Al terminar de leer una fraccion del bestiario, Silvanna menciono
—Nunca crei que el bosque guardara tantas criaturas y secretos sin duda alguna la mision sera un reto
—Tienes razon Silvanna mientras tanto tenemos que dormir son las 2:34 am y solo tendremos unas horas de descanso
Con un abrazo se despideron, caminando en las calles de Lecvo se detuvo para mirar las estrellas que en ese momento se miraban hermosas, suspiro pensando en todo aquello que no la dejaba dormir.
En ese momento escucho el silvido de una flecha llendo hacia su dirrecion de un solo corte logro partirla, poniendose en guardia miraba a los alredores pero solo veia faroles y edificios cerrados enseguida varias flechas fueron lanzadas impactando su escudo cubriendose noto una sombra moviendose en el vieja forja, guardo su espada y trato de alcanzarlo, corria rapido la sombra con la ayuda de un farol logro ver que era un hombre por la armadura no parecia de Lecvo, debido a la distancia y a la amplia ciudad lo perderia asi que tomo una daga de su bolsillo con la empuñadura en mano lo arrojo clavandolo en un muslo del hombre haciendo que este cayera. Volteandolo rapidamente tomandolo del cuello dijo con voz fuerte:
—¡¿QUIEN ERES?! Golpeandolo en la cara y nuevamente pregunto:
—¡¿QUIEN ERES?!
El hombre dijo con voz burlona
: —Tengo ordenes
—¡¿ORDENES?! ¡¿DE QUIEN?! ¡HABLA!
—Tu conoces a los artesanos y bueno al jefe le deben dinero, rentas, favores se canso de esperar ahora quiere jugar un poco en especial con la mocosa
Al terminar de saco el cuchillo de la pierna del hombre para clavarselo en la otra haciendolo gritar
—Terminare contigo— dijo Heloise con voz fria
—No lo creo luz del norte
Heloise percibio el sonido que hace una espada al desenvainar frente a ella 5 hombres armados uno de los hombres dio un paso y dijo:
—Asi que tu eres solis caeruleum aurorea, sera la primera vez que peleo con una
—Ya nadie me llama asi— Saco la espada
Los hombres se acercaban rapidamente respiro profundamente, se lanzo bloqueando un corte al mismo tiempo que dos flechas le rozaban la mejilla en un movimiento agil corto el cuello de uno de los hombres volteo solo para arremeter con fuerza con la parte del escudo el torzo de otro oponente, quedaban dos ella se concentro mientras estos corrian hacia ella, en solo dos golpes pudo abatirlos seguido vio al hombre que dio un paso decirle:
—Me impresionas— Saco su hacha y se puso en guardia
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Editado: 20.05.2021