Luz y Oscuridad (completa)

HELENA

       La última semana había sido un tanto extraña para Helena, a pesar de que no había ocurrido nada fuera de lo común, la sensación de que algo no estaba bien la invadía y no la dejaba vivir tranquila, no estaba segura de que ocurría pero sabía que había pasado algo.

      Ese día había transcurrido como cualquier otro, Helena estaba sentada en la mesa de la cocina tomando un poco de té de hierbas para calmar los nervios, cuando una visita sorpresa de América la sacó de sus pensamientos.

      La hechicera había sido como una segunda hija para ella, la conocía desde que era tan sólo una niña así que sabía muy bien cuando algo le ocurría y ese era uno de esos momentos en que su rostro hablaba por ella.

–¿Qué ocurre América? –pregunta sin titubeos al momento en que ambas se sientan a la mesa, la chica se mantiene en silencio como si no encontrara las palabras que necesita decir– es Sofía ¿cierto? –pregunta casi en afirmación

–Si –responde en voz baja cerrando sus ojos al escuchar a Helena comenzar a sollozar

–Pero… ¿qué ha pasado?... Necesito…–su voz se corta al no poder evitar el llanto–

–Fue capturada durante su misión

–Pero entonces está viva… pueden rescatarla –exclama esperanzada pero el silencio de América rompe su corazón nuevamente

–Está viva –afirma– la he visto… hice un hechizo para encontrarla –se apresura a explicar– pero no sé cuánto tiempo más resistirá, el oscuro que la tiene es muy poderoso y no creo que quiera mantenerla viva mucho tiempo

–Entonces tienen que rescatarla, seguro en White Hall están haciendo algo para salvarla

–No… ellos no quieren hacer nada, no consideran que Sofía sea lo suficientemente importante para arriesgar a más soldados

–¡Esto no puede ser verdad! –exclama más para sí misma que como parte de la conversación –Irina no puede hacer esto, después de todo lo que ella… –se interrumpe así misma al ver el rostro de América

–¿Irina?... ¿Hay algo que necesite saber? –pregunta confundida

–No cariño, no… está bien, solo… mantenme informada si sabes algo de Sofía, quizás uno de esos hechizos tuyos puedan ayudarnos

–De hecho… eso era lo que venía a hablar con usted… creo que puedo ayudar a Sofía

–¿Cómo?

–No puedo explicarle lo que haré pero le aseguro que daré mi mayor esfuerzo para sacar a Sofía de ese lugar y traerla de vuelta a salvo –en su rostro se refleja la seguridad y sinceridad de sus palabras– le prometo que la traeré de vuelta

       América parte en su misión tras esas palabras pero a pesar de su convicción y la esperanza de Helena, los días pasan sin noticias de ella o Sofía, la preocupación no deja dormir a Helena, siente desesperación, quiere ayudarlas pero no sabe cómo

–Martín… si estuvieses aquí, todo sería distinto –se dice así misma en su melancolía

      ¿Cómo su vida había llegado a ser lo que era ahora? Es la pregunta sin respuesta que ronda en su cabeza, siente nostalgia al pensar en esa época en que creía que su vida era prácticamente perfecta, cuando parecía que nada podía salir mal, cuando estaba junto a Martín, con él todo era diferente porque a pesar de los altibajos de su noviazgo, su matrimonio se había desarrollado de la mejor manera, se entendían muy bien y tenían una hermosa niña que solo les traía alegría. Durante ese tiempo podía sentir que vivía en un cuento de hadas y que ese era su final feliz, sin embargo, la vida tiene una manera graciosa de dar vuelta a la página y sin esperarlo, se encontró nuevamente con quien acabaría con su paz y llevaría su vida a ser lo que es ahora.

       Irina había sido la novia dorada de Martín, aquella a quien todos amaban, la familia de él la había querido como un miembro más e incluso tras su separación, habían mantenido las relaciones con ella, después de todo, era la “chica perfecta”, quien debió haber sido la esposa soñada.

       Helena no fue culpable de esa separación, esa relación ya había muerto incluso antes de que ella apareciera en la vida de Martín, sin embargo, eso no era lo que pensaba Irina, después de todo, siempre es más fácil culpar a otros por tus errores que a ti mismo.

       A pesar de las circunstancias, la elfa había hecho su mayor esfuerzo por mantener la paz entre ellas pero la tensión que existía era muy grande y no parecía tener un buen futuro por lo que fue un alivio para ella cuando Irina decidió pedir cambio de unidad y desaparecer de sus vidas.

      Martín e Irina se habían conocido en su primer día en la academia militar y habían sido compañeros desde entonces, la partida de la chica lo había entristecido a pesar de que sabía que era lo mejor para todos pero 10 años después el ángel había regresado y ahora no solo era parte del batallón de Martín sino que era su jefe, en realidad, era la jefe de todos, ahora White Hall estaba bajo su mando y siendo más poderosa y orgullosa que nunca, había regresado para acabar con su paz.

      Helena e Irina jamás tuvieron una verdadera pelea, por más molestia que se causaran entre ellas, eran lo más educadas posible cuando estaban una frente a la otra, sin embargo, ambas estaban conscientes de lo que en realidad ocurría, el ángel nunca había dejado de amar a Martín y culpaba a la elfa de su separación y esta se mantenía en alerta, casi en modo de ataque al pensar que su rival podría hacer algo para sabotear su relación.




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