Me estrujo los ojos cuando me despierto en el mismo lugar en la que me dormí, trago saliva cuando lo primero que recuerdo es a Max yéndose en una camilla inconsciente.
Lo que más temía era esto, y sabía que pasaría, pero por más que estuve mentalizada a cualquier cosa, no estuve preparada, y aunque lo estuviera, el dolor no sería menos.
— ¿Qué hora es? —Pregunto tras carraspear.
Demián es quien ha sido víctima de ser mi almohada.
—Las ocho de la mañana. —Me responde.
— ¿Has dormido algo?
Asiente con la cabeza.
—Una o dos horas como mucho.
Suspiro, veo que Dylan trae tres vasos desechables de café con ojeras bajo sus ojos. No me había dado cuenta que Lesly estaba aquí, está hablando con Cris y Alanna un poco apartadas. Dylan me da el café en las manos, sentándose a mi lado, dejándome en medio de él y de Demián, los tres tenemos la mirada perdida, mientras esperamos que algún medico nos llame y nos diga algo sobre él.
El padre de Max llega minutos más tarde, mirando a todo el mundo, desesperado, tras él aparece la abuela de él con rastros de lágrimas. Trago saliva cuando se me forma un nudo en la garganta, haciéndome sentir más culpable y dolida.
Me levanto, dándole la cara a la familia Lee, con lágrimas en los ojos bajo la cabeza.
—Lo siento. —Murmuro cuando estoy frente al padre de Max.
El no me dice nada.
—Estas mal tanto como yo. —Me responde. —No lo sientas, yo sabía que esto pasaría, todos lo sabíamos.
Su abrazo hace que se me escape un sollozo, causando que me apriete un poco más, me suelta haciéndose un lado cuando su madre me mira y me abraza.
—Teníamos que quedarnos con usted, ¿cierto?
—Ninguno de los dos sabia que algo pasaría. —Se le corta la voz, haciendo mi corazón añicos.
Lesly y Cris se me acercan, la primera me abraza y aunque la primera no se haya perdonado formalmente, su abrazo sigue siendo aquel que me ínsita a llorar sin que nadie me juzgue, sin que ninguno pueda mirarme mal, aunque dudo mucho que los presentes lo hagan, ya que están igual que yo.
— ¿Y si denunciamos a quien lo hizo? —Pregunto, mirando a Lesly entre lágrimas.
Ella aprieta los labios.
—Dudo mucho que quieras hacerlo, Hanny. —Murmura ella.
Asiento con la cabeza, entendiendo lo que quiere decirme.
—Esto no puede quedarse así. —Opino. —No puedo dejar que él este en cirugía por... ¡Es injusto!
—Lo sé...
—El puede ser obstinado, pero sus sentimientos son valioso, Les...
Ella me abraza dejando que deje soltar todo, aunque no será suficiente hasta que me digan que está bien y tener la certeza de que eso sea cierto.
— ¿Qué coño hace ella aquí?
La pregunta tosca de la abuela de Max me hace levantar la cabeza para mirar a una mujer bien cuidada, se le nota que lleva edad, aunque su piel no lo parezca, entonces me doy cuenta de quién es esa mujer.
—Vine a ver a mi hijo. —Le responde en el mismo tono.
—No es tu hijo.
La mirada del señor Lee me hace tragar saliva inconscientemente.
—No seas inmaduro, Alex. Ya estás muy anciano para esa actitud.
—Sobras aquí.
Ella pone los ojos en blanco.
—Madura.
Todo se queda en silencio por la tensión.
Me pongo de pie inmediatamente cuando un doctor de bata blanca se acerca a nosotros, me pongo frente a él, con el padre de Max, Demián y la abuela.
— ¿Familiares de Maximiliano Lee?
—Somos nosotros.
La mujer de hace unos minutos se pone a mi lado sin determinarme, pero ella no me interesa en lo absoluto.
—La operación se complicó por la pérdida de sangre pero hemos podido estabilizarlo a tiempo de que pudiera perder mas ya que tenía una hemorragia intensa.
— ¿Está bien? —Pregunto temerosa.
—Como he mencionado anteriormente, lo hemos estabilizado, puede que no esté totalmente bien, pero tampoco está mal.
Suspiro, tragándome ese nudo en la garganta que se me forma. Me apartó dejando a Alex y a la abuela de él.
El padre de él vuelve a tomarme, dejándome a su lado.
—Puedes ir con él, solo puede ir una sola persona y estoy seguro que serás lo primero que querrá ver cuando despierte. —Murmura con una sonrisa.
Asiento con la cabeza, me voy detrás del doctor con las manos temblorosas cuando vamos a dirección de terapia intensiva donde se encuentra, me pongo el trajecito azul y me acerco a su camilla donde tiene cables y sueros estando él dormido.
Trago saliva con dificultad cuando miro sus labios pálidos al igual que su rostro, me siento en una pequeña silla cerca de él y ahora soy yo quien lo toma la mano.
—Lesly y yo nos hablamos. —Murmuro con una pequeña sonrisa. —No ha sido muy formal teniendo en cuenta que ha sido hace cinco minutos, estemos en un hospital contigo aquí.
Lo único que se escucha son los pitidos de las maquinas.
—Hasta en eso has ayudado, ¿Te lo puedes creer? Lo único que puedo hacer yo es crear más caos.
Me seco una lágrima que ha salido sin querer. Acaricio su mejilla fría y sin color, mostrándome a un chico que no se ve tan guapo como la primera vez, pero lo sigue siendo.
—Aquí estoy, ¿vale? Prometí no soltarte la mano y aquí estoy. —Murmuro en un hilo de voz cuando empiezo a llorar. —Solo falta que volvamos a casa, toda la familia está reunida abajo, Max. Menos mi hermano, Nicolle y la mini Hanny, pero aquí estamos todos.
Aprieto su mano, pegando mí frente a su brazo.
—Por favor, despierta...
Cierro los ojos y dejo de ser consciente de lo que pasa a mí alrededor cuando me quedo dormida.
***
—Hannah...
Despierto de inmediato cuando escucho mi nombre, veo al hombre que sigue dormido y mi ilusión vuelve al piso cuando veo a su padre, que lo mira con los labios apretados.
—Ven a bajar, tienen que hacerle unos estudios y tú debes ir a casa para que comas y te duches. —Murmura.
—No quiero irme.