ANDRÉS
Pasó el tiempo, un par de meses y nuestras vidas estaban mejor que nunca. Luz y yo estábamos muy bien, en ocasiones peleamos por tonterías pero jamás nos hemos dejado de ver.
Nuestra rutina tenía su ritmo de lunes a viernes, pero los fines de semana siempre había algo distinto. Viajamos mucho.
Jaime y su hermana se fueron a vivir juntos. Increíble pero cierto, se volvieron inseparables y Jaime la apoyó en la construcción del jardín de fiestas.
Al final, las hermanas terminaron haciendo una buena mancuerna, cada quien en su área. Luz comenzó a considerar en construir más habitaciones con la finalidad de dar servicio de hotel boutique, pero luego recordaba la cantidad de compromisos que tenía y desertaba.
En mi vida pensé ser tan feliz con ella, hasta aquella mañana de un lluvioso domingo, saliendo de mi apartamento con Luz, nos topamos con Stephanie mi vecina del apartamento junto al mío.
-Hola Andrés-me sonrió con la mirada perdida.
-¿Estás bien Steph? ¿Cuándo volviste?
-Me dieron de alta esta mañana. Mis padres están aquí, salieron a realizar unas compras.
Luz, sorprendida por aquel extraño encuentro le sonrió. Steph le dijo:
-Tú eres la novia de Andy-se le escuchaba mal. Parecía drogada.
-Hola soy Luz.
-Bien por ti, ciao Andy.
Se despidió con la mirada incierta y se marchó. Luz y yo nos observamos extrañados. Me dolió en el alma verla así. Rota por dentro. Ella era otra mujer hace unos años.
El día estaba poco amigable, pero moríamos de hambre… invité a Luz a un pequeño restaurant frente al edificio a desayunar. El clima invitaba a estar en casa sin hacer nada. Con esa lluvia no se podía aspirar a otra cosa.
-¿De dónde la conoces?-dijo Luz intrigada.
-Es mi vecina desde hace tiempo, pero no está bien. Es adicta a la cocaína y, se puso muy mal cuando hace algunos años, en una fiesta en su departamento, un chico se cayó del balcón.
-¡Qué horror!
-Sí, fue un escándalo. A raíz de ello, estuvo en una clínica de rehabilitación. Sus padres me tomaron confianza y un par de ocasiones tuve que ayudarlos a rescatarla de circunstancias penosas. Creo que nunca se va a perdonar lo que ocurrió esa noche.
-¿Y qué fue lo que ocurrió?
-Al parecer este chico saludaba a su novia desde el balcón, y se paró sobre una silla. Steph lo empujó… no intencionalmente, estaba jugando, pero el peso le gano al chico y se cayó. Ella nunca lo confesó y nadie dijo nada. Sus padres movieron cielo, mar y tierra para ocultar la verdad. Nadie se dio cuenta, porque estaban muy drogados, incluso Carlos… el chico que murió.
-¿Lo conocías?
-No. Esa historia me la contó Steph. Al parecer ella estaba enamorada de él, y le dio una tacha, para hacerlo discutir con su novia, pero las cosas no salieron nada bien. Carlos murió unas semanas después.
-Estoy impcatada con esa historia.
-Sus padres temen por ella. Que alguna locura. Ha estado internada en varias ocasiones, pero sigue recayendo en las drogas y el alcohol.
-¿Vive sola?
-Sí, su madre está enferma, le diagnosticaron cáncer hace poco, así que su padre se parte en dos para estar con ella, pero Steph es muy rebelde, no quiere volver a vivir con ellos. Así que su padre se ha resignado a dejarla vivir su vida. Sin embargo, con frecuencia lo encuentro merodeando por aquí.
-Que complicado. Y pensar que uno se queja de tonterías, cuando hay personas que realmente la pasan fatal.
No pude dejar de pensar en Steph. En los años que tengo de conocerla hoy la vi peor que nunca y eso me angustió.