Luz

Capítulo 13

Capítulo 13

Después de lo que le había dicho Day, Trent había creído que eso era otro pretexto de Day, pues la conocía muy bien y sabía que había veces que no podía dejar de inventar excusas para no hacer algo que ella no quería hacer. No pensó que en realidad ella sí se iría de esa ciudad en dos semanas. Pero después ella le contó que el día anterior su jefe le había mandado la orden de irse a trabajar por un plazo mínimo de seis meses a otro lugar. No había comentado nada pues se había atravesado lo de la fiesta de cumpleaños de la pequeña Lily y no lo creyó prudente, iba a esperarse hasta en la noche para hacerlo.

—¿Y a dónde irás? Si no está lejos, podemos hacer el intento, ¿no crees?

—Iré a Raven Woods —dijo apenada y agachando su cabeza.

—Day… Raven Woods está bastante cerca, está a menos de 90 kilómetros de aquí —espetó entusiasmado—. No está nada lejos. Hasta podrías ir y venir a diario o quizá yo podría ir.

—No, Trent. Iré a Raven Woods a trabajar en La roca.

—¿La roca? ¿Qué es…? —no terminó de completar su pregunta pues en ese instante recordó lo que era ese lugar—. ¿Te refieres a la famosa La Roca, la prisión que alberga a cientos de prisioneros peligrosos?

—La misma. —Su rostro se mostró apenado, La Roca era donde estaban los prisioneros más peligrosos del Estado, o al menos los que habían cometido asesinatos, violaciones o delitos con mucha violencia—. Seré una prisionera más, pero sin cometer delito. Solo estaré ahí trabajando, durmiendo y pues… viviendo.

—Espera… —había algo raro en él, no estaba sorprendido ni inquieto. Estaba aterrado. Pero Day no lo iba a dejar hablar.

—No me pasará nada, Trent. Tendré guardias de seguridad todo el tiempo que trabaje con los presos, no solo uno ni dos, sino tres guardias. ¿Puedes creerlo? —Aunque el trabajo fuera algo así como horrible para una mujer, para Day era una muy buena oportunidad para ella para así poder crecer e ir tomando más experiencia en su profesión. Podría trabajar con los presos directamente, no tanto como una psicóloga que lógicamente no era, sino como una trabajadora que iba a evaluar los aspectos de la vida en el lugar, si se valían los derechos de los presos, si estos cumplían con sus obligaciones y además de necesidades básicas del lugar—. Espero poder hacer...

—Day, espera un momento. —Ahora estaba ansioso, se le podía notar en su mirada—. ¿Acabas de decir que trabajarás en La Roca, dentro de ella, con los presos? ¿Lo entendí mal, cierto?

Day rio tímidamente, le hizo mucha gracia la última pregunta de Trent, sabía que estaba preocupado, aunque ella sabía que no era para tanto.

—No lo entendiste mal, en quince días me iré a instalar en La Roca por un lapso mínimo de seis meses hasta que se completen mis proyectos asignados, no sé cuánto tiempo será lo máximo, es depende de cómo vaya trabajando, supongo. Es por eso que lo nuestro no puede ser, Trent, al menos ahora que… —pero Trent la interrumpió sosteniéndola fuertemente por la muñeca y sacudiéndola un poco.

—No puedes hacer eso, Day. ¡No puedes! ¿Me oíste? —Ahora se encontraba muy alterado, Day no podía creer que a Trent le diera tanto miedo que ella se metiera en ese lugar. Al principio sí le había parecido un poco aterrador, pero sabía que teniendo guardias de seguridad se iba a sentir más cómoda.

El problema, ella había creído, era contarle a sus papás pues por la manera en que la sobreprotegían de seguro se iban a preocupar; pero nunca pensó que al contárselo a Trent él iba a reaccionar de esa manera. ¿Por qué estaría reaccionando así? ¿Tendría algún motivo?

En eso, Trent sacó su celular y envió un mensaje de texto muy rápido, tan rápido que Day no pudo echar un vistazo para averiguar a quién se lo había enviado.

—Te lo digo en serio, Day. No puedes ir a ese lugar. El lunes sin falta hablas con tu jefe y le dices que no puedes aceptar ese proyecto. Es algo muy importante, me tienes que entender.

—Estás siendo paranoico, Trent… Ya no me gusta nada cómo te estás comportando. El hecho de que…

Pero el tono de mensaje del celular de Trent la interrumpió, él leyó el mensaje y al parecer no era nada bueno.

—Me tengo que ir, es Summer. Lily está muy inquieta y no puede controlarla. —Se guardó el celular en el saco y se acomodó en su asiento. Todavía seguía estando un manojo de nervios—. Por favor, quédate con nosotros. Y prométeme que no les dirás a tus padres, aún. Por favor, te lo pido en serio. Por favor, por favor —repitió juntando las manos.

—Está bien, pero solo una cosa más, Trent —ahora ella le tomó la mano ligeramente—. Si te digo que no siento nada por ti y me voy a Raven Woods, cosa que de todos modos haré —aclaró—, ¿qué harás?

—Day... Lily y yo nos iremos a España con Summer. Eso vine a decirte.

Day bajó del coche con lentitud, después se quedó de pie y volteó hacia el coche de Trent. Lo vio alejarse en su Jaguar verde, y recordó esos ojos que hacía unos minutos le habían suplicado que no se fuera. ¿Por qué se había puesto así Trent? Entendía que se preocupara, pero había demasiado lejos, además de que se iba a ir a España, ¿qué caso tenía que se pusiera así si como quiera él se iba a ir a otro país a hacer su vida con su familia?

Se sintió algo triste, extrañaría mucho a Lily, ya se había acostumbrado a esta con ella y cuidarla.

Por otra parte, decidió hacerle caso a Trent, por lo que entró a su casa y no le mencionó nada a sus padres acerca de su viaje a Raven Woods. Solo se fue directo hacia su habitación.




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