Luz de Luna

un mundo desconocido

Lo primero que se le vino a la mente, fue preguntarse a sí mismo un: ¿Dónde estoy? Parecía una escuela. Muchos jóvenes rondaban por aquí y por allá. Mucha gente que jamás había visto en su vida. Todos en cambio tenían algo en común; Todos usaban una túnica larga y negra que les llegaba hasta los pies, casi como una capa. Se dio cuenta que él también tenía una... ¿Pero desde cuándo?

 

Una señora alta alzó la voz. Parecía una especie de líder. Quizás la directora. Sus palabras les indicaron a los jóvenes que se dirigieran a sus salas de clases. Ya comenzaba la hora de clases.

 

-Tú. ¿En cuál sala vas?

 

-No lo sé. Respondió Frank.

 

-Ve a la sala tres. Le indicó esta señora. -Las salas están indicadas con carteles. Frank se dio cuenta de esto y se dirigió a la sala con el número tres.

Dentro había muchos jóvenes tomando asiento. Se dio cuenta que las sillas tenían pegados nombres. En una decía "Frank". Se sentó allí entonces.

 

Juntó las manos, y esperó, tal como si fuera otro alumno de aquella peculiar sala de clases. Sólo que los demás jóvenes, que quizás ya se conocían, hablaban sin parar.

 

Una voz que distinguió enseguida dijo:

 

-Así Que aquí está mi lugar.

Frank miró a la chica y era Rebeca. Se sentaba delante de él. Frank se quedó callado. Un poco asombrado.

 

-Bien alumnos. Mi nombre, como muchos de ustedes seguramente ya saben, me llamo Devora. Señorita Devora para ustedes. ¿Alguien que quiera decir algo antes de comenzar la clase?

 

Frank sintió deseos de levantar la mano, para preguntar qué cosa era todo esto. Jamás había estado en este lugar. Pero prefirió quedarse callado.

 

-Señorita Devora. ¿Cómo ha estado su día hoy?

 

-Bien Ismael. Gracias por preguntar.

 

La clase transcurrió en silencio. Sólo se escuchaba la voz de la Señorita Devora. Los alumnos permanecían en respetuoso silencio.

 

-La sangre. Como muchos de ustedes ya deberían saber, es sumamente importante para nuestra raza. Además, contiene nutrientes que nos permiten vivir. En este semestre. Estudiaremos los tipos de sangre. Posiblemente alguna prueba se trate sobre eso.

 

-Genial. Dijo Ismael.

 

La campana interrumpió a la señorita Devora.

 

-Muy bien. Es hora de salir.

 

Frank se dirigió a la puerta, deseando despertar de todo esto. El sueño era curioso, sí. Quizás se podría haber quedado un tiempo más, pero tenía otras cosas que hacer. En eso estaba, cuando sintió una delicada mano en su hombro.

 

-¿Me recuerdas? Era Rebeca.

-¿Ahora qué haces en mi sueño?

 

Rebeca sonrió. Le había causado un poco de gracia el hecho de que él creyera que esto fuera un sueño.

-¿Qué te hace creer que esto es un sueño?

 

-Pues porque esto no pasa en la vida real. Empezando, jamás había estado en un lugar así. Con gente así.

 

-¿Y el cometa violeta? Preguntó Rebeca.

 

-¿Esto tiene algo que ver con el cometa?. Espera. Ya sé, me está haciendo alucinar. Rebeca sonrió otra vez.

-No... Nada que ver. Lo que pasa, es que el cometa violeta es un portal.

 

-¿Qué?

 

-Es una historia larga Frank. Pero bueno. Lo importante es que salgamos de aquí ahora. Debo irme de aquí enseguida.

 

-¿Sabes qué?, no entiendo nada. Adiós, me largo de aquí. Seguro que en un rato más despertaré. Le dio la espalda a Rebeca y se alejó hacía las sombras.

-No entiendo que pasa aquí. Debe ser un sueño. Se acostó en el pasto de espaldas, mirando hacia el cielo estrellado.

 

A diferencia del cielo normal, que acostumbraba a ver en su "Mundo", en este el cielo era muy estrellado, y se podría decir que más oscuro.

 

-Bueno. ¿Qué te parece si me siento aquí contigo y te explico un poco para que me entiendas? A regañadientes respondió.

-Está bien.

 

-Somos Vampiros, todos aquí y estas en la "escuela de vampiros de Carion".

 

-Muy bien. Esto ya ha ido demasiado lejos. ¿Me quieres tomar el pelo?

-Cielos Frank, porque eres tan incrédulo. Te digo la verdad, ¿no ves que estás en un mundo diferente al tuyo, y que ni siquiera puedes despertar?

 

-Ese es un buen punto. Pero... ¿Vampiros?... ¿una escuela? En mi habitación estaba leyendo sobre su especie.

 

-Esta es una escuela de Vampiros. Todo sucedió la vez que viste el cometa violeta.

 

-¿Y que hay sobre el cometa raro ese?

 

-Para el que lo vea, tiene la habilidad de poder cambiar entre mundos. No sé porque tú lo pudiste verse supone que las personas no pueden verlo...

 

-No entiendo del todo... Pero, lo que me preocupa ahora es: ¿Cómo saldremos de aquí?

 

-No es algo imposible Frank. Pero la cosa es que debemos salir de aquí rápido.

 

-¿Por qué tanta prisa? , es tu mundo...

 

-¿Quieres regresar a tu mundo o no?

 

-Bueno, supongo que sí. ¿Entonces qué haremos ahora?

 

-Dime qué hora es. Le dijo Rebeca.

 

-Son las doce. Las doce en punto. Respondió Frank.

 

-Es hora. Vámonos.

 

-¿Hacia dónde?

 

-Esta es la hora cuando pasa el cometa. Mira... ¿Lo ves? Allí está...

 

Las palabras de Rebeca parecían escucharse a lo lejos. El mundo se desvaneció ante los ojos de Frank. Otra vez sentía la sensación de antes. Un profundo sueño, hasta que todo fue envuelto por una inmensa oscuridad...



#11979 en Fantasía
#4809 en Personajes sobrenaturales
#17095 en Otros
#2154 en Aventura

En el texto hay: vampiro, vampiras

Editado: 11.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.