Luz y Tormenta

[CAPÍTULO 30]

Deryl Hernández 

—Con un poco de hielo se te pasara la hinchazón y tengo esta pomada que también puede ayudarte —dice Christian mientras me entrega la bolsita de hielo. 

—Gracias. —La tomo entre mis manos y la pongo en mi mejilla. 

Estaba recargada en la silla de la cocina. Después que mis padres se fueron quedé totalmente mareada y aturdida. Matt tenía a Melanie sobre la barra mientras curaba sus rasguños. Baje la vista hasta Christian, aún estaba serio, molesto e incómodo. Pero ninguno había tocado el tema sobre lo sucedido y agradece eso. 

—¿Ya comieron algo? —Pregunta Matt en voz baja. Pero ambas negamos—. Tengo algo de yogurt y cereal. Es ligero y así no moverán tanto la mandíbula. 

—Gracias, amor —le responde Melanie con cariño a la vez que acariciaba su cara—. ¿Qué les pasó a tus brazos? 

—Sólo fue una riña dentro del bar, nada grave. Ebrios peleando —responde con simpleza. 

—¿También tuviste una pelea? —Miro a Christian quien cubría algunos rasguños con su mano puesta. 

—Fue la misma en realidad. Sólo no me gusta estar marcado en la piel. —Suelta un suspiro largo y cansado. 

No había levantado su vista, no hacía un gesto, no hacía nada y eso me preocupaba. 

—Si sabes que te quiero, ¿verdad? —Le susurro con la ternura que me causaba al verlo. 

—Lo sé, cerecita. Eso jamás se me olvida. —Toma mi mano libre—. Pero a veces quisiera ser un superhéroe para cuidarte de todo, cuando en realidad soy un simple humano. 

—Para mi eres cómo un superhéroe personal. —Sonrió de lado—. Siempre serás mi superhéroe favorito. 

Tome su mentón con mi mano y lo levanté hasta que quedara a mi altura. Estaba rojo y temblando. Acaricie sus mejillas con mi dedo pulgar, con una lentitud que hasta mi me desesperaba, me incline tan sólo un poco y lo bese. Lo bese con anhelo, con orgullo, con amor, con placer. Solté la bolsa de hielo y lo atraje más a mí. 

No me importó si mi hermana y Matt estuvieran al otro lado de la cocina. 

Tome impulso y me senté sobre sus piernas. No dejábamos de besarnos, pero ahora con más rapidez. Sus manos se posaron en mi cintura ayudándome a acomodar mi peso sobre él  

—Esto es… incomodo —Matt fingió una tos demasiado dramática—. ¿Podrían esperar a que nos vayamos? 

—Debería estar acostumbrada a esto —dice Melanie igual de dramática.  

Entre risas me he separado sin mucho afán de Christian y vuelvo a colocarme en mi asiento con mi mejor cara angelical.

—Existe el taparse los ojos y no mirar —suelta Christian entre risas—. Vamos sólo es un beso, no pensábamos hacer nada… Oh no aquí.  

—Mejor resuelvan mi duda del apellido O'Brien. —Cambio de tema con una vergüenza ante las palabras de Christian.  

—En verdad no hay mucho que contar —habla Matt—. Sólo repetí unas palabras que decía Jake. 

—¿Jake?¿Quién es Jake? —digo confundida.  

Matt y Melanie se me quedaron viendo con extrañeza. Su ceño estaba más fruncido de lo normal, pero no duró mucho esa mirada sobre mí. También veían a Christian, creo que hasta su mandíbula tocaba el piso de la impresión.  

—¿Cómo que nunca le has hablado de Jake a Deryl? —Inquiere Matt casi en un tono agresivo. 

—Bueno, es que no se ha dado el caso —responde Christian algo avergonzado. 

—¿Quién es Jake? —Preguntó directamente a Christian. 

—Jake es hijo de Martha, la señora que nos adoptó —dice cabizbajo—. Era cómo mi hermano por así decirlo, vivimos mucho tiempo con él, pasamos muchas cosas con él 

—¡Tienes un hermano y no hablaste de él! —Me altero—. ¿En serio, Christian? 

—Fue casi el salvavidas de Chris —prosigue Matt con una sonrisa—. Digamos que un superhéroe, nunca hay que negar el pasado.  

—Gracias, chismoso. —Christian lo mira con mala cara.  

—No hay de que. —Matt le regresa el gesto. 

—Eso tampoco yo lo sabía —interviene Melanie—. Yo también quería saber eso.  

—¡Ese tema es mío y nadie debería de meterse! —Grita Christian con fastidio  

—Jake fue quien sacó a Christian del closet. No se si puedo denominarlo así, pero si. —La mirada de Matt estaba directamente en Christian. De verdad quería fastidiarlo. 

De pronto Christian se levantó de golpe casi tirando la silla que estaba detrás de él. ¿Cómo puede ser que ese hombre se vea tan guapo estando enojado? Dios, de verdad que yo estaba loca por ese chico. 

Me acerqué un poco más a él tomando su mano para calmarlo, a veces Matt era un poco pesado y Christian no estaba para soportarlo. 

—Bueno ya, me calmo hombre. —Matt levanta la mano en signo de paz—. El padre de Jake era un abogado muy respetado, él ayudó a Martha a ganar nuestra custodia. Jake siempre se defendía diciendo que su padre era un abogado y podía meter a todos en la cárcel. Supuse que, si el padre de ustedes es abogado, le daría miedo que un O'Brien le meta demanda por tanto abuso a sus hijas. 




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