Una joven de 20 años, al fin consiguió lo que deseaba, quedar
embarazada del hombre que fue dada y que amaba.
En esos tiempos, las chicas jóvenes, eran dadas a hombre de bien. Para
que pudiera formar una familia, pero el caso de aquella joven, no fue dada
a cualquier noble sino a un duque de aquel pueblo.
Feliz la pareja dieron la noticia, pero la duquesa fue decayendo con el
embarazo, los doctores asían lo imposible para ayudarla, pero empeoraba
cada vez durante su embarazo, aun ella pusiera de su parte.
-Lizzen debes descansar-dijo su esposo preocupado.
-Es que estoy agotada de estar en cama-dijo como una niña en su
berrinche, mientras comía.- mi duque ¿podría pedir un poco de carne
acabada de cortar sin cocinar?-pregunto, este la miro algo sorprendido.
-Querida pero, eso podría caerle mal a los bebe.
-Pero es mi antojo-se quejo.
-Y acabaste de comer.
-Anda duque lo necesito – experto casi moleta.
-Bien –dijo ya cansado.- con esos apetito que te entra de vez en cuando
me está asustando.
Aquella noche entro en contracciones gritando de dolor, el duque llamo
una de las criada que sabía de esos casos, nadie pudo dormir toda la
noche, aquel día nadie lo olvidaría pues aunque las niñas nacieron sana la
madre no sobrevivió.
Las niñas no se parecían, pues una era de piel canela y ojos negros, y
cabello castaño, como su padre, pero la otra era de piel blanca tanto que
no podía tener la mano presionada en ella pues dejaba marca, sus ojo
entre azul y morado y el pelo negro y unos labio rojo, no se parecía a nadie
de aquella familia.
padre estaba sorprendido por aquella niña suya, se preguntaba cómo era
que aquello ocurría, al mirar el cuerpo de su mujer, se dio cuenta de que
esta estaba tiesa, blanca y los labio morado, parecía ceca y se dio cuenta
que su mujer viera muerto.
El duque estuvo sufriendo, pero trataba de que frente a la niña no lo
pareciera, esta dormían junta sin querer separarse, muy unida. Las niña
fueron creciendo felices, su padre se mostraba feliz.
A la edad de nueve años, las niñas empezaron con su clase de etiqueta, el
duque se enorgullecía de sus pequeñas, el duque empezó a salir mas y
conoció una joven rubia de ojos azules y pronto quedo prendado y el
duque decidió casarse.
Las niñas se mostraban educadas, ante la nueva duquesa Elaine, la nueva
duquesa tenía el corazón lleno de envidia y avaricia y una de la niña lo
noto desde el principio, eh trato de mantener a su hermana lejos de su
madrastra.
-Dariamna, por favor escúchame, mantente alejada de ella –dije mientras
tocaba el rostro de mi bella hermana menor. –te amo y no quiero perderte.
-Briamna que dices es nuestra madre, ella no podría hacernos daño-dijo
riendo.
-Se que no me entiende pero ella no es de fiar.
-No sea paranoica y vamos con nuestro padre que no espera.
- Bien pero no te aleje –ella asistió sonriendo.
-Duque duchess permítame, entregarle la invitaciones del baile del príncipe
moliere-dijo en tono firme.
-claro sir Burke- dijo mi padre este levanto el rostros y miro aquello
maravilloso ojos marones hipnotizadores y sus labio rojo hasta que nuestra
visión fue interrumpida por mi padre.- sir Burque le presento a mis hijas,
niñas el es el primo de el príncipe.
Los tres asemos una reverencia sonriendo, pero lo volví a ver me
encantaba mi hermana me toco de forma discreta para que lo dejara de
hacer.