ANDRÉS
Luz sale primero de visitar a su hermana. Su madre se queda con ella. Jaime la lleva a revisar unos documentos, les presenta a algunas personas que podrán ayudarle para estar en contacto con Ángela y se despide, ya que tenía otros asuntos que arreglar.
El caso de Angy no se arreglará rápido, pero se arreglará.
Mientras Luz vuelve, Perla se acerca a mí, sé que desea charlar conmigo y la invito a sentarse.
-Perla, ¿le traigo algo? Agua, un jugo…
-Gracias Andrés, no te molestes, ya casi nos vamos. Quiero pedirte una disculpa por la escena de la mañana. Se nota que eres un hombre educado, y es la vida de mi hija, comprenderás que no puedo dejar de entrometerme, pues quiero lo mejor para ella.
-Descuide, lo entiendo. Las circunstancias nos acusaban de un mal comportamiento, pero quiero que sepa, que mis intenciones son las más serias. Puede estar tranquila.
-Lo sé Andrés, eso se siente- me sonrió –. Sabes, quise mucho a tu abuelo, era como un hermano para mi padre. Tu mamá fue mi amiga en la infancia y en nuestra juventud. La vida nos llevó por caminos distintos y nos distanciamos, pero siempre que nos vemos, lo hacemos con mucho cariño.
-Quizá ahora se vean más seguido de nuevo.
-Eso espero… y con respecto a Luz, cuídala mucho, siempre ha sido muy reservada, no le he conocido muchos novios… al menos que yo sepa, sólo algunos amigos… A veces la siento tan fuerte y otras tan frágil, es mi niña chiquita, pero nunca me ha dejado pasar más tiempo del necesario con ella. Me mantiene al margen de su vida.
-Si me permite hacerle un comentario Perla, creo que Luz tiene muchos sentimientos reprimidos, una charla madre e hija les vendría bien.
-¿Tú crees?
-Sí, me confesó esta mañana que siente que Angy es su favorita… y eso le duele. Por favor, no quiero que piense que soy un chismoso, pero alguna vez tuve poca comunicación con mis padres, y sé lo que siente. Platicarlo a tiempo evitará más discusiones sin sentido.
Tal vez pequé de entrometido, pero lo hice con buenas intenciones.
-Qué fuerte se escucha eso Andrés, gracias por la advertencia, la invitaré a tomar algo saliendo de aquí.
-Ella lo hará. Pero por favor, no le diga que yo he hablado con usted.
-Descuida, sé que no lo haces por mal, todo lo contrario. Y cuida mucho a mi Lucita por favor.
-Cuente con ello.
La señora Perla, sin duda era una gran persona, y me había echado a la bolsa a mi suegra, super suegra.