Decidí sembrar semillas y luego de varios días de echarle agua. No crecieron.
Dejé de prestarle atención.
Pasó una semana.
Germinaron.
Creo que debía dejar de regarle agua para que la tierra drenará bien y el sol llevará a temperatura adecuada. Formando así un ambiente óptimo.
Moraleja: El tiempo de Dios es perfecto. No es cuando queremos si no cuando las condiciones están favorables y esto nos obliga a dar lo mejor, de esta manera es que germinamos.
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Editado: 28.02.2023