Luz de estrella

Quince

Los días en la mansión habían sido tranquilos, sin ninguna novedad, hasta podía decirse que había adoptado una nueva rutina como antes la tenía, pero ésta era diferente. Solo habían pasado dos días desde aquella salida con Jungkook que había hecho mi mente un desastre, mis manos me picaban por llamar a Hoseok y hacerlo venir a la mansión y sacarme de una vez de aquí, no quería que esos sentimientos que estaban surgiendo se volvieran más fuertes.

Jungkook había viajado después de aquella cita y había dejado una soledad interminable debido a su ausencia.

Mis días habían sido apacibles desde su partida, me dedicaba a cuidar de la pequeña Sora, la sacaba a jugar al patio, la bañaba y vestía con la ropa que Jungkook le había comprado en una tienda en línea, para después, cuando caía la tarde, hacer postres para todo el personal.

Pero este día en especial, mi corazón dolía en mi pecho. Y no era por el hecho de que mis padres me hallan entregado a Jungkook, ni por la soledad que albergaba en la casa, si no porque hoy se cumplían diez años de la muerte de mi abuela, hoy era su décimo aniversario y yo no asistiría. Yo estaba lejos de ella y no podía visitarla como siempre lo hacía. Esta vez no habrían flores en su tumba, yo no estaría con ella porque ni siquiera podía salir de este lugar.

Las lágrimas hicieron su recorrido por mi mejilla amargamente. Antes quería marcharme de aquí con desesperación, pero ya había perdido las fuerzas para ello y me había rendido ante Jungkook, ante sus buenos tratos y sus dulces palabras. Pero hoy era diferente, hoy quería ir a mi ciudad con más ansias porque quería sentir que ella estaba ahí, aunque sabía que en realidad ya se había marchado hace mucho tiempo. Quería aferrarme a una mínima esperanza, que una parte de ella me reciba como antes lo hacía, pero esa esperanza la habían alejado de mí al traerme hasta este lugar.

Las lágrimas seguían cayendo sobre mis muslos mientras los silenciosos sollozos comenzaban a salir de mis labios.

Escuche la puerta de la habitación siendo abierta y me encogí en mi lugar, no quería ver a nadie en estos momentos.

– Quiero estar a solas Jimin – dije suponiendo que era Jimin quien había entrado.

– Perdón por olvidar que día era hoy – dijo una voz que conocía a la perfección. Saque mi cabeza de entre mis brazos y lo miré atónita.

Jungkook había regresado.

Estaba hecho un desastre por lo que imagine que había corrido hasta llegar a casa, aún se encontraba jadiante y sudoroso. Su camisa estaba desabrochada en los primeros botones y su corbata estaba mal acomodada. Jungkook dejó el maletín que sostenía y me acunó entre sus brazos, provocando que las lágrimas comenzaran a brotar nuevamente de mis ojos.

El abrazo fue íntimo y fugaz. Un abrazo cálido que había calmado mi llanto.

– Te llevaré con ella, vamos – dijo tomándome del brazo y haciendo que me levantara del suelo donde me encontraba.

Esta vez no pregunté. No hice ninguna pregunta al respecto, a pesar de que una parte de mi se cuestionaba como sabía Jungkook del aniversario de mi abuela, él había corrido todo el trayecto a casa porque se había olvidado del día que era y sabía que yo iba a ponerme mal por no estar con ella. Al parecer Jungkook me conocía más que yo misma y ya no sabía si eso debía aterrarme.

Lo seguí hasta su auto porque nada más me importaba. Solo quería estar allá y no sentirme su prisionera.

Jungkook iba todo el camino en silencio y por primera vez en todos estos días, pude verlo de una perspectiva diferente.

Él había dejado su trabajo por mí.

Había vuelto de su viaje de manera apresurada solo porque recordó que hoy era el aniversario de la muerte de mi abuela.

Había corrido para llegar hasta a mí y ahora, ya no importaba todo aquello que me había dado, no importaba el costoso reloj que colgaba de mi muñeca, ni los medicamentos, ni los tratamientos costosos del hospital, nada de eso importaba, porque lo verdaderamente que agradecía de él, era el haber corrido hacia mí cuando me encontraba angustiada, realmente agradecía el hecho que había dejado todo solo por preocuparse por alguien como yo.

Desde este día, en el que estaba frente a la tumba de mi abuela con Jungkook a unos metros de mí, algo en nuestra relación había cambiado.

Algo entre nosotros cambió.

 




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