Lux

Capítulo 3

Durante un momento el chico se quedó mudo, mientras el que había hablado bebía de su cerveza tan tranquilo.

― ¿Y tú quién eres? ― se le encaró―

― Su novio.

Eso no era verdad, pero no iba a rechazar la ayuda que me estaba ofreciendo quitándome de encima a este pesado, aunque bien podría haber dicho que era un familiar, digo yo.

― Entonces no dejes sola a tu chica si no quieres que vayan por ella.

 Y este idiota quien se ha creído que soy, puedo cuidarme muy bien sola, no necesito de ningún chico para ello.

― Mira, imbécil. No necesito ayuda de nadie para apartarte de mí, así que si no quieres recibir una patada en tus partes será mejor que te largues.

Si no fuera porque el volumen de la música estaba tan alto, estaba segura que hubiera escuchado la risa de mi supuesto novio y cuando hizo el amago de acercarse la valentía que había surgido para decir esas palabras se esfumó.

Oh, mierda. Nunca aprenderé a cerrar la boca.

― Eh. No creo que debas acercarte. ―le dijo el chico sujetándolo por el hombro― Sera mejor que te vayas.

El chico se marchó a regañadientes, pero al menos no montó ningún drama.

― Gracias, Aiden. ―le dije después de unos segundos de silencio entre ambos―

Vi la sorpresa en su rostro cuando le llamé por su nombre, aunque no era de sorprender, compartíamos clase de contabilidad juntos.

― Vaya. ¿Tengo una admiradora? ―preguntó con una ceja alzada―

Venga ya. No me digas que me ayudó a deshacerme de un imbécil para ser él otro.

― Compartimos clase juntos, no te emociones, no estoy tan desesperada. Por cierto, podrías haber espantado al chico diciendo que eras un familiar, no mi novio.

― Entonces hubiera sido más difícil conseguir que se fuera. ―él se acercó para apoyarse en la pared, no invadía mi espacio, pero de todas maneras me aparte de él― Aunque he de admitir que fue divertido ver su cara cuando le hablaste de esa manera. No sabía que Peyton Ellis tenía tanto genio.

Por lo visto no era la única que sabía el nombre del otro.

― Vaya, ¿Tengo un admirador? ―repetí sus mismas palabras―.

― Y si fuera así qué pasaría.

Sus palabras me tomaron un tanto por sorpresa, aunque su sonrisa de conquistador era la misma que ponía Alex cuando quería conseguir a una chica, esas sonrisas me las tenía muy vistas.

― Que has elegido a la chica equivocada a la que admirar esta noche. ―dije separándome de la pared con la intención de ir con mis amigas―

― Yo creo que he elegido bien. Nunca pensé que conocieras mi nombre, mejor dicho, que supieras quien soy ―dice sonriendo, como si lo que dijera le causaría gracia― y eso me gusta.

Debería sentirme cohibida o un tanto asustada de que intentara ligar conmigo ―teniendo en cuenta mi pequeña aversión hacia el sexo masculino―, pero supongo que conocerle de la Universidad me daba cierta tranquilidad, si no, en estos momentos estaría teniendo una especie de ataque de ansiedad y seguro que huiría espantado.

Aunque he de admitir que era muy bueno diciendo las palabras acertadas para camelarse a las chicas, pero lamentablemente para él yo no era una opción acertada.

― Que tengas buena noche. ―dije negando con la cabeza mientras una sonrisa asomaba de mis labios―

― ¡Espera! ¿¡Podemos ser amigos!?

Antes de que pudiera acercarse más a mí, en un impulso cogí del brazo a la chica que tenía al lado y le di un pequeño empujón para que chocara contra Aiden y cuando la chica alzo la vista y le vio no dudo en estampar sus labios contra los de él, por la cara que puso no se lo esperaba, sus ojos se agrandaron cuando la mano de ella fue a su entrepierna y yo no pude evitar reír.

¡Era la succionadora de ayer!

Debería agradecerme por la ayuda que le había dado, esta noche se iría acompañado de la fiesta.

― ¡Deberías darme las gracias! ―le grité mientras me seguía riendo―

La succionadora ahora estaba besando y lamiendo su cuello, definitivamente a esta chica le gustaba tener público. Por el volumen de la música no escuchaba lo que le estaba diciendo, pero al parecer no tenía el efecto deseado porque la chica no paraba.

― ¡Me las pagarás Peyton! ―le oí gritar cuando me di la vuelta para marcharme―

Simplemente alcé la mano a modo de despedida y me marché en busca de mis amigas.

 

 

Habían pasado ya tres horas desde el pequeño percance de la fiesta cuando había decidido que iba siendo hora de marcharme a casa, por supuesto mis amigos decidieron quedarse un poco más, así que ahora mismo me encontraba yendo de camino a casa y cuando estaba a punto de llegar mi móvil empezó a sonar, al principio pensé en no contestar, eran las 04:30 de la madrugada y en lo único que pensaba era en llegar a mi cama y dormir, pero luego pensé que serían Alex o Kyra llamándome para preguntarme si había llegado bien y contesté.

― Alex, no tenías que llamar, ya os dije que os enviaría un mensaje nada más llegar.

― Creo que la vista te falla Peyton, has vuelto a confundirme. ―



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En el texto hay: amigos, familia, recuerdos del pasado

Editado: 06.06.2018

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