Mientras Ava era atendida en el hospital, las autoridades comenzaron a investigar el ataque. El ex-miembro del staff, enfurecido por la traición de Lunaria, había contratado a un grupo radical para crear el caos y vengarse de ellos. Pero lo que no habían previsto era la valentía de los fans, quienes rápidamente comenzaron a movilizarse.
Luniverse y Stay unieron fuerzas para destapar la verdad, buscando al responsable de la tragedia y presionando para que se hiciera justicia. A través de investigaciones en las redes, entrevistas con testigos y presión mediática, la identidad del ex-miembro fue revelada. Y con ello, la verdad salió a la luz: el ataque había sido premeditado, una venganza personal contra Ava y Felix.
Cuando los resultados llegaron, las redes estallaron de júbilo y rabia al mismo tiempo. El ex-miembro fue arrestado, y la canción robada de Ava fue devuelta a su legítima autora, lo que le dio un renacimiento a su carrera como compositora.
Ava, por su parte, se recuperó lentamente. Las cicatrices del ataque serían siempre una marca en su cuerpo, pero el amor y apoyo de Felix, su familia y los fans, la fortalecieron más que nunca.
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La habitación del hospital estaba envuelta en un silencio suave, apenas interrumpido por el sonido regular de los monitores. La luz del atardecer entraba por la ventana, tiñendo las sábanas blancas de un tono cálido y dorado. Ava, con el brazo vendado y una venda sobre el hombro, seguía dormida.
Sentado en el sillón junto a su cama, con las manos entrelazadas con las de ella, estaba Felix.
No se había movido en horas.
Sus ojos estaban enrojecidos, el cabello un poco despeinado, y en su rostro se notaban las huellas del miedo, la impotencia… y el amor.
Lunaria y Stray Kids se turnaban para estar con ella, pero él… él no se había ido desde que la operaron.
Deslizaba suavemente su pulgar por el dorso de su mano. A veces le hablaba en susurros, contándole cosas pequeñas del día, canciones que escuchó, o incluso cómo Changbin se había dormido sobre tres sillas del pasillo.
—“Te ves tan frágil, pero sigues siendo más fuerte que cualquiera… ¿cómo lo haces, Ava?” —murmuró con una voz apenas audible, sus ojos fijos en su rostro dormido
De pronto, ella gimió levemente.
Felix se acercó de inmediato.
—Ava… soy yo, Lix… estoy aquí, mi estrella… —dijo, bajando el rostro para rozar su frente con la de ella.
Los párpados de Ava se movieron, y lentamente abrió los ojos. Le costaba enfocar. Vio primero la luz, luego las flores en el cuarto… y por fin, los ojos de Felix.
—¿Lix…? —susurró débilmente.
Él sonrió con alivio, y una lágrima cayó por su mejilla.
—Aquí estoy… te tengo.
Ella entrecerró los ojos, notando su mano en la de él. Y su voz, aunque rasposa, fue dulce
—No te vayas… por favor.
—Jamás —susurró, bajando a besar suavemente su mano. Luego se inclinó aún más y rozó sus labios con los de ella.
Fue un beso apenas perceptible, como si temiera romperla.
Pero fue suficiente para que a Ava se le escapara una lágrima.
—Pensé… que no iba a verte más —murmuró, con la voz quebrada.
Felix la abrazó con mucho cuidado, apoyando su frente contra la de ella.
—No me asustes así nunca más
Ella rió suavemente, apenas audible. Y por primera vez desde el atentado, sonrió de verdad.
En ese momento, la puerta se abrió con cuidado. Era Soléne y Hana, con una bandeja de galletas en forma de estrellas.
—Perdón si interrumpimos… —dijo Hana con una sonrisa pícara al verlos tan cerca.
—¡Solo vengo a asegurarme de que aún respiran! —bromeó Soléne.
Felix se incorporó un poco y ayudó a Ava a sentarse. El resto de las chicas fueron entrando poco a poco, y también los chicos de Stray Kids.
Entre risas, lágrimas y bromas tontas de Jisung, la habitación del hospital comenzó a sentirse como casa.
Y en medio de ese caos lleno de amor, Felix sacó una pequeña libreta del bolsillo. Se la mostró a Ava.
—Estaba escribiendo algo… para ti. Tal vez podamos terminarla juntos —le dijo, dejándole ver la letra de una canción titulada: "Breathe You In".
Ava la leyó en silencio, y las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo.
—Yo también estaba escribiendo algo… antes de la rueda de prensa.
—¿Lo juntamos?
—Como nuestras vidas.
Y así, en medio de heridas que sanaban y corazones que volvían a latir con esperanza, comenzó a nacer la canción más significativa de su carrera. Una promesa escrita entre lágrimas y besos: que mientras respiraran, lo harían el uno por el otro.