Luna Roja

< Capitulo 6 >

En medio de la guerra que se libraba contra Donatella, una nueva batalla comenzaba a gestarse en el interior de Vanessa Robles. Una batalla contra sus propios deseos, contra la atracción irresistible que sentía por Hugo Rangel.

Desde la muerte de Paulino, Hugo se había convertido en el confidente, el protector y el aliado más valioso de Vanessa. Pero su relación era más que profesional. Había una tensión palpable entre ellos, una chispa de deseo que amenazaba con encender un fuego incontrolable.

Vanessa luchaba contra esta atracción. Sabía que era peligrosa, que podía comprometer su poder y su posición. Pero cada vez le resultaba más difícil resistirse a los encantos de Hugo.

Hugo era joven, guapo y carismático. La admiraba, la respetaba y la deseaba. Sabía cómo hacerla reír, cómo hacerla sentir poderosa y cómo hacerla olvidar, aunque fuera por un momento, el peso del mundo sobre sus hombros.

Una noche, después de una larga jornada de trabajo, Vanessa y Hugo se encontraban solos en el penthouse. La tensión entre ellos era más fuerte que nunca.

Gracias por todo lo que has hecho por mí, Hugo–. dijo Vanessa, con voz suave. –No sé qué haría sin ti.

Hugo se acercó a ella y le tomó la mano. –Haría cualquier cosa por ti, Vanessa– respondió. –Sabes que te quiero.–

Vanessa sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sabía que Hugo estaba a punto de besarla. Y sabía que quería que lo hiciera.

Cerró los ojos y se inclinó hacia él. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, un beso que liberó todos los deseos y anhelos que habían estado reprimiendo durante semanas.

El beso se intensificó rápidamente. Vanessa se aferró a Hugo, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo. Se olvidaron del mundo exterior, de la guerra contra Donatella, del peligro que los acechaba en cada esquina. Solo existían ellos dos, en ese momento, en ese lugar.

Se separaron jadeando, con los rostros enrojecidos y los corazones latiendo con fuerza.

No deberíamos hacer esto, Hugo– dijo Vanessa, con voz temblorosa. –Es peligroso. Puede comprometer todo lo que hemos logrado.–

Lo sé– respondió Hugo. –Pero no puedo evitarlo. Te deseo, Vanessa. Te he deseado desde el primer día que te vi.–

Vanessa lo miró a los ojos. Sabía que estaba diciendo la verdad. Y sabía que ella sentía lo mismo por él.

Yo también te deseo, Hugo,– dijo. –Pero no podemos permitir que este deseo nos controle. Tenemos que ser fuertes. Tenemos que mantener la cabeza fría.–

Hugo asintió. Sabía que Vanessa tenía razón. Pero también sabía que no podía prometerle nada. La pasión que sentía por ella era demasiado fuerte para controlarla.

Se besaron de nuevo, esta vez con más urgencia y desesperación. Se abrazaron con fuerza, sintiendo el calor de sus cuerpos mezclarse en un abrazo apasionado.

Pasaron la noche juntos, entregándose a sus deseos y olvidándose de todo lo demás. Fue una noche de amor y pasión, una noche de éxtasis y olvido.

Pero al amanecer, la realidad volvió a golpearles con fuerza. Sabían que su aventura era peligrosa, que podía tener consecuencias devastadoras. Pero no podían evitarlo. Estaban atrapados en una red de deseo y peligro, una red que amenazaba con destruirlos a ambos.

A partir de esa noche, su relación se transformó. Ya no eran solo socios, ni solo amantes. Eran algo más, algo más complicado y peligroso. Eran dos almas atrapadas en una tormenta de pasión, una tormenta que amenazaba con consumirlos por completo...



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En el texto hay: mafia, romance, venganza

Editado: 13.09.2025

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