Narrador omnisciente
Después que Bree se marchara en compañía de Ivy, su esposo tuvo que buscar en que ocupar su tiempo y volvió de regreso adentro.
El Beta por otro lado estaba ocupado discutiendo por tercera vez con Lara, cuando sin querer mencionó que le gustaría que intentaran ser padres, estaba emocionado con la idea de tener una versión mini de ambos.
Ian era un chico hogareño, le gustaba mucho la idea de crear su propia familia, no tenían problemas de ningún tipo, la familia de ambos gozaba de un buen estatus económico, la manada era un lugar pacífico, no habían enemigos de los cuales temer, gozaban de muchos beneficios además ellos tenían su propia preparación, el beta era la mano derecha del alfa un puesto más allá que solo dar órdenes se trataba de ayudar a administrar las riquezas de la manada, en cuanto a Lara ella era bohemia, adoraba la música y tenía altos conocimientos de economía aunque siempre quiso ser artista pero sus sueños se vieron truncados con todo lo que sufrió su hermanita menor y entonces la familia entera giraba en torno a Jessie. No era algo particularmente malo sin embargo ella se había quedado a medias sin una carrera que amara.
Su padre era rico pero ella no quería depender de él, tampoco deseaba hacerlo de su compañero, lo peor es que ni siquiera ella sabía que quería hacer con su vida, era muy difícil para Lara elegir cuando se sentía preocupada por sus hermanas y sentía la obligación de cuidarlas.
¿Cómo podría pensar en cuidar a otro ser vivo?
Ella era un desastre andante, pero su mate no lo entendía y por una mención inocente empezaron la pelea que ahora su fiel compañero afrontaba con toda la paciencia posible.
Por otro lado Tyler hablaba con su padre quien estaba preocupado por su hijo que llevaba tantos años solos, no había vuelto a salir con ninguna mujer después de la ruptura con Natty.
Su hijo aún estaba herido, y se había dedicado a ayudar a otros olvidándose de si mismo. Owen amaba a sus hijos, lo único que deseaba es que ambos fueran felices y estaba seguro que Tyler no lo era aunque intentara aparentar lo contrario.
Su esposa Amanda le apoyaba desde el otro lado tomando la mano de su esposo, ella también deseaba ver a sus hijos felices y sabía que Tyler amaba a Jessie, sería más fácil si iba tras ella para intentar recuperarla pero la familia no querían nada con su hijo a pesar de que fue la misma Jessie la que rompió con él.
Porque las personas se complicaban la vida de ésa manera, ambos estaban enamorados y heridos, lo mejor era darse la oportunidad de sanar juntos. Amanda y Owen no podían quejarse de los hijos que criaron Selene fue maravillosa, Ethan era un gran chico y ahora alfa de la manada y Tyler un joven involucrado con obras benéficas y en pro del desarrollo de la manada.
Pero nada era perfecto, el dolor de perder a su hija estaba latente a pesar de pasar cinco años y la soledad de Tyler estaba lejos de terminar. Él nunca sería feliz en brazos de otra de eso estaban seguros.
Muy lejos de ahí el tercer chico lobo, James estaba con sus hijos llevando una vida relajada en la cabaña, mientras Cassy preparaba el almuerzo él atendía a sus cachorros, eran la razón de su existir ahora los amaba con todas sus fuerzas y a pesar que era un trabajo difícil el ser padres no lo cambiaría por nada.
Sol era la pequeña princesa de la casa ése nombre representaba la luz que trajo a sus vidas cuando nació, Brandon y James Jr. eran muy juguetones y sobreprotectores con ella por orden de su padre.
Las mujeres de su casa eran intocables y por ello desde pequeños les enseñaba a siempre tratarlas como princesas.
Por otro lado no muy lejos de ahí un enemigo se movía con sigilo ésta vez con un arma poderosa que empeoraría la vida pacífica de los habitantes de luna hechizada y luna nueva y porque no agregar del mundo licántropo mismo.
Las tierras de Adam el fundador de la primer manada en américa se dicen estaban malditas y dicha maldición alcanzaba a todos sus descendientes hasta que hubiera alguien capaz de destruir con la terrible equivocación cometida mil años atrás.
En cuanto a Ethan, el alfa estaba en su despacho hacía tiempo que las cosas estaban en paz, no habían preocupaciones y el futuro les sonreía, todos estaban formando familias, Ian también deseaba casarse, James les llevaba la delantera y lo mejor no habían enemigos.
Ahora era el Alfa de Luna Hechizada también un hombre casado, había muchas cosas que deseaba hacer todavía y al lado de su luna todo parecía posible.
Pero siempre que estaba solo en aquel lugar buscaba en el cajón escondido una caja que lo conectaba con el pasado y que tenía pequeños tesoros valiosos por su valor sentimental.
Ahí estaban recuerdos de infancia: una medalla que le ganó a Ian en una carrera recordó que era una pequeña competencia escolar y la primera cosa que ganaba con su propio esfuerzo a la tierna edad de ocho, un mechón de cabello rubio de mamá que le obsequió una vez que sus padres iban a otras manadas. Lo cierto es que él era muy apegado a su madre y tenía miedo de quedarse sólo así que ella le obsequió el mechón para que no temiera, que una parte de ella siempre estaba con él.
Y el tercer objeto era la foto de Selene, siendo una bella adolescente de 15 finalmente una flor escondida dentro de una hoja de papel.
La flor estaba bien preservada a pesar de los años y el papel éra una carta de amor para la bruja, ambos objetos nunca fueron entregados a la chica que le gustaba en aquel entonces.
Selene era mayor que Ethan pero eso no impidió que el pequeño alfa se fijara en la ella, fue un enamoramiento inocente, pero con el tiempo él entendió que sólo era admiración.
Era la única fotografía que tenía de ella una jovencita rubia, de mejillas sonrosadas, labios gruesos, delgaducha que siempre pensó no ser atractiva para nadie, pero que se convirtió en una mujer.
Para Ethan ella siempre fue hermosa.
Se dedicó tanto a ser la mejor bruja y proteger a la manada que hasta perdió la vida por ellos no habían palabras para expresar cuanto le agradecía y cuanto la amaba.