"No soy solo un rostro bonito"
Soléne.
Siempre me dijeron que parecía una muñeca.
Piel clara, ojos verdes, sonrisa suave.
En París, la gente me miraba como si ya fuera famosa.
Pero lo que nadie sabía… es que yo no quería ser mirada.
Yo quería ser escuchada.
Mi primer amor no fue el modelaje, ni las cámaras, ni siquiera la danza.
Fue la pintura.
Pasaba horas con los dedos manchados de óleo, trazando mundos donde podía existir sin presión.
Pero algo cambió cuando escuché “Fancy” de TWICE por primera vez.
La estética, la fuerza, la mezcla entre glamour y poder...
Vi una forma de arte que unía todo lo que me hacía vibrar: música, expresión, presencia.Vi una forma de arte que unía todo lo que me hacía vibrar: música, expresión, presencia.
Audicionar para JYP fue una decisión que me tomó un año entero.
Porque sabía que si lo hacía, tenía que ser de verdad.
No solo por mi cara bonita.
—Tu nombre. —La voz de JYPark me sacó de mis pensamientos.
–Soléne Laurent.
—¿Edad?
–Diecisiete.
—¿Qué vas a hacer?
—Voy a bailar y cantar. “Violeta” de IZ*ONE, versión coreana.
Su ceja se levantó apenas. No era una elección común.
La música comenzó.
Cada movimiento fue delicado, pero lleno de intención.
Cada movimiento fue delicado, pero lleno de intención.
Me entrené sola durante semanas, cada paso ensayado frente al espejo del estudio de arte de mi tía.
Mi voz tembló al inicio, pero encontré seguridad al recordar por qué estaba allí.
No para gustar.
No para encajar.
Para expresarme.
Cuando terminé, JYPark me observó unos segundos eternos.
—¿Sabés por qué me gustaste? —preguntó.
Negué suavemente.
—Porque tenés una mirada triste, pero no te escondés.
No supe qué decir.
Solo sonreí, con la garganta hecha nudo.
Salí de la sala con la sensación de haber dejado una parte de mí adentro.
Tal vez mi lugar no está solo en los cuadros.
Tal vez mi arte… también puede bailar.