Camine buscando la salida de la estación, Adriana me dijo que tomara el autobus y en la primera parada bajara, mi nueva casa estaba a orilla de la calle, era de color verde y tenía un portón color verde de rejas, el muro no era muy alto y estaba cubierto de enredaderas con flores silvestres de color amarillo, se miraba como una hermosa alfombra amarilla qué cubría todo, sinseramente sentí dentro de mi "Estas en casa..".
Llegue al portón y saque las llaves, estaba rotuladas, mire a los alrededores y note que era la única casa qué había, a los lados y hacia el frente se notaba que todos eran pequeños apartamentos qué estudiantes alquilaban.
Entre cerrando tras de mi, en el patio había un corto camino de piedras, maceteras con todo tipo de plantas y flores, eran las 10 de la mañana, se sentía correr una brisa agradable y fresca que las hacía mecer, a la par de la puerta, en el corredor había dos sencillas pero bonitas sillas con una pequeña mesa de madera cubierta por un mantel floreado y una macetera en medio, sobre una de las sillas habían un par de hermosos minitos uno negro como la noche y el otro de pelaje anaranjado, al escucharme abrieron los ojos y se me quedaron viendo fijo para luego bostezar, estirarse y correr hacia la puerta a la espera que abriera, al parecer la casa venía con dos inquilinos.
Abri la puerta, era una casa pequeña de dos cuartos, sala, cocina y comedor, todo estaba muy limpio, ordenado y se sentía acojedor, aun así no encontré ninguna retratera o cuadro, en realidad no me importo.
En la parte de atrás estaba la lavanderia, me di cuenta que la casa estaba sobre una colina, desde mi patio trasero se podría ver toda la ciudad y la playa.
No tenía mucho que desempacar, guarde lo que traía en la mochila en una sola de las gavetas del armario, hay fui conciente qué mi vida era muy pequeña, todo de mi entraba en una sola gaveta.
Los mininos de nombre Noche y Atardecer, ya se imaginarán porque además como se llama cada uno, daban vueltas por toda la casa para luego tumbarse sobre el sofá.
Llegado el medio día sabía que debía ir de compras, tenía que llenar la despensa y de ser posible encontrar un trabajo de medio tiempo, volvería a la escuela si, pero el periodo escolar no empezaría hasta el siguiente año, apenas estábamos en septiembre.
Sali de la casa tomando las llaves prometiendo a Noche y Atardecer qué volvería pronto trayendoles algo de comer, parecieron entender.
Editado: 15.12.2024