Luz de Luna (saga lunas) 1er libro

CINCO

NARRA SIENNA

Hablar con Aria, se habia vuelto de mis pasatiempos favoritos hacia tres días que Aria me habia encontrado. Y estoy segura de que no pude tener mejor suerte. Me sentía agradecida por todo lo que habia hecho por mí y quizás ahora no, pero en un futuro se lo recompensaría.

_Bien estos son todos los mapas que encontré en el despacho de Killian. –coloco en la mesa una gran cantidad de mapas, algunos enrollados y otros doblados. – estoy segura que en algún tiene que encontrarse tu pueblo.

Buscamos y buscamos hasta que Aria por fin pego un gritito indicando que lo habia logrado.

_Phenixville. – me acerque a ella, señalo con el dedo un pequeño punto que en la parte superior decía en nombre del pueblo donde vivía. - según esto hay que llegar hasta el riachuelo y de ahí seguir el sendero "Exmore". Que nos conduce directamente hasta el pueblo.

_Bien. ¿Cómo llegamos al riachuelo? –ella agarro otro mapa y lo abrió-

_Nosotros estamos acá. –hizo un circulo con sus dedos sobre una zona que se veía completamente verde. Aquí es el lago donde fuimos ayer. –señalo una zona relativamente lejos a la anterior. Y nosotras tenemos que seguir el mismo camino del lago, pero continuar por la derecha una vez lleguemos a él. -trazo un camino con sus dedos desde la mancha celeste que era el lago hasta otra mancha más pequeña de color celeste también. –aquí está el riachuelo.

_Bien... maso menos lo entiendo. –estaba un poco confundida-

_Yo te guiare en el bosque. Pero una vez lleguemos al pueblo tú serás la capitana. –asentí y le abrí otro mapa que estaba a mi izquierda. - este es el pueblo. Nosotras saldremos por aquí, señale la entrada al sendero Exmore. Desde allí giramos a la izquierda y caminamos veinte minutos maso menos hasta que llegamos a la carretera que conduce a la ciudad. –recorrí con mis dedos el mapa enseñándole cada zona de la que hablaba. - Al lado de la carretera está el bosque y hay un camino corto que lleva hasta la casa de mi tío. -

_Bien. Entramos a su casa, tomamos tus cosas y salimos antes de que ellos lleguen. ¿verdad? –asentí y me corrí el pelo hacia un lado-

El plan ya estaba preparado. Solo quedaba esperar unos días para ejecutarlo.

_Por la luna, ¡ya debería de estar yendo! –Aria se ató el pelo rápidamente y se puso sus zapatillas. Todos los días ella salía a la misma hora para ir a una especie de clase que ella tenía. -

_Deja que yo ordeno. Tu ve.

_ ¿Segura? –asentí- gracias. Los mapas que están enrolladlos van el lado de la biblioteca de Killian. En su despacho. –volví a asentir. Ella casi se cae al intentar ponerse la otra zapatilla. Y cuando lo logro salió corriendo de la casa. -

Comencé a enrollar y doblar los mapas. Algunos los guarde entre los libros de donde los habia sacado. Otros los lleve al despacho de Killian. El por suerte no estaba en la casa. Últimamente me veía con desprecio o enojo y realmente no sabía que habia hecho para que me mirara asi.

Acomode los mapas cuidadosamente. Su despacho era grande. En el fondo habia una biblioteca. Y a la entrada se encontraba un escritorio de madera barnizada y unas sillas de madera del mismo color. Sobre el escritorio había algunos papeles. Mire por la ventana. El gran en imponente bosque se extendía afuera.

_¿Qué haces aquí? –gire de golpe cuando oí su voz. Grave, autoritaria y ligeramente malhumorada. –

_Yo... emm.. –sus ojos me inspeccionaban curiosos y me removí incomoda. – los mapas. Aria. ella... –no podía creer que estaba tartamudeando. Mi cerebro conectaba erróneamente las oraciones y las palabras salían mezcladas. -

Tome dos bocanadas de aire intentando calmarme un poco. Él se acercó a mí y yo en con mis nervios retrocedí. Choque mi pierna con una de las sillas y raspe mi pierna con un clavo salido.

_Mierda. –susurre y me agache para ver la herida. De ella brotaba sangre. Unas zapatillas negras se colocaron frente a mí. -

_Levántate, anda. Hay que desinfectarte eso. – levante la mirada y ahora Killian se veía todavía mas imponente que de costumbre. Si de por si era alto ahora era un gigante. El parado y yo todavía agachada. -

Me levante y quede frente a él, la herida ardía un poco. Sus ojos recorrieron mi rostro por un segundo antes de darse la vuelta y salir. Yo lo seguí.

_Siéntate. –señalo la mesa. -

_ ¿En la mesa? –el asintió y yo hice lo que me pidió. –

El llego con una caja pequeña. Saco un algodón y una botellita pequeña con un líquido transparente. Sumergió el algodón en el líquido y lo exprimió inmediatamente sentí el olor del alcohol, esto definitivamente iba a arder.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.