Bree
Hablé con Sonya antes de marcharme era libre de acompañarme despues de como mi hermano se comportó, pero ella no deseaba dejarlo me dijo que aunque Damon se negara ella no iba a dejar de intentar hacerlo entrar en razón.
La abracé en agradecimiento además me dió esperanza ella podía darme tiempo para buscar ayuda yo no sabía que hacer para detener a Damon pero seguro Ethan si lo hacía asi que fui a mi auto, subí con tantas cosas atoradas pero luché porque la loba no lo notara.
La distancia entre una manada y la otra era de unos veinticinco minutos en automóvil necesitaba hablar con mi esposo y pedirle de nuevo me salvara porque me estaba ahogando.
Mi corazón dolía y tenía un nudo en la garganta Damon nunca me habia hablado de esa manera jamás había sido duro conmigo y tampoco lo reconocí su mirada era gélida y me gritó con tanta furia que es como si me culpara de dejarlo solo.
¿Era cierto? se pueden decir cosas hirientes cuando se esta sufriendo pero en el fondo parecía el reclamo sordo que Damon se había guardado de mí por años.
Era esa la imagen que tenía de nosotros, ¿era yo esa mala hermana que describió?Durante gran parte de nuestra vida y niñez siempre fuimos unidos y a pesar de todo cuando nos reunimos y nuestro padre murió mi mundo fue perfecto porque ambos éramos libres.
Me estremeci al verlo, al ver como estallaba de ira y su mirada me aniquilaba reclamando lo poco que yo influía en su vida. No era mi Damon era alguien que estaba naciendo de su dolor y que volcó sus mejores golpes en quien estaba cerca.
El problema es que no pude resistirlos y por eso huía en búsqueda de otra persona que sí lo hiciera, mi eterno escudo.
Me sentí una inútil en ese momento y lo hago ahora por buscar refuerzos para poder ayudar a mi propio hermano porque yo no era suficiente.
Sentí correr lás lágrimas por mi rostro algún día dejaría de sentirme así, tan irrelevante al lado de los hombres que amo. Ethan o Damon no me necesitan soy un simple y bonito adorno porque cada vez que el día está en peligro quienes salvan el día son ellos y yo solo sirvo de espectadora.
Había llegado al límite mirando por el espejo a una chica que empezaba a sentirse miserable.
Me detuve a un lado de la carretera y empecé a llorar abrazándome a mí misma quería hacerlo hasta quedarme seca, gritar hasta quedarme sin voz y golpear algo hasta lastimarme las manos; quisiera borrar todo el dolor de mi hermano, borrar los años que nos quitaron juntos y volver a ser aquellos niños que solo deseaban un poco de amor.
Aún en medio de mi llanto tenía miedo por Damon, no queria verlo convertido en un monstruo, la copia de Drack. Simplemente no podía ser me negaba a aceptarlo no quería que se convirtiera en un desalmado como nuestro padre.
Sorbí la nariz y limpié mis lágrimas debía ser fuerte aún cuando él haya sido tan duro, aún cuando el dolor no se iba de mi pecho debía hacer un esfuerzo por salvar la vida de ésa familia. Damon no se lo perdonaría si llega manchar sus manos con sangre de inocentes.
Me tomé unos diez minutos para poder controlarme, miré por el espejo mi imagen no quería que Ethan se diera cuenta de mi estado en ése momento yo no importaba.
Iba a emprender de nuevo el camino hasta que vi frente a mí a mi mejor amiga, casi hermana: Cassy
Sonreí sin poder evitarlo, era una persona que necesitaba en este instante no lo pensé dos veces, me quité el cinturón de seguridad bajé del auto y corrí a su lado.
Damon
Bree se había marchado, escuché su auto alejarse estaba molesto y no sabía si con ellos o conmigo mismo la cabeza me palpitaba al escuchar las voces de mis demonios internos.
Un toque suave en la puerta y puse mis ojos en blanco aunque permaneciera en silencio su aroma era familiar.
No me gustaba tener esta opresión en el pecho nunca había sido cruel con Bree, pero ahora yo era una bestia herida, traicionada y peligrosa podía dañar a mis seres queridos.
Era mejor asi trataba de convencerme que mantener alejada a mi hermana de la maldad que empezaba a tomarme era lo mejor.
otro toque más
Sonya no se daba por vencida, en parte agradecía su lealtad; su hermana y la mía intentaron que se fuera de aquí más de una vez pero se niega a dejarme.
Cuanto tocó por tercera vez, la escuché suspirar después de un "no me iré de aquí" escuché ruidos.
No se había movido, su olor me lo indicaba fuí a su encuentro y abrí la puerta estaba sentada en el suelo.
— ¿Pensabas pasar la noche ahí? — pregunté incrédulo.
— A Ella no le hubiera gustado que te dejara solo y yo tampoco creo que sea correcto.
Sus palabras son un duro golpe para mí, tener que recordar que perdí a mi mejor amiga y beta era prueba de mi incapacidad como alfa.
No tuve palabras para responder, Ella lo notó y me se levantó del piso a abrazarme.
Sonya no dijo nada, era un lenguaje que teníamos sólo ella y yo.
— Estoy aquí Damon yo también la extraño, pero estoy segura que no le agradaría verte hacerle daño a otros.
Su toque me calmaba, siempre lo hizo de alguna manera y sus palabras calaban hondo en mi ser, pero estaba demasiado enojado para que ella me entendiera.
Nadie en mi manada sabía de los cazadores que se atrevieron a entrar por la puerta grande, que mi compañera era una cazadora que seguro vino por mi cabeza y se burló en mi cara junto a su padre, que probablemente Marcos era un vendido y matar a Lyca no supuso un inconveniente para él, que estuve ciego por una mujer y descuidé a los míos y que si no ponía un castigo ejemplar corria el riesgo de tener más traidores.
— Necesito estar sólo Sonya. — dije mientras la tomaba de los hombros y hacia que me mirase, alejándo su calidez.
Ella me acarició el rostro, su toque era mágico porque no podía solo amarla a ella, porque el dolor de la traición de Alana y la muerte de Lyca estaban quemándome por dentro.