Luz de Luna (saga lunas) 1er libro

NUEVE

NARRA KILLIAN

Todavía no le habia dicho nada a mi hermana sobre mi descubrimiento de anoche. No habíamos tenido tiempo. En cuanto ella me despertó, pusimos manos a la obra y vimos las formas de encontrarla. Mandamos a los mejores rastreadores a buscar por nuestro territorio y nosotros dos salimos de el para ir a buscarla a donde vivía. Según Aria, ella se quedaría en su casa hasta el medio dia después de esa hora ya se habría ido. Porque su tío llegaba a esa hora de trabajar. Eran casi las once de la mañana y teníamos solamente una hora para llegar. Ya estábamos en el pueblo y todos me miraban asombrados.

Supongo que las marcas de mi rostro no me hacían pasar desapercibido.

Ari se acercó a mí.

_La mujer de ahí me dijo que la única carretera que conectaba a la ciudad comenzaba en tres calles, justo en esa dirección. -señalo hacia la derecha. -

_Aria tenemos que hablar. -ella me miro inquieta mientras caminábamos muy rápido en la dirección indicada- Ayer durante la Iunae Lumen. Sienna parecía resplandecer...

_Lo sé -sonrió de lado- se veía preciosa, ¡ese vestido le quedaba mejor a ella que a mí! Supongo que hice un buen trabajo maquillándola y peinándola.

_No, no me refiero a eso. -me miro confundida- lo que quiero decir es que literalmente estaba resplandeciendo. Cuando la luna estaba en el punto más alto ella tenía un aura blanquecina en todo el cuerpo. -se quedó un minuto en silencio-

_ ¡No puede ser! -exclamó anonadada- ¡Es tu mate! ¡Por la luna, ella es tu mate! - sonreirá exageradamente- Eso explica porque la dejaste dormir en tu habitacion y como tan fácilmente me ayudaste a buscarla esta mañana... -negó con la cabeza eufóricamente- ¡No puedo creer que hayas encontrado a tu mate! ¿Cómo... cómo te sientes?

_ En realidad no lo sé, estoy feliz por encontrarla, pero todavía me pregunto si no fue mi imaginación que lo invento todo. Al mismo tiempo me entristece no sentir su aroma y poder confirmar cada dia que ella es mi mate...

_No pienses en eso. Hay muchas formas de asegurarte que ella es tu mate. -se quedó en silencio, pensando una- Si la marcas y le queda una cicatriz para siempre, es porque ella es tu mate. -sonrió- Si ella es tu mate, también es Luna de una manada... -pego una carcajada al cielo- ¡siempre quise ser amiga de una Luna.!

El camino no fue muy largo, pero en cuanto estábamos a unos metros de la casa que Aria dijo que era. El corazón se me aceleró tanto que comenzó a doler. De un momento a otro Aria sonrió.

_Ella está ahí, siento su olor.

Un estruendo se escuchó dentro de la casa, luego otro y gritos. Reconocí de inmediato la voz de Sienna.

Aria y yo corrimos hasta el lugar y en la parte trasera de la casa se encontraba Sienna. Mis ojos volaron desde sus ojos llenos de lágrimas hasta su brazo cubierto de sangre. Aria corrió hasta ella he intento abrazarla, pero ella la empujo. Mi hermana cayó al suelo, entonces el hombre con una botella de vidrio rota se abalanzó sobre Sienna. Si ella no hubiese empujado a Aria aquel hombre hubiese atacado a mi hermana.

_Basta, por favor... Te devolveré las cosas...

_Al fin eres mayor de edad primita... Como me voy a divertir contigo. -comenzó a subir la falda del vestido de Sienna-

Tome al hombre por el cuello de la remera y lo tire contra un árbol. Tenía las manos hechas puños y cuando vi a Sienna levantarse del suelo. Con el pelo revuelto, el vestido lleno de barro y el brazo ensangrentado. Algo se apodero de mí.

Se me nublo la vista y solo pensaba en matar a aquel humano. Me acerque a paso lento, y con cada paso que daba se me ocurría una forma nueva de torturarlo.

Lo levante por el cuello y lo estrelle otra vez contra el árbol. El humano emitió un quejido. Lo tiré al suelo y comencé a golpearlo, por cada golpe se repetía la imagen de Sienna llorando. Y me pregunte cuantas veces habia llorado por este bastardo.

De repente sentí un cosquilleo en el hombro derecho, y una fuerza que intentaba sepárame del hombre.

_Killian, por favor. Lo vas a matar. ¡Para! -no sé quién me hablaba, pero ignore aquella voz - Killian te lo suplico. Por favor. -el cosquilleo se extendió hasta mi cuello y luego sentí uno nuevo en mi brazo. ¿Qué era lo que pasaba?, ¿Por qué sentía eso? -

Giré mi cabeza en la dirección del cosquilleo y vi a Sienna sujetándome. Su rostro estaba mojado por sus lágrimas y sus labios parecían moverse intentando decir algo.

_ ¡Basta Killian! -era ella, ella era la que me hablaba. -

Mire al humano y estaba cubierto de sangre. Me aleje de el con las manos temblando y mire para todos lados. Aria estaba parada a pocos metros de mi asustada. Sienna me miraba un poco más calmada que antes. Revise el lugar. ¿Aquí vivía mí mate? Todo era un desastre. Había botellas tiradas por todos lados, latas de cerveza, maderas y chapas amontonadas a un costado de la casa. La hierba se mantenía alejada rodeando la pequeña casa, como si no quisiera acercarse demasiado aquel lugar.




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