Luz Blanca

Capitulo 3

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Los adornos ya puestos en la casa se hallaban hermosos, pero el que faltaba era el árbol de navidad, las esferas complementarían a los focos blancos. - ¡Mamá donde dejaste las esferas! Con molestia husmeaba una caja desgastada. - No se hija, tú encárgate de eso yo voy a hacer la comida, no ves que tu abuela vendrá hoy, atareada desde la cocina de Alejandra, tiró unos vasos de plástico. - Con cuidado mamá, ¿Seguro que no quieres que te ayude en la preparación de la comida? Se acercó a la cocina con unas bolsas. - No, hija, estoy segura que estoy bien, miro las bolsas que traía Verónica. - Llévate esto y con rapidez le dio otra bolsa de basura y un papel. - Ok mamá…notó Verónica que su mamá no quería que se acercara a la cocina, revisó el papel y leyó: -aceite, papas, cebollas. Era un encargo de pocas cosas, que prefirió ir de una vez por las cosas y regresar lo antes pronto posible para encontrar las desaparecidas luces de navidad.

El centro de la ciudad como siempre había muchas personas, y era normal en esta época. Verónica estacionó el coche de su mamá en el estacionamiento más cercano. Cerrando el coche se fue caminando y puso sus audífonos en sus orejas, para escuchar una melodía. El aire se sentía frío, pero el sol iluminaba y con su calor reconfortaba. Ya en la tienda del supermercado, buscó con prisa el encargo, se paseó con su carrito de compras por el pasillo de los enlatados, llevándose con sí unas cuantas latas de verduras. Dirigiéndose y tarareando una canción se aproximó a la sección de las verduras. Por estar escogiendo con esmero las papas no se dio cuenta que alguien detrás suyo una persona de altura alta se puso detrás de ella extendiendo sus manos tapando los ojos de Verónica. - ¿¡Que suélteme!? Le dio un pisotón y al girarse se sorprendió quedando en silencio. - ¿Pero qué te pasa? Ahora recibes a las personas de esa horrible manera. Trato de disimular el dolor de su pie derecho. - ¡Eres tú! Se arrojó a sus brazos con pequeñas lágrimas en sus ojos.-Tranquila Verónica: Estoy bien, correspondió el abrazo y delicadamente le dio un beso en la frente.-Rafael porque no me dijiste que llegarías antes de navidad y yo te hubiera recibido bien y no con un pisotón en el pie, le dio un inofensivo codazo.-Buena la idea no fue mía si no de Carlos dice que eso fue por la situación que le hicimos pasar, sobo su cabeza.-Ese Carlos cuando lo vea le diré que no esté aconsejando a mi amor, si no Carlos recibirá algo peor que un pisotón.-Tranquila ya sabes cómo es Carlos. Cambiando de tema dime que ha pasado estos días que no he estado aquí a tu lado. Con demasiado ánimo se agarró del brazo de Rafael y con entusiasmo le contó a Verónica todo lo sucedido desde que se había ido. Esos tres meses lejos se olvidaron al encontrarse, es como si la espera hubiera sido olvidada en un solo chasquido. No pararon de hablar y cuando llegaron a la caja del cajero todo salió bien.Como siempre Rafael se portó como un caballero al insistir de llevar todas las bolsas que habían comprado. Ya casi al llegar donde estaba el coche estacionado Verónica y Rafael seguían platicando y riendo, pero se vieron interrumpidos cuando inesperadamente una chica de pelo negro con piel medio cobriza se acercó a Rafael y le plantó un beso en la mejilla. - ¡Cuánto tiempo sin verte Rafael!

. - Si yo digo lo mismo, pero por favor no hagas eso ya no soy pequeño, distante se alejó. - Se puede saber por qué razón, besó a mi novio. Súper tensa Verónica la vio con una mirada de disgusto. Sintiendo la mirada, la chica le dio un vistazo de arriba para abajo. - Querida él y yo somos muy buenos amigos. Solamente porque era un lugar público Verónica aguantó las ganas de darle una cacheta a esta misteriosa mujer.-Ya basta Ana, no te comportes de esa manera con mi novia.-Esta bien sola era una broma, ya me conoces ¿Pero cómo se llama tu novia?.-Se llama Verónica, los ojos de Ana fueron fulminados por la mirada fría de Verónica.-Gusto en conocerte Ana…todo por cortesía le mandaba a esconder sus celos.-Bueno Ana me dio gusto en verte pero tenemos que marcharnos, Rafael y Verónica se retiraron. Camino a casa de Verónica el trayecto fue en profundo silencio. Cuando abrió la cajuela para sacar las cosas, Rafael no aguantó más la mirada distante de Verónica al no mirarlo. - ¿Qué te sucede? Sabes que puedes decirme.-No es nada, no lo miro a los ojos y se dirigió a una bolsa.-Vero te conozco que tú cuando dices la verdad siempre ves a mis ojos, pero ahora no lo estás haciendo, la miro mientras ella simulaba revisar la lista.-Ana es una vieja amiga pero su intención.-¿Cuál intención Rafael? ella no creo que tenga buenas intenciones, interrumpió y aclarando sus ideas respiro hondo.-Ella  es muy impulsiva pero es buena persona.-¿Buena?, yo solamente  vi que me miro con desagrado y a ti te miro como si fueras una paleta de su sabor preferido.-Tranquila mi vero ella tal vez no conoce que tú eres una hermosa joven con cualidades sorprendentes, sostuvo sus manos y levanto su barbilla para mirar sus ojos.-Ahora sé que Fátima tenía razón.-¿En que tenía razón Fátima?, por la respuesta de Rafael quedo confundida.-Que cuando estas enojada arrugas tu nariz eso es único en ti.-Hay no empiece con eso Rafael, molesta se zafó de las manos de, el.-Ya no te enojes sabes que tú eres mi joya y el que debería estar enojado seria yo.-¿Y eso porque sería?-Porque me comparas con una paleta, se empezó a reír.-Eso fue porque no soy buena comparándote, apenada miro hacia otro lado.-Entonces Vero dejamos en claro que todo está bien, sus ojos buscaron los de Verónica.-Si todo está claro ella solo es una amiga…




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