Luna nueva.

Capítulo 18

James

No sé qué clase de juego es éste, yo estuve ahí cuando sacaron su cuerpo del consejo hace cinco años, él hombre que usó nuestro consejo a su antojo que asesinó a manadas enteras y manipuló a otros alfas.

Víctor

El líder de los cazadores esta frente a mi, con una sonrisa triunfal.

– Se lo que estás pensando, todos se lo creyeron. Que un simple suicidio acabaría con todo lo que soy.

Es verdad en el pasado cuando lo descubrimos se suicidó antes que llegaramos ante él como un cobarde y asi no pagar por sus crímenes en contra de todos los que asesinó.

– ¿Cómo es posible? ¡tú estabas muerto!

No habría forma en que pudiera vivir, su herida era profunda, no tenia pulso no había manera que sobreviviera ningún médico por bueno que fuera hubiera podido revivirlo.

– Nunca lo sabrás... James. – el que supiera mi nombre me preocupó y traté de no demostrarlo.

En otra vida el y yo jamás nos conocimos frente a frente lo sé porque Ethan me lo dijo ésta rata era buena escondiendo su rastro.

– ¿Qué es lo que quieres? – la incertidumbre se apoderaba de mi cuerpo, estaba herido, atado y mi mujer no estaba conmigo.

Su sonrisa me desconcierta, esta vivo y e tiene a su merced eso significa peligro para todos nosotros.

– Lo que siempre quise, acabar con ustedes... admito fue mi error subestimarlos. Pero ustedes también me subestimaron a mí.

– Ethan va a detenerte, ya lo hizo una vez y ésta vez no será distinto. — Grité fuera de mi mismo lastimándome en el proceso – Pudimos contigo escoria lo haremos de nuevo. –

– Lo sé, y no me molesta admitir mi derrota fue tan sólo batalla perdida pero aún no termina la guerra y tú vas a cooperar conmigo.

Solté una risa sarcástica, estaba loco si creía que yo iba a traicionar a los míos ni en un millón de años.

– Púdrete Víctor. – le dije con todo el odio que pude reunir.

– Ahh pensé que lo dirías, pero no me sorprende sé que nunca lastimarías a los tuyos, pero que tan importante es para ti la mujer que viajaba contigo.

Mi sonrisa se desvaneció, mi mundo se detuvo, la rabia tomó control de mi cuerpo y empecé a forcejear con las esposas.

– Toca a mi mujer maldito y te juro que... – no pude terminar de hablar hasta que la ví llegar.  –¡Cassy! – llamé con desesperación.

– Es tu compañera ¿no es así? sabes escuché una historia de un lobo imbécil que borró su aroma para no ser encontrado por su mate, irónico porque la encontró de todas formas, llevo meses esperando a que salieras de tu madriguera y por fín lo haces, tu invocaste un hechizo interesante, y por ello te necesito para un trabajo en específico.

Mientras Víctor hablaba sólo podía ver a mi mujer, tenía la misma ropa puesta, su camisa tenía manchas de sangre, estaba golpeada con hematomas en su rostro, tenía roto el labio, había una venda en su brazo izquierdo y cojeaba al caminar.
Estaba seguro que el impacto había sido demasiado fuerte, incluso siendo lobos, con nuestro poder de regeneración, estábamos en problemas.

Pero lo que más me preocupó, fue su mirada vacía, ella estaba perdida, no parecía inmutarse por verme ahí atado, o por tener a ése cazador a su lado.

– ¿Estás escuchándome? ahh veo que no es muy importante para ti esta mujer. —
Victor tocó el rostro de mi mujer y apretó el hombro izquierdo haciendo que Cassy soltara un quejido de dolor.

– ¡Maldito! – bramo furioso.

– Sabes James tu y yo nos llevaremos muy bien, verás he comprendido que hacerme pasar por ustedes no fue suficiente, jugar con sus mentes y manipularlos tampoco lo fué. La magia no es suficiente para acabarlos por ello tenía que encontrar otro método.

– Yo nunca traicionaré a mi manada. – pero el maldito golpeó a mi mujer en el brazo – DESGRACIADO. –

Mi Cassy solloza de dolor en silencio con la mirada gacha, sus lágrimas cayendo silenciosamente al piso sin que yo pueda hacer nada para protegerla y eso me mata por dentro también.

– Lo sé, sé que aun cuando ésta mujer significa todo para ti, buscarías la manera de advertir a los tuyos, a menos que...

De la nada Víctor fue a un lado del lugar y empezó a mover cosas, no me importo que hiciera cualquier cosa conmigo, que me torturara o asesinara me daba igual yo quería que ella se salvara y buscara la manera de escapar la mirada de mi nena seguía en el suelo.

– Cassy, mi amor mírame. – Supliqué, ella no lo hacía y me preocupaba acaso tenia miedo estaba congelada por eso. No mi lobita era valiente y un humano como Víctor no lograría quebrarla – Cassy por favor nena dime algo. – pero no reaccionaba.

El cazador volvió a posicionarse frente a mí tapando a mi mate que retrocedió sumisa sin siquiera verme.

– Vas a matar a los alfas Ethan y Damon. – dijo Víctor que regresaba con algo en las manos no estaba seguro que era.

– Estas loco. – respondí

No había manera que yo hiciera algo así, jamás dañaría a mi alfa o a Damon.

– Sabes, tu deseo al final no fue una total pérdida, nadie puede rastrearte ni siquiera los tuyos eres el asesino perfecto, y vas a ser mi nueva mascota, sólo necesitas un empujón. –

Al momento de ver lo que Victor tenía en sus manos, lo entendí todo, el comportamiento de mi mujer y porqué creía que yo lo ayudaría.

– ¿Te gusta? la nueva adquisición de los cazadores la CH1NO4, una droga que anula tu voluntad, y te obliga a obedecer.
No importa que tan fuerte seas James igual vas a hacer lo que te diga te guste o no, esto sólo es una pequeña prueba pero tú me vas a conseguir más.

– ¡Maldito seas! ellos no van a caer, tarde o temprano te van a descubrir.

Grite fuera de si, en el fondo tenía miedo de que la droga entrara en mi torrente que sus palabras fueran ciertas y yo obedeciera sus órdenes de hacerle daño a mi primo.

Ethan y toda la manada estaban en peligro y yo no deseaba convertirme en su asesino.

– Ahora ya no tienen a su maravillosa bruja, hasta donde sé ella SI está muerta. – sentí el pinchazo de la aguja en mi brazo el ardor en mis venas fue inmediato.




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