Luz y oscuridad (¡ Nueva Versión Muy Pronto!)

DOS (II PARTE)

Salgo del avión con mis maletas, recorriendo el lugar con la mirada. Estoy hecha un manojo de nervios cuando camino por la gran sala de espera, donde están muchas personas con carteles con algunos nombres, unos se despiden y otros se reciben. Sigo mirando el lugar hasta que se detiene en dos figuras bastante conocidas. Me acerco a ellos que me están buscando con la mirada hasta que me tienen de frente.

Ninguno de los tres dice nada, simplemente nos miramos con una sonrisa, cualquiera que nos viera, le causaría miedo. Creo que tenemos la misma expresión exacta.

—Ya está siendo demasiado incomodo. —Murmuro— ¿Nos quedaremos mirándonos un rato más o como…?

La primera en reaccionar es Lesly, dándome un abrazo.

—Siento que ha pasado muchísimo tiempo. —Me dice al separarse de mí. —Mira como estas de grande, ¿Estuviste comiendo sano?

—Si, claro que si.

Mi hermano me sonríe, abrazándome también.

—Bienvenida a casa, hermanita.

Me separo de Adam, quien me ayuda con las maletas.

Caminamos hacia el estacionamiento, y sonrío al darme cuenta de que realmente estoy aquí, de nuevo, con mis hermanos.

Los extrañe tanto.

— ¿Qué hacemos antes de ir a casa? —Inquiere Lesly, sentándose en el asiento copiloto. —Demos una pausa para que Hanny se prepare a lo que viene, además de que nadie sabe que volvió.

Mi hermano mira mal a Lesly cuando ella lo mira con una sonrisa maliciosa. Eso aumenta más mi curiosidad.

Admito que he esperado que este día llegara rápido para que me dijeran directamente cual ese eso tan importante que yo debía saber y que ellos no me lo han explicado.

—Tengo hambre. —Digo, dejando una indirecta bastante directa.

—Yo igual. —Lesly me sigue con una sonrisa inocente.

Adam pone los ojos en blanco.

—Que discretas. —Masculla en voz baja.

El camino hacia la cafetería al que solíamos ir Lesly y yo es totalmente aburrido para mí. Solo miro por la ventanilla las calles que me sé de memoria, los más conocidos autobuses. Cuando estaba aquí, sentía que me agotaba recorrer lo mismo todos los días, pero al ver una ciudad nueva, totalmente desconocida, me gustó y me disgusto a partes iguales. El hecho de que haya salido de mi ciudad natal en condiciones reprochables, hacia que no aprovechara Atlanta como se debía, pero por otro lado, me llamaba mucho la atención recorrerla.

Los tres bajamos del coche y veo a mi alrededor, sí que me hizo falta después de todo.

Suspiro cuando me siento en la silla junto con Lesly y mi hermano. Adam llama la atención del camarero que se acerca.

—A mi me das una hamburguesa especial y una Coca-Cola. —Pide mi hermano.

El chico nos mira esperando que pidamos.

—Papitas, pollo frito y un batido de frutas. —Pido. Mis dos acompañantes me miran con una ceja enarcada— ¿Qué?

— ¿Quién en su sano juicio pide comida chatarra con bebida sana?

Sonrío angelicalmente.

—Yo.

Lesly niega con la cabeza.

—A mi me traes lo mismo pero con Coca-Cola.

El camarero se va, y miro mi móvil cuando me llega un mensaje de Cris.

Cris:¿Todo bien en casa?

Sonrío, respondiéndole.

—Yo creo que alguien se coló en su viaje a Atlanta. —Canturrea Lesly, sonriendo maliciosa.

Hannah: Aún no he llegado, mis hermanos y yo hemos dado una parada en una cafetería.

— ¿Qué? No, es una amiga que conocí, éramos compañeras de habitación—Aclaro. Lesly quita la sonrisa de inmediato.

—Tantos meses y solo conociste a una chica. —Niega con la cabeza.

—No estaba interesada en conocer a nadie. —Me encojo de hombros.

Mi móvil vuelve a sonar, pero esta vez es una llamada de papá.

—No contestes. Nadie, aparte de nosotros sabe que has venido. Queremos dar una sorpresa. —Me dice Lesly, mirando la pantalla del móvil. —Simplemente ignóralo.

Asiento con la cabeza, dejando mi teléfono a un lado.

—Hanny, tenemos muchas cosas que contarte, ya estoy esperando llegar a casa.

—Y… ¿Por qué no me lo dices ahora? —Inquiero, mirándolos con interés.

Me gano la ignorada del siglo.

El camarero llega poniendo la comida de cada uno frente a nosotros. Como con una velocidad que me sorprende a mí misma. De pronto, me urgen las ganas de llegar a casa.

—Oye Les… ¿Cómo está Demián? —Pregunto cuándo soy la primera en terminar.

Ella sonríe como niña pequeña.

—Esta genial. ¿Te he dicho ya que vivimos juntos? —Asiento con la cabeza. —Desde ese entonces él ha aprendido de Administración tanto como yo.

— ¿En serio?

—Sí, hubo un día que necesitaba una explicación y él como pudo, me lo explico, y cuando no entendíamos ninguno, veíamos videos. —Me dice, sonriente. —Además, hace unos meses arregló unos de los problemas que lo tenía tan ahogado. Ahora se siente más libre.

Y ahí está…

—Ya… ¿Ya pudieron arreglar todo?

Lesly borra la sonrisa para poner una mueca.

—No todo. Aun hay cosas que les ha costado bastante trabajo con lo de la otra banda, así que… Ambos han hecho lo que está en sus manos. Estuve a punto de abandonar mis estudios pero ninguno me dejo.

— ¿Ninguno?

—Sí. Demián, Bestia, Dylan, Nicolle.

—Sí, y es aquí cuando yo pregunto. —Se mete Adam, dejando el vaso de refresco en la mesa. — ¿Cuándo ibas a decirme que mi cuñado era un delincuente?

Lo miro mal, apretando los dientes.

—Primero, no es un delincuente. —Aclaro, hablando más firme de lo que pensaba. —Y segundo, no es tu cuñado.

El sonríe ampliamente, terminando su refresco hasta dejarlo totalmente vacío. Lesly también sonríe, apartando su plato ya vacio.

—Iré a pagar para irnos. —Mi hermano se levanta mientras Lesly mira su móvil, evitando mi mirada.

¿Por qué siento que me están ocultado algo?




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