Luna Roja

Capitulo 45

Los días se arrastraban para Vanessa, cada uno una tortura silenciosa bajo el opresivo control de Holler. La mansión, tan lujosa como una jaula dorada, se había convertido en su prisión personal. Los preparativos de la boda, esa farsa macabra que se acercaba inexorablemente, la consumían por dentro. La sonrisa forzada, la apariencia de sumisión, todo era un acto desesperado para mantenerse a salvo, para ganar tiempo. Pero el peso de la soledad y la impotencia la estaban aplastando.

Una tarde, mientras los sirvientes se retiraban tras la cena, Vanessa encontró a Magda en la biblioteca, organizando libros con esa calma imperturbable que tanto la reconfortaba. Las palabras de Magda sobre la supervivencia, sobre la espera y la observación, habían calado hondo en ella. Necesitaba un respiro, una conexión con el mundo exterior, con aquellos que la buscaban.

Magda— susurró Vanessa, su voz apenas audible. Se acercó a la ama de llaves, sus ojos implorando algo más que simple consuelo.

Magda se giró, su mirada serena pero atenta. —Sí, señorita Vanessa—

Vanessa tragó saliva, el corazón latiéndole con fuerza. La idea de pedirle a Magda algo que comprometiera su seguridad era aterradora, pero la necesidad de contactar con Emma, de enviarle una señal, era apremiante. —Necesito... necesito hablar con alguien. Necesito saber qué está pasando ahí fuera. ¿Podrías... podrías ayudarme a conseguir un teléfono? Algo discreto. Solo por un momento—

La petición de Vanessa dejó a Magda visiblemente conmocionada. La responsabilidad que llevaba era inmensa, y la posibilidad de ser descubierta por Holler era un riesgo considerable. Miró a Vanessa, notando la desesperación en sus ojos, la súplica silenciosa que la envolvía. Magda había visto el sufrimiento de Vanessa, había sentido su miedo, y la idea de negarle una posible vía de escape, por pequeña que fuera, le pesaba en el alma.

Tras un largo momento de duda, la compasión de Magda prevaleció sobre la prudencia. —Es muy arriesgado, señorita— dijo Magda, su voz baja. —El señor Holler es muy estricto con estas cosas. Si nos descubre...—

Lo sé, Magda, lo sé— interrumpió Vanessa, con urgencia. —Pero no puedo seguir así. Necesito saber que no están solos. Que me están buscando. Solo necesito un momento. Una pequeña ventana—

Magda suspiró profundamente, sopesando las consecuencias. Finalmente, asintió, su decisión tomada. —De acuerdo, señorita. Lo intentaré. Pero será complicado. Y deberá ser muy rápida. Y si algo sale mal..—

No saldrá mal— dijo Vanessa, una tenue esperanza renaciendo en su interior. —Confío en ti, Magda—

La siguiente noche, aprovechando un momento de distracción del personal, Magda deslizó un viejo teléfono móvil, uno que usaba para emergencias y que mantenía oculto, en la mano de Vanessa. Las manos de Vanessa temblaban mientras encendía el dispositivo, con el corazón latiéndole a mil por hora. La batería estaba baja, la señal inestable. Tenía que ser rápida.

Con dedos torpes, marcó el número de Emma. Le envió un mensaje rápido, casi un susurro digital.

*“Todo está bien. Todo está bajo control. No te preocupes. V.”*

No podía revelar nada más. No podía arriesgarse a que Holler rastreara la comunicación. Solo necesitaba enviar una señal, una falsa tranquilidad para calmar las aguas, mientras ella buscaba una forma real de escapar.

Al otro lado de Londres, el teléfono de Emma vibró. Vio un número desconocido en la pantalla y su corazón dio un vuelco. Inmediatamente leyó el mensaje.

*“Todo está bien. Todo está bajo control. No te preocupes. V.”*

Emma sintió una punzada de alivio inicial, pero rápidamente se disipó, reemplazada por una profunda inquietud. La brevedad del mensaje, la falta de detalle, el tono casi robótico... no era la Vanessa que conocía. La Vanessa que ella sabía atrapada y aterrorizada no estaría "bajo control". La Vanessa real habría enviado una súplica, una pista, algo más.

No está bien— murmuró Emma para sí misma, frunciendo el ceño. Miró el mensaje una y otra vez, buscando alguna otra interpretación, alguna otra posibilidad. Pero la falsedad del mensaje era evidente para alguien que conocía a Vanessa tan bien.

Decidió responder, tratando de obtener más información sin alertar a Holler.

*“Me alegro de oír eso, Vanessa. ¿Todo bajo control significa que estás a salvo? ¿En un lugar seguro?”*

La respuesta de Vanessa llegó minutos después, casi tan breve y evasiva como la anterior.

*“Sí, a todas las preguntas. Cuídate.”*

Emma sintió una oleada de frustración. Era claro que Vanessa estaba mintiendo, forzada a hacerlo. La duda se instaló en su mente, profunda y persistente. Sabía que Vanessa estaba en serios problemas, y que la mentira era solo una capa más de la trampa de Holler.

No, Vanessa— susurró Emma, su mirada fija en el teléfono. —No está todo bien. Y voy a averiguar por qué no lo está— La comunicación superficial había servido para confirmar sus peores temores. La mentira de Vanessa, en lugar de tranquilizarla, había encendido una alarma aún mayor en su interior...



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En el texto hay: mafia, romance, venganza

Editado: 04.10.2025

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