-¡FELIZ NAVIDAD!- ya es 25 de diciembre y Marco abraza por la espalda a su esposa y le deposita un beso en el hombro mientras Elisa corre por su regalo.
-Feliz navidad amor- le responde María al girarse y besarlo con todo el amor que le tiene a su maravilloso hombre, un jalón del vestido de María los hace separarse para encontrarse con la mirada triste de su princesa.
-¿Qué ocurre tesoro?- los dos sabían que ocurría, Elisa no encontraba su regalo y pensaba que santa lo le había traído nada pero la verdad es que su regalo estaba en su habitación.
-San..t..aa ssse olv...iddo de..e...ee mii- secándose las lágrimas con la manga de su campera. María no aguanta ver a su hija y le dice donde se encuentra el regalo y en medio segundo Elisa vuelve a salir corriendo solo que esta vez a su habitación a buscar el regalo.
Marco mira a María mientras ella sigue con la mirada a su hija, una de las cosas que ama de su esposa es le enorme bondad que tiene en su corazón, ella no puede hacer sufrir a nadie mucho menos a su hija por un regalo. –Me estas mirando- le dice sin despegar su mirada de la puerta por la que desapareció Elisa. –No me culpes por ello, fuiste tú quien se colocó ese hermoso vestido ahora tendrás que soportarme toda la noche querida- deja de mirar la puerta para ver a su marido – me costó ponérmelo pero si me miras así creo que valió la pena- esta vez Marco la agarra de la cintura y la acerca lo suficiente como para rozar su nariz –Si te costó tanto entrar en él es una verdadera pena que te lo sacare en un segundo- y antes de que su hija llegue emocionada por el regalo aprovecha de besarla lo más que pueda.
-Mami ven mira lo que me trajo santa- agarra a María y se la lleva a la habitación.
Él se recuesta en la reposera que tienen en su patio, le es imposible no pensar en que tiene todo lo que había soñado y en definitiva no cambiaría nada.
...
Son más de las doce, ya es navidad. Hace un año jamás se imaginó que pasaría las fiestas sin su esposa ni mucho menos recostado en las incomodas sillas del hospital. Este día comenzó siendo muy difícil para ellos, era la primer navidad que pasaban solos y por si fuera poco debido a que la comida no le sentó bien a Elisa termino en cama en el hospital esperando a la vuelta del médico con los estudios para poder irse.
-Papi no quiero estar aquí- ninguno de los dos quería estar en ese lugar.
-descuida tesoro que ya viene el doctor y nos vamos a casa, además tu solo piensa en el hermoso regalo que te habrá traído santa- eso hace que sus ojitos se iluminen. Sabía que esta navidad iba a ser difícil pero se propuso a hacerlo todo para que su pequeña no la pase tan mal y en definitiva este inconveniente con la comida no le estropeara la navidad a su hija. –A ver dime ¿Qué le pediste a Santa este año?-
Su hija se reincorpora en la cama y le empieza a contar a su papi lo emocionada que esta por recibir su regalo. Aun en esa cama de hospital Marco ve que este día aún no está perdido pues la sonrisa que más ama ver sigue en ese bello rostro. Todo marcha de maravilla, no es la comodidad de su casa pero aun en esa fea habitación de hospital y con la comida de allí, Marco y Elisa pasan una feliz navidad pero ahora sabe que no todo es color rosa y lo vuelve a comprobar cuando el médico le dice que el malestar de Elisa no es porque le cayó mal la comida sino porque es debido a que sufre de insuficiencia renal.
Una vez más el mundo de Marco de viene abajo.
Este es el prologo de Luz de salvacion. No se si a todos les gustara la novela pero mientras la voy escribiendo me va gustando mas y me conformo con que solo a dos o tres opinen lo mismo.
Disfruten mucho de estas fiestas y aprovechen a sus seres queridos porque nunca se sabe cuando se pueden ir de nuestro lado.
Besos!!!