Si me hubieran dicho que un campamento en medio del bosque cambiaría mi vida… probablemente habría empacado con más emoción y menos repelente de insectos.
Tenía diecisiete años, el corazón lleno de dudas, una Biblia nueva sin subrayar y un cuaderno en blanco que pensaba usar como diario, pero terminé usando para escribirle cartas a Dios.
No sabía que esa semana conocería a mi mejor amiga.
Tampoco sabía que me enamoraría.
Mucho menos que ese verano me enseñaría que la fe no siempre grita; a veces susurra entre los pinos mientras cantas con lágrimas en los ojos.
Este no es solo el inicio de mi historia de amor con Steve.
Es el inicio de todo lo que soy.
Porque antes de que los cielos se oscurecieran… hubo una luz.
La luz entre los pinos.