Luz

Capítulo 6

El día en el que Sarah le llamó a Day, Day estaba muy ocupada con un trabajo pendiente en su oficina y tuvo que cortar prometiéndole llamarla más tarde; pero en la noche tuvo más pendientes en casa de Trent así que olvidó regresarle la llamada.

Sarah ya tenía dos meses que se había ido y era la primera vez que se comunicaba, ni siquiera había ido a visitarlos como había prometido. Definitivamente, Day sospechaba algo, pero sus sospechas se iban siempre a algo superficial.

—Ya te lo dije, Trent. Sarah empezó su nueva vida y no estamos incluidos, eso es todo.

—¿Cómo puedes pensar eso? Quizá la esté pasando mal.

—¿Y cómo puede pasarla mal y no llamarnos? —preguntó ella.

—Te llamó el otro día y no le regresaste la llamada.

—No tuve tiempo, recuerda que te fuiste a cenar con tus amigos y Lily estuvo muy necia.

—Sí, lo sé y lo siento, no volverá a pasar.

—No tienes por qué disculparte.

Se quedaron en silencio, ella no quería seguir más con esos reclamos y disculpas así que intentó cambiar el rumbo de la conversación. Miró a Lily y notó cómo ella sonreía a un espacio vacío a la izquierda de Day.

—Esto me da miedo —dijo Day, nerviosa—. ¿Qué ves, pequeñita? ¿Hay alguien ahí?

—¿Cómo va a haber alguien ahí? —Trent se divirtió mucho con el miedo de su amiga—. Así son los bebés, ¿no sabías?

—Lo sé, pero aun así me sigue dando miedo. O podría ser solo curiosidad. —De nuevo se hizo el silencio.

Siguieron en sus cosas. Day continuaba haciéndole mimos a la niña y esta seguía con su mirada hacia ese punto en específico.

—Day… —La voz de Trent interrumpió el silencio, y también cambió, ahora había un sutil tono de seriedad en ella—. Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo esta noche.

Day se puso tensa de inmediato.

—Pero no hemos terminado de hablar de Sarah. ¿Y si le llamamos ahora mismo? No creo que esté pasando por un mal momento. —Quería cambiar de tema a como diera lugar pues ya sabía más o menos por dónde quería ir Trent.

—No, Day. Dejemos de hablar de Sarah por un momento y hablemos de otras cosas más importantes…

—Sarah es importante.

—Sí, claro que lo es, no estoy diciendo que no. Pero podemos hablar de ella mañana. Es más, si no nos contesta o no nos llama esta semana, el fin de semana iremos a buscarla. ¿Te parece? Pero justo ahora quiero hablar sobre otra cosa importante contigo.

Sabiendo que no había tenido éxito en su intento por cambiar de tema, optó entonces por huir.

—Tengo que marcharme, ¡por Dios! Es tardísimo.

—Day, por favor… Déjame hablar. Todo el tiempo te lo pasas postergándolo y sabes que tenemos que… decidir.

—Mañana hablaremos, te lo juro. Mi madre se pondrá como loca si me tardo cinco minutos más, ya la conoces.

—Pero si ni siquiera son las once de la noche, Day.

—Ya sabes cómo es ella, así se pone siempre aunque sean las nueve o diez de la noche. Discúlpame, no quiero hacerla esperar más. —Ya estaba tomando su bolsa y las llaves del auto que Trent le había prestado.

—Estoy seguro que es solo un pretexto para que tú y yo no hablemos. —Se le acercó y le tomó su mano—. Por favor, solo un minuto. No te quitaré mucho tiempo.

—Qué bueno fuera que solo fuera un pretexto, ¡por Dios, Trent! Conoces a mi madre. —Esa había sido una reacción exagerada lanzando un pequeño grito de desesperación—. Y en lo que estamos aquí discutiendo si me quedo o no, ya se me hizo más tarde. Debo de irme.

Pero Trent sabía que era sólo eso; un simple pretexto porque ella no quería tener esa conversación con él. Así que decidió por primera vez no darle la razón y no la dejó ir, sosteniendo su mano tomó su mejilla con la otra y se acercó lentamente.

—Day, yo… te amo. —Y así sin más le plantó un beso, un beso completo, un gran beso.

Lily lanzó una gran carcajada. Day aprovechó ese distractor para separarse y ver que la pequeña seguía viendo hacia donde mismo. Movía los pies frenéticamente y continuaba con su risa. Day sintió un escalofrío.

—No me ignores, por favor. Sabes que siempre te he amado y ahora es nuestra oportunidad de estar juntos. No me importa que…

—¿No te importa que tu esposa se fue hace muy poco tiempo?, ¿que aún sigues casado?

—Sabes que siempre te quise a ti. Lo sabes.

—No digas esas cosas, Trent. Mira a Lily. Ella es el producto de tu amor con su mamá. Respeta eso.

—Sabes que sí la quise. Tampoco es que yo sea un hombre sin corazón. Pero entiende que a la que amo y he amado toda mi vida es a ti, y ahora tenemos la oportunidad de formar una familia. Una pareja si quieres.

—En verdad me tengo que ir. Mi madre…

—Dame la oportunidad, por favor.

Day no sabía cómo irse sin portarse grosera. Tampoco quería dejarlo hablando solo. En eso sintió una brisa fresca en la parte del cuello que tenía descubierto y sintió como si algo le rozara la oreja.

—Day… —podía jurar que la voz de Leonard le llamaba en un susurro.

—No te vayas —dijo Trent y de nuevo la atrajo hacia él.

La tomó de la cintura y la volvió a besar, pero esa vez con más urgencia y pasión.

Day escuchó de nuevo la voz en su oído. La voz que, definitivamente, era de Leonard.

—Vete, tú no le perteneces —dijo esa voz y Day de nuevo se alejó.

Los besos de Trent no le habían sabido a nada. No habían tenido importancia para ella. Pero la voz de Leonard, sí. Sabía que tenía que irse de ahí de inmediato por lo que tomó su bolso y se dirigió a la puerta.

—Discúlpame, Trent. No puedo.

Y salió de ahí.




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