El Funeral.

Rebekah la miro desafiante y luego tomo las fotografías en sus manos.

- ¡No es nada!.- Grito.

Mire a Rebekah.

- Bekah, Elena puede que tenga razón.- Dije aun incrédula de mis propias palabras.

- ¡No Elizabeth!, solo son dibujos estúpidos de gente estúpida que no tienen idea de nuestra familia.- Agarro la foto que tenia entre mis manos y se dirigió hacia la chimenea para quemarlas.

- ¿Porque estas tan molesta?.- Le pregunto Elena.

- ¿Porque me haces esto a mi?.- Le respondió con otra pregunta.- ¡Yo no te hecho nada!.

- Klaus mato a tu madre, tiene el control sobre Elizabeth, sobre ti, sobre mi, sobre todos, ha sido así por mil años así, ¡tenemos que detenerlo!.

- ¡No digas estupideces!.- Agarro el cuello de Elena.- ¡No sabes lo que dices!.- Saco sus colmillos.

-  ¡Rebekah!.- Agarre su mano.- Por favor no vayas a hacer algo que te puedas arrepentir.

Bekah se calmo y se alejo un poco y comenzó a llorar, Elena aun asustada solo podía verla.

- Vete Elena antes de que te quite la cabeza y juegue bolos con ella.- La mire enojada.

Ella lo entendió perfectamente y salió prácticamente corriendo, vi como cerro la puerta y me acerque a Bekah quien estaba en el suelo llorando desesperadamente, rápidamente me agache y la abrace y ella también me abrazo.

-Shhh, tranquila.- Le acariciaba el cabello.- Sabes que aunque no nos soportemos aun así soy tu hermana y estoy para apoyarte.

Ella siguió llorando, mientras solo pensaba en que esta pesadilla acabara rápido.

Le dije que tomara una ducha y que durmiera, y así lo hizo mientras yo estaba en la sala principal pensando en lo que había pasado hasta que Damon, Stefan y Elena llegaron.

- ¿Qué hace Barbie Original aquí?.- Pregunto Damon.

- Estaba disfrutando del hermoso silencio hasta que llegaste a interrumpirlo.- Sonreí forzadamente. 

El volteo lo ojos.

- Te necesitamos Elizabeth.- Dijo Elena.

- ¿Ahora que quieren?.- Pregunte.

- Vamos a matar a Klaus, y queremos que sea lo mas pronto posible.

- ¿Y?.- Dije.

- Pues Papi Original va ha ayudarnos.- Hablo el pelinegro.

Mire incrédula.

- ¿Esta vivo?.- Dije temerosa.

- Si, y prometió ayudarnos.- Esta vez respondió Stefan.

- Además creo que quiere pasar tiempo de Padre e hija.- Se burlo Damon.

Suspire.

- Bien, les ayudo.- Elena sonrió.- Pero.- La mire.- No quiero verlo, entre menos contacto tenga con el mucho mejor.

Elena sonrió y comenzaron a contarme sobre el plan, se que si llegamos a fallar con el plan, Klaus va a matarnos sin ninguna piedad, lo cual por obvias razones es muy malo. Rebekah se había despertado, tuve que contarle lo que pasaba y sin pensarlo dos veces acepto. Ahora estamos en la biblioteca mientras el cuerpo de Mikael estaba en el suelo con una Daga de roble blanco en su pecho, Stefan estaba hablando por celular con Klaus hasta que se acerco a nosotras y nos lo dio, ella me miro y yo asentí, temblorosa tomo el celular y hablo.

- Hola Nick.

- Rebekah hermana, que dicen del encuentro trágico de Mikael con una daga.

Bekah me miro nuevamente y asentí con la cabeza.

- Es cierto, al fin nos va a dejar en paz.

Supuse que debe estar sonriendo.

- Te extraño.- Le dijo Bekah, me la paso muy mal.

- Pronto llegare.

- Bien, Beth y yo te esperamos.

 Y colgó la llamada, le entrego el celular a Stefan y miro el cuerpo de Mikael.

- Lo convencí.- Hablo.

Elena suspiro agradecida.

- Ya viene.

Rebekah se fue y antes de ir con ella hable.

- Suerte, la necesitaran.- Y me gire para ir con mi hermana.

La noche se me hizo corta, y aunque los cuartos de invitados de los Salvatore son grandes y hermosos aun así no pude dormir tranquila, en que momento siempre me meto en problema, después de bañarme vestirme y obviamente ir por una bolsa de sangre en el sótano, busque a Rebekah y la encontré en la biblioteca pintándose las uñas mientras que en el suelo el cadaver de Mikael aunque sin la estaca en su pecho, ella me sonrió y tome asiento al lado de ella.

Al cabo de unos pocos segundos pude ver como la mano de Mikael quitaba su color grisáceo y se movía poco a poco, Bekah también se dio cuenta se detuvo y poso su mirada en el, hasta que escuchamos inhalación de parte de el para luego toser y colocarse de rodillas.

- Vaya.- Decía Bekah mientras cerraba el pinta uñas.- Tardaste una eternidad.

- Rebekah.- Decía Mikael.

- Ahórrate cualquier estúpido sermón paterno, nada de lo que digas me importa.

Mikael paso su mirada de Bekah a mi.

- Elizabeth.

No dije nada y desvié mi mirada hacia otro lado.