Un año después del atentado, Lunaria había consolidado su lugar como el girlgroup más influyente de la cuarta generación. Con múltiples premios, millones de ventas y el cariño del público, sus pasos se sentían firmes… aunque nunca dejaron de ser humanas.
En paralelo, el amor entre Ava y Felix creció entre escenarios, viajes, estudios de grabación… y susurros bajo la luna.
Ambos sabían que estaban cruzando una línea peligrosa en la industria. Pero también sabían que el amor verdadero… no podía esconderse para siempre.
El rumor había crecido poco a poco. Miradas robadas en entrevistas, manos rozándose tras bambalinas, gestos que solo los más atentos de Luniverse y Stay lograban capturar.
Y llegó el día.
La noticia estalló como un relámpago en redes sociales. Una foto: Felix tomándole la mano a Ava mientras salían de una cafetería de noche, con gorras y mascarillas. Pero lo más tierno fue la manera en la que él la miraba. Como si fuera el único lugar seguro del mundo.
A las pocas horas, JYP Entertainment lanzó un comunicado breve pero directo:
"Felix de Stray Kids y Ava de Lunaria han desarrollado una relación afectiva durante el último año. Ambos se apoyan profundamente como artistas y personas. Pedimos respeto por su privacidad y agradecemos el cariño de los fans."
Y el mundo… explotó.
Mientras algunos se mostraban sorprendidos, el gran porcentaje de fans reaccionó con un solo grito:
“¡Sabíamos que eran endgame!”
Luniverse y Stay inundaron las redes con edits, teorías de años, mensajes de apoyo y hasta fanarts. El hashtag #FelvaInLove fue tendencia mundial durante tres días.
Pero la verdadera magia estaba al final de ese día.
Después de una grabación de MV agotadora, Ava se sentó en la azotea del edificio de JYP. Con una manta en las piernas, una taza de té entre las manos… y el corazón latiéndole como nunca.
—Sabía que vendrías —murmuró sin mirar atrás.
Felix se sentó a su lado, con el cabello despeinado por el viento, y una sonrisa tímida.
—Eres mi brújula —dijo—. Siempre sabré encontrarte.
Se miraron. Sin palabras, sin escudos, sin máscaras.
Él se acercó, apoyó su frente en la de ella, y la envolvió en sus brazos.
—¿Sabes qué es lo mejor? —preguntó Ava entre risas suaves—. Que ahora puedo besarte sin miedo a que una cámara nos capture.
—Entonces hazlo —susurró Felix, con las mejillas color cereza.
Ella se inclinó… y lo besó.
Despacito
Como si besara al cielo que tanto la había cuidado.
Como si ese beso fuera el final de una guerra, y el comienzo de una eternidad.
Al separarse, él le acarició la mejilla.
—Gracias por dejarme quedarme contigo en todos tus inviernos.
—Y tú por enseñarme a florecer incluso en el más crudo de ellos.
La cámara de seguridad en la azotea captó el abrazo largo que vino después. Nadie lo publicó. Nadie lo filtró.
Pero en el corazón de quienes los conocían… esa imagen quedó grabada para siempre.
Felix y Ava.
Dos estrellas que, contra todos los pronósticos… se eligieron.