Habían pasado 4 días desde que salió del castillo y 3 desde que había ingresado al bosque encanto, en ese lugar encontró un sitio perfecto para descansar y poder admirar la infinidad de criaturas que pasaban por ahí, más que nada eran animales y bestias.
Un día mientras el se encontraba recogiendo agua empezó a sentir como su corazón se aceleraba, su cuerpo empezó a tener reacciones que desconocía, no sabía bien a que podía deberse, por lo que corrió de nuevo a su lugar seguro con Agnis y pospuso nuevamente la salida del bosque encanto.
Por otro lado, otra criatura con poderes inimaginables, empezó a sentir que algo lo llamaba constantemente al bosque y había un olor que no podía describir, mas olía delicioso era como frambuesas con chocolate su postre favorito. A diferencia de nuestro querido Aki Alai, si sabia a que se debía era un sentimiento que describen mucho en su territorio y hace años no se había manifestado.
Alai a diferencia de Aki tenia poderes oscuros que lo hacían ser el más fuerte de su clase, muchos y muchas querían que Alai si fijara en ellos o ellas, para poder engendrar un hijo poderoso. Pero Alai no quería personas interesadas, el quería un amor verdadero, encontrar su conexión, solo que con la partida de las criaturas de luz más puras que disidieron irse lejos de todos, se había convertido en leyenda encontrar tu conexión.
Otro día había pasado, pero era diferente a todos los demás, Aki había investigado a que se debían esos extraños síntomas que estaba sintiendo, sumándole que en ocasiones podía oler un olor a nieve que cae en el bosque en primavera, que tanto le gustaba, descubrió gracias a los libros que el antiguo le había dado, era el llamado de su conexión y que en cierta manera su conexión le estaba llamando y viceversa. Aki estuvo asombrado un tiempo y más al saber que podía llegar a tener hijos y que cualquiera de ellos dos podría llevarlo en su vientre.
Fueron noticias muy asombrosas y difíciles de asimilar, pero se había hecho la idea de no huir más y encontrar la felicidad que ansiaba.
En una de las tantas caminatas de Aki, él se encontró con otra criatura que supo al instante era poderoso y la oscuridad lo favorecía como la luz lo hacía con él, esa Criatura era Alai.
Ambos parecían aguantar la respiración no dejaban de mirarse a los ojos y estudiarse mutuamente. Aki se hallaba embobado mirándolo. Ambos sentían los aromas embriagadores que provenían de cada uno. Aki olía la nieve que cae en el bosque en primavera, mientras que Alai olía las frambuesas con chocolate.
Poco a poco se acercaron los dos, se miraron y se contemplaron el uno al otro, sus miradas eran como si se estuviesen desnudando sus almas, una vez tocaron sus manos sintieron un choque eléctrico que les comprobó que estaban hechos el uno para el otro.
En ese momento Aki entendió que tomó la mejor decisión al haber escapado de ese castillo y de su encierro, para poder encontrar el amor y desde entonces se narra una historia, una leyenda donde dice que había una vez un ángel que escapó del paraíso se enamoró de un demonio y de ellos nació la humanidad, esa es la historia que se narra en un pueblo muy lejano.