Luz de luna

36

El desayuno está listo, quienes viven en la casa ya están en el gran salón, de el cual cupen más de cien personas. Es por eso que suelen venir a comer otros miembros de la manada que viven en nuestro pueblo o el bosque, hoy está especialmente lleno.

—Es hora de la verdad —Me digo a mi mismo en voz alta.

—No lo dudes más y solo entra —dice mi madre cuando pasa caminando por mi lado para entrar.

—¿Asustado? —se burla Astra detrás de ella.

Yo ¿Asustado? Tel vez un poco, aunque jamás lo admitiría, mucho menos en voz alta. Respiro profundo y entro. 
Lo normal, es que cuando me dirigo a mi puesto de siempre, en la cabecera de una de las mesas, me saluden con respeto, pero esta vez no hay nada... ni siquiera una mirada. No es que me guste que inclinen sus cabezas o tengan la casi obligación de saludar, pero es extraño, han sido demasiados años en mi puesto.

Una vez que tomo mi asiento, mi madre, que esta a mi izquierda, sonríe hasta casi con burla, igual que Astra, Jamsmie, Steven y Rossy, prácticamente me lo está restregando  en la cara.

—Aún no —me regaña mi mamá,  cuando intento agarrar un poco de pan.

—¿Se puede saber por qué no?

Estuve corriendo casi toda la noche, sin descanso, muero de hambre.

Miro a todos en la mesa y a mi alrededor, nadie está comiendo ¿Que tan esperando?
De pronto el ambiente cambió, ya no había tensión en el, si no ¿Felicidad?

Mucha miradas se desviaron, hago lo mismo y compruebo que le sonríen a los padres de mi compañera, y los saludan con respeto.

Ellos están sorprendidos. Los vi un poco más temprano para saber cómo estaba mi lobita, y me compartieron su miedo de estar aquí. Intente tranquilizarlos, pero no lo logre mucho. Ahora se les ve todo lo contrario.

—Buenos días—le dicen a mi mamá.

—Buenos días, siéntese porfavor.

Los dos asientos a mi derecha estaban vacíos, ella se sentó a mi lado.

Mi lobita está feliz.

Falta poco hermosa,  solo un par de semanas, le digo por nuestra conexión,  algo jamás antes visto. Pero puedo hacerlo desde hace unos meses.

Y de la nada todos comenzaron a comer, la estaban esperando a ella, a la Luna de la manada.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.