Luz de luna

16

—¿Como la llamarán? —le pregunto Laura.

—No sabemos aun.

Llegué hace más o menos una hora, ella no soporta del todo mi presencia, es casi palpable en el ambiente, pero su hija me quiere a su lado, solo por eso me aguanta. El gran problema de eso, es que no puedo acercame lo suficiente a mi pequeña, ella no me permite y si la fuerzo todo se vendrá en mi contra.

Mi corazón la anhela, mi instinto la anhela.

—Mi esposo llegará tarde— me dice dejando su celular sobre la mesa.

Mi pequeña me llama, quiere que me acerque, pero no puedo.

—¿Me está escuchando?

Levanto la mirada y la observó.

—Necesito... —señalo su vientre — solo un segundo.

—Mi hija solo corre peligro estando a su lado, no me he ido de estos territorios por qué no se qué daño le haría a ella, pero usted, debería correr menos riesgos —se acerca a mi— juro que no nos iremos, asique no debe venir más, debemos protegerla, cada vez que está aquí, cada minuto, nos arriesgamos hacer descubiertos— dice con súplica.

—No puedo.

—Debe tener fuerza de voluntad, ¡es por el bien de ella! —alza la voz.

—¡Es ella quien me llama aquí! —contesto de igual forma— puedo mantenerme lejos —revuelvo mi pelo frustrado— pero ella... Es ella quien me lo impide, no duermo por las noches, porque está en mis sueños, cuando corro por el bosque, su aroma está en todos lados, por el día es como si la escuchará y me estuviera llamando.

Camina hasta el sofá y se sienta en este, se le nota agotada y nerviosa.

—Haremos que funcione, si la Diosa Luna nos junto ahora, debe ser que hay un propósito.

—Esperemos.

Me siento a su lado y acarició a mi pequeña.

Te estoy esperando pequeña lobita, te esperaré siempre.









 

Mañana es el cumpleaños de mi madre, eso quiere decir que viene mi hermana, junto con Noh Y Edrien.  Los extraño y quiero verlos, pero Noah me conoce mejor que muchos y es más curioso e insistente que muchos, eso me asusta. En su estadía aquí, no puedo visitar a mi lobita, el riesgo es demaciado.

—Llegue a un acuerdo con mis padres —me dice Jasmine.

—¿Cuál?

—Podre vivir aquí por una año, después debo regresar y casarme con quien ellos deseen.

—¿Aceptaste?

—No —dice segura— pero eso no les importa, lo que si haré, creo, es visitarlos, aún tengo que ver cómo lo haré, si voy y me "encarcelan" no podré regresar.

No puedo evitar reír, encontrará el modo de hacerlo, igual que hace meses atrás. Es un espíritu libre, de eso estoy más que seguro.

—Tuve un sueño extraño —enreda su brazo con el mío.

Nos gusta caminar por el bosque, todo es mas relajado. La brisa y el sonido del vientre en los árboles, nada de puede comparar con eso.

—¿Sobre que?

Y por sobre todo me gusta el bosque, por qué en el viento esta el aroma de mi lobita.

—Estaba en el jardín, cuidaba de las flores —eso lo convirtió en su pasatiempo favorito— cuando mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, era algo que jamás antes había sentido, mire a la Diosa Luna, cuando escuché una voz.

—¿Que decía?

Ya había escuchado sobre sueños similares, no sabe que significa, pero yo sí.

Es hora, dijo, lo escuché sólo una vez y desperté.

—Ya veo —sonrió feliz.

—¿Algo que quieras decirme?

—Se lo que significa.

—Dime —se detiene de pronto y me observa ansiosa.

—La Diosa Luna te esta anticipando de su llegada.

—¿De quien?

—Ya debemos regresar, tengo que ver cómo van los preparativos para mañana.

Camino de regreso con el paso más acelerado.

—No te vayas, dime —la ignoro riendo mientras intenta detenerme— ¡Dime!




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