Luna Roja

< Capítulo 18 >

La noche era cómplice del macabro ritual. Bajo el manto de la oscuridad, Donatella Bossi, con una determinación helada en su mirada, supervisaba personalmente el entierro de Atilio Khoury. La mansión, testigo mudo de la violencia desatada la noche anterior, ahora ocultaba otro secreto mortífero.

Un par de sus hombres más leales trabajaban en el frío suelo, cavando una fosa profunda en un rincón apartado del extenso jardín. La tierra húmeda se revolvía con un sonido sordo y pesado, mientras la lluvia fina que había cesado dejaba un rastro de barro y melancolía. El cuerpo de Atilio, envuelto en una lona gruesa, yacía cerca, un testimonio silente de su fallida venganza.

Donatella observaba con frialdad, sus labios apretados en una línea dura. No sentía remordimiento, solo la urgencia de borrar cualquier rastro de la confrontación. Cada movimiento era metódico, cada golpe de pala resonaba como un martillo contra su propia conciencia, una que apenas existía.

Más profundo– ordenó Donatella con voz ronca, su aliento empañando el aire frío. –No quiero que nada de esto salga a la luz.–

Los hombres asintieron en silencio, sus rostros impasibles, acostumbrados a las órdenes crueles de su ama. Una vez que la fosa estuvo lista, el cuerpo de Atilio fue depositado con torpe reverencia. Donatella se acercó y arrojó la primera pala de tierra sobre la lona. El impacto sonó seco y final.

Cuando la tumba estuvo cubierta y el terreno alisado para disimular cualquier anomalía, Donatella miró a su alrededor, asegurándose de que no quedara nada que la delatara. La mansión guardaría su secreto, enterrado junto con los restos de Atilio.

🦋

Mientras tanto, en Ciudad Esmeralda, la mente de Borja Torrente trabajaba a toda velocidad. El fracaso del asalto a la mansión de Donatella no le había impedido obtener información valiosa. Había logrado interceptar comunicaciones, rastrear movimientos y, sobre todo, confirmar la debilidad de sus rivales.

La información que Gael le había negado parecía haber reafirmado su convicción: Gael era un obstáculo, pero también una pieza prescindible. Borja decidió que era hora de acelerar sus planes, sin depender de nadie más.

Su siguiente objetivo era desestabilizar el entramado financiero de Vanessa Robles. Sabía que su poder residía en su riqueza y en su red de negocios. Si podía socavar eso, podría debilitarla significativamente.

Borja se reunió con un equipo de expertos en finanzas y ciberseguridad.

Necesito que desmantelen las operaciones de Vanessa en Asia– ordenó con firmeza. –Todos los movimientos, todas las transacciones, deben ser interceptados y redirigidos. Quiero que sus inversiones se vuelvan humo. Y necesito que esa información llegue a Tomas Holler, pero de forma que parezca un movimiento legítimo de su parte. Quienquiera que sea este Holler, deberá creer que está atacando por sí mismo.–

El plan era intrincado y calculador, diseñado para parecer una jugada de ajedrez puramente criminal, mientras que en realidad era una maniobra orquestada por Borja para sembrar el caos y la desconfianza. No solo buscaba la ruina financiera de Vanessa, sino también crear conflictos internos entre sus nuevos aliados.

Además– continuó Borja, con una chispa de malicia en los ojos, –necesito que empiecen a circular rumores sobre la supuesta debilidad de Vanessa. Que su viaje a Suiza la ha aislado, que su alianza con Holler es inestable. Quiero que piensen que el imperio Robles está a punto de caer.–

Borja estaba tejiendo una red compleja, esperando pacientemente a que sus presas cayeran en ella. Su ambición era voraz, y la posibilidad de ver a Vanessa despojada de su poder y su fortuna lo impulsaba a cada acción.

🦋

En Suiza, Gael, tras reflexionar profundamente sobre la oferta de Borja y las implicaciones de su propuesta, tomó una decisión firme. El recuerdo de Vanessa, su valentía, su lucha y la confianza que le había depositado, resonaba con fuerza en su conciencia.

Se encontraba en el chalet, con la mirada perdida en las imponentes montañas que los rodeaban. Emma estaba a su lado, observándolo con comprensión.

No puedo hacerlo, Emma– dijo Gael finalmente, su voz llena de convicción. –No puedo traicionar a Vanessa.–

Emma le sonrió, un brillo de orgullo en sus ojos.

Lo sabía, Gael– dijo suavemente. –Sabía que tu lealtad es más fuerte que cualquier tentación.

Borja ofreció protección, poder... todo lo que uno podría desear en este mundo de sombras – admitió Gael, suspirando. –Pero no puedo vender mi alma por eso. No después de todo lo que hemos pasado, no después de ver de lo que es capaz gente como Donatella y Borja. No puedo ser como ellos.

Se giró hacia Emma, su expresión serena pero decidida.

Debemos advertir a Vanessa– continuó Gael. –Borja está tramando algo grande, algo que va más allá de lo que hemos visto hasta ahora. Y si ella no está preparada, podría ser devastador–

Emma asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

Tomaré el teléfono– dijo Emma. –Intentaré contactar con ella de inmediato. Aunque sea difícil, necesitamos que sepa lo que Borja está planeando–

Gael se sentía más ligero, la carga de la decisión tomada aliviándola. Aunque el camino por delante sería incierto y peligroso, sabía que estaba en el lado correcto. Su lealtad hacia Vanessa era inquebrantable, y estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias, sea cuales fueran...



#3367 en Novela romántica
#346 en Thriller

En el texto hay: mafia, romance, venganza

Editado: 13.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.