Esa noche conoció a un tipo muy parecido a Kornet, se engaño a si misma tapando su dolor con orgullo y despecho, tomó de más para valentía, según ella, pero la realidad es que quería culpar al alcohol de cualquier idiotes que hiciera y así justificarse al abandonar al tipo al día siguiente, porque si, esta vez lo llevaría al departamento, quería sacar el frío de la ausencia de él con otro hombre.
No le fue difícil, él deseaba su cuerpo como todos y se fueron juntos, pasaron la noche, entre las sábanas limpias de una habitación oscura y fría, dejo en claro que debía irse temprano por la mañana, que no quería verlo de nuevo y si el decía que se acostaron ella lo negaría, al él le dio igual, ella lo beso a su ritmo, con ganas, de olvidar ; no se dejó desvertir y apago las luces, dejo que el encontrara su cuerpo tibio, la besara donde el creía que le daría placer, la oscuridad tapó la indiferencia en ella que cerraba los ojos deseando que ya acabará para poder dormir.
Estando ebrios los dos se quedaron dormidos rápido, Luz se levantó temprano se vistió antes que el la viera desnuda, lo despertó pidiéndole que se fuera, la beso ella no supo que más hacer asi qué lo dejo hacerlo.
Para sorpresa de nadie, él la seguía buscando y por dentro estaba enojada por haberlo llevado a casa, por lo que trataba de estar lo menos en el apartamento para no tener que verlo, aun así seguía usándolo a ratos para lograr aquellos pequeños y desabridos órgasmos qué buscaba para evitar su soledad permanente.
Adriana se había dado cuenta de lo que pasaba, trato de buscar a Kornet pero este nunca contesto sus llamadas ni mensajes, tenía miedo que ella se fuera a hundir aun más en la deprecion por lo que se dispuso en buscar a alguien que pudiera hacerse cargo de Luz, faltaba un mes y medio para su cumpleaños número diez y ocho.
Para el próximo fin de semana está vez ella había pasado la noche en el departamento de este tipo, se levantó temprano, tomo el primer tren y volvió al suyo, caminaba entre cerrando los ojos por la luz del sol y por un dolor de cabeza fuerte qué se asomaba desde la base de su cráneo, se paró frente a su puerta rebuscando en su cartera y bolsillos la llave sin éxito se dio cuenta que la olvidó en el departamento del tipo y suspiro mientras caía en cuanta que tendría que volver, no podía llamarle porque desde que Kornet dejo de ir a verla dejaba el celular en casa para no revisarlo una y otra vez esperando que el le escribíera, estaba lamentandose mientras frotaba su cabeza en la puerta cerrada sosteniendo el pomo de la puerta en su mano; cuando escucho el sonido de unas llaves a la par de la oreja.
".. ¿Donde pasaste la noche?.."
Nisiquira tuvo que voltear a verle para saber que era Kornet qué con el ceño fruncido sacaba el humo del cigarro que estaba fumando mientras Adriana los miraba con cara preocupada apretando su bolso contra ella. Luz giro la cabeza mientras se incorporaba para verlo, tenía tanto atorado en el pecho, tanto que decirle que sintió las palabras la ahogarian, el dolor de cabeza y la resaca se habían hido, el corazón lo sentía en sus pies, con todo y el peso de sus sentimientos, ansiedad, depresión, ira, dolor, solo pudo dar dos pasos para eliminar la distancia que había entre los dos y abrazarlo.
".. Te fuiste... Me dejaste... No volviste..."
".. Lo se, lo siento... Ya estoy aquí.."
Adriana se marchó mientras aun ellos estaban abrazados, lo hizo para darle oportunidad a Luz que hablara con el, también porque sabía que si ella le decía la verdad de lo que estaba pasando, era mejor que ellos solucionen lo que deban mientras estaban solos.
Luz lloraba mientras seguía aferrandose a sus brazos y pecho, le dolía verlo ahí no solo porque lo extrañaba, le dolia porque sabía lo que ella había estado haciendo con el otro tipo, no sabía como decirle a Kornet, no estaba lista para ver su cara de desprecio, pero ella podría ser cualquier cosa, pero no quería ser mentirosa, pensaba que mentir era avergonzarse de quien uno es.
".. Tenemos que hablar.. Tengo que decirte algo..." le dijo mientras se separaba de él y daba unos pasos hacia atrás, tomando las llaves para abrir la puerta, sentía subirle lo colorada de la vergüenza de afrontarlo y decirle la verdad.
".. Si, como de donde estuviste y con quien.. Llegue ayer ya tarde.. No te encontré te llame y no contestas, ¿Y tu teléfono?.." soltó de golpe y sin respirar con tono molesto y ofuscado, muy distinto a el tono que uso cuando la abrazo, de nuevo fruncia el ceño.
"Yo...tengo que decirte.. " abrió la puerta de par en par y lo invito a pasar.
Editado: 15.12.2024