a la luz de un foco o una lámpara, poco a poco empezaba a girar hasta que la luz quedo arriba de mí, ahora comenzaba a caer en dirección opuesta como si estuviera regresando, cuando por fin caí todo empezó a aclararse, me encontraba en una habitación demasiado grande, todo era enorme como si me encontrara en la casa de un gigante, escuchaba pasos y voces en otra habitación, yo estaba en la sala, había una chimenea enorme, estaba encendida y me llegaba un calor insoportable, frente a la chimenea un gran tapete rojo, y más atrás un sillón también rojo, todos los muebles eran color rojo, las parece tapizadas con un papel color vino, el suelo de madera parecía ser de roble oscuro, un café tan hermoso que parecía hecho con chocolate, a un lado de la chimenea se encontraba un gran perro de caza dormido, al verlo me asuste pues qué pasaría si llegara a despertar, de inmediato corrí para buscar una salida de ahí pero escuche pasos de la cocina viniendo a donde yo me encontraba y me escondí debajo del sillón, era un gigante, se acercó y se sentó en el sillón, después de un rato se quedó dormido frente al fuego de la chimenea, yo me sentí un poco aliviado por eso, ya podría buscar una salida de ese lugar, cruce por debajo de una puerta pero me llevo al baño, intente salir de ahí pero cuando lo iba a lograr se abrió la puerta y tuve que esconderme detrás del lavamanos, ya que tenía un gran pilar deteniéndolo, así no podrían encontrarme, no ponía mucha atención a lo que pasaba pues lo único que quería era salir de ahí, saber que estaba pasando, ¿acaso había entrado en un sueño más?. Era difícil diferenciar un sueño que lo que parecía ser la realidad ya que todo se parecía, cuando el gigante salió del baño espere a que se dejaran de escuchar sus pisadas para poder salir, me asome por debajo de la puerta y ya no estaba cerca así que salí a seguir buscando la salida, en frente del baño había otra puerta, debajo de esa salía un brillo algo intenso, supuse que era el brillo del sol así que corrí hasta llegar allá pero nuevamente escuche pisadas, era el gigante del sillón, había despertado, a un lado de la puerta había una enorme planta, me escondí en la parte de atrás del florero pues era demasiado alta como para subir, el gigante se levantó y dio unos pasos, levanto algo que estaba a un lado de la chimenea, era una escopeta de caza, levanto al perro y se dirigían a la puerta, en el fondo se escuchó una voz: 
-Regresa temprano para cenar… 
El gigante respondió: 
-Eso hare querida, no quiero que mi cena se enfríe de nuevo, la carne de los humanos deja de tener sabor una vez fría… 
¿Humanos dijo?, decidí no quedarme mucho tiempo ahí. Su perro comenzó a ladrar a la planta en la que me escondía: 
-Guarda silencio perro tonto… 
El perro no se callaba hasta que el gigante le dio un golpe y le grito aún más fuerte, abrió la puerta y los dos salieron. En ese momento me nació una pregunta, ¿para qué quería una escopeta tan grande si iba a cazar humanos?, me llego a la mente seguirlo para saber en que ocupaba una escopeta. 
 



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En el texto hay: aventura, suspenso

Editado: 02.10.2019

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