Aun haiga Tormenta

A pasado dos años desde que tengo a mi pareja conmigo, me he comportado, pues no quería decepcionar lo, he trabajado duro, para comprarle de todo, además de que tenía un sobrino, quien era una criatura preciosa, Leo se la pasa más en el castillo y el trabajo que en su casa, me alegraba que tuviera conmigo, pero últimamente parecía cansado, y más pálido de lo normal, mi hora de salir llego debía de ir a recoger a Leo.

-Cariño con calma él no se molestara porque llegues uno minuto más tarde –me hablo madre, la miró apenado –tranquilo, se que está desesperado pero tómalo con calma, no te dejara –me dijo sonriendo, mientras tocaba mi rostros.

-Me voy madre –dije apartandome tranquilo.

-Que te vaya bien –me grito aun iba lejos.

Conduje a su casa, me parquie. Salí fuera, mirando la casa, sus padres estaban allí, hablando de que encontraban extraño a Leo.

-Ya llegue Leo, tenemos cita con el doctor –le dije, con calma ya que me podía escuchar.

-Ya voy –dijo y lo escuchar correr –me voy –les dijo a sus padre quienes iban a llamarlo pero al ver lo rápido que iba salieron detrás del, él corrió a mí y dejo que lo cargara dejando a sus padres sorprendido –hola amor –dijo besándome.

-Hola cariño es hora –le dije sonriendo –le abrí la puerta –los has hecho a posta.

-Un poco si –dijo sonriendo subiendo, mire a sus padre quienes estaban sorprendido, pero su padre me fulminaba con la mirada esperaba que no fueran como lo mío, le medio sonreí y subí a mi coche.

Conduje a el hospital, luego de hacerle la prueba, teníamos que ir al otro día por lo que fuimos por un helado, aquella noche Leo no regreso a casa si no que se quedó conmigo, luego de trabajar, fuimos por lo resultado, junto, cuando lo abrimos que vimos lo escrito, un bebé, Leo se echó a llorar, y yo sonreí, mientras lo abrazaba el doctor nos felicito, un tanto incómodo y sorprendido, nos fuimos con los exámenes, mire a Leo.

-Que ocurre Bradley tiene rato que me mira y no me dice nada –dijo el serio.

-Cariño quiero casarme contigo –dije y él me miró sorprendido.

-Enserio.

-Sí pero quiero que sea lo más pronto posible –dije.

-Que tal, irnos a la vega y hacerlo allí –me habló, en el oído.

-Si –dije y conduje hacia el aeropuerto, pague por un boleto.

Una vez estuvimos allí, fuimos por una habitación, y pedimos unos traje, blanco y negro eran casi parecidos al que usamos para la graduación, salimos de allí para dirigirnos a unos de eso casamiento gay rápido, entregamos nuestros documentos y firmamos el papel matrimonial.