Tal vez se creería que después de haber visto a Kornet no volvería a Mirai, pero fue todo lo contrario, era como si su encuentro hubiera hechado combustible a esa braza qué la quemaba.
Volvió a su casa, reviso que todo estuviera bien y en orden, su tren saldría a las 6 así que se quedó sentaba en una silla que estaba en el jardín trasero viendo el sol empezar a caer incapaz de llorar, pensar, sentir dolor o alegría, ni siquiera era culpa, su pecho parecía un agujero tan grande que lo adsorvia todo, sabía que lo que hiba a hacer no serviría de nada, que al final del día la soledad sería aún mayor, pero no le importaba quería sentir algo desesperadamente, de lo contrario su débil mente empezaría a pensar que estaba muerta, se preguntaba si eso era posible, si alguien más se sentiría así, si eran capaz de sentir tanta tristeza y dolor que su cuerpo no era nisiquiera capaz de procesarla, pero no había respuesta, lo único cierto es que una tremenda migraña empezaba a asomarse y el no haber comido en todo el día había empezado a alborotar su gastritis, aun así, no busco algo se comer, no estaba de ánimos, tomó su maleta y como si su cuerpo fuera en automático salió disparada por la puerta dispuesta a tomar todas las malas decisiones que pudiera, algo que estúpidamente le saco una sonrisita dolorosa, llena de resignación y ilógicamente de gozo por imaginar que al final de cuentas no importaba si era dolor, alegría, amor, odio o desesperación, solo deseaba desesperadamente sentir algo, algo que la hiciera sentír viva.
Llego a la estacion del tren, no había mucha gente ahí, tal vez sea por ansiedad social ella no volteaba a ver a la cara de las personas, pensaba que las personas al mirarla la juzgaba, la criticara como si la conocieran, o supieran lo que pensaba hacer, se quedo sentaba en una banca, con sus audífonos puestos mirando su teléfono fingiendo no importarle su entorno, sentía como el deseo de uir de la ciudad se volvía más grande, uir ¿De que?, ni ella lo sabía, pero quien sabe lo que pasa en la cabeza de alguien sano emocionalmente, o ¿Quienes están sanos, como identificarlos?, peor aun como adivinar lo que pasa en la mente de una persona con tantos miedos y traumas, habían ocasiones donde sentía que podría adivinar lo que los demás pensaban o lo que sentían, pero se decía a si misma que no era capaz ni de manejarse a si misma que hacia pensando en los demás.
Su tren llego al anden, se subió de inmediato busco la banca más al fondo en el bacon más vacío y se sentó pegada a la ventana qué abriría para evitar el mareo, miraba por la ventana hacia el anden vacío cuando alcanzo a escuchar el cierre de la puerta, se acomodo en su asiento y por el rabillo del ojo vio una sombra que paso corriendo entrando al interior del vagon, chocando con el hombro en el interior haciéndolo tambalearse un poco y callendo al sueño de este, justo antes que las puertas se cerraran y el entren se pusiera en marcha, Luz se deslizó hacia el borde su asiento para ver al tipo tirado en el suelo el cual llevaba una sudadera gruesa color azul, camisa blanca y jeans, tenía una mochila con la que amortigo el golpe pero se acariciaba el hombro como si le doliera, no sabía si era buena idea preguntarle algo o ayudarlo, los demás que hiban en el vagon se levantaron de sus asientos y se fueron al siguiente pero como ella estaba sentada en el último asiento no podría hacerlo sin pasar por encima de él.
Cerro sus ojos se recostó en su asiento y suspiro, decidió que no haría nada sea cual fuera la razón de porque entro así, ya tenía muchos problemas, se quedo así unos minutos, cuando abrió los ojos se sobre salto porque ahora lo tenía sentado frente a ella en el otro asiento viéndola con una sonrisa de lo más falsa, el chico tenía el cabello largo y negro, la piel de lo mas pálida, era delgado y alto, no podría negar que era muy atractivo y su sonrisa podría conquistar aunque fuera fingida, pudo ver el color de sus ojos, tenían un extraño brillo dorado muy intenso:
".. Dorados.." se le escapó de la boca tapándosela inmediatamente, el saco un par de lentes que traía en la sudadera y se los puso, justo en ese momento entraron a un túnel.
".. Son muy claros a la luz del sol, se ven así.." el le respondió volviendo a sonreír con esa expresión fingida, pero en efecto sus ojos ahora se miraban de un marrón muy claro.
".. Disculpa, espero no haberte ofendido.."
".. No, descuida.. Un placer soy Cecilion D. Lucios.. "
".. Hola, me llamo Luzatzen Argia Valley.."
".. Que interesante nombre.."
".. Eres el segundo que me dice algo así..."
".. ¿Ah, si?.. ¿Te hablaron sobre el origen de este?.."
".. No exactamente, se que viene de una lengua que ya desapareció.. Algo así.. "
".. Si, algo así.. "
Por alguna razón él no le causaba ansiedad y las palabras no se le atoraban en la garganta, lo quedaba observando, aunque el parecía querer ser amable con ella, sentía cierta hostilidad y le era desagradable.
".. Disculpa, pero no me agradas, no te conozco pero no me agradas.." ella misma se sorprendió porque no sintió una ola de calor en sus mejillas en su lugar sentía unas ganas inmensas de alejarse de aquel chico guapo con sonrisa finjida.
".. Oh, lamento oír eso, pero esta bien, agradezco la sinceridad.. A mi si me dio gusto .." lo dijo pero su rostro tenía una expresión algo sombría, con una sonrisa algo tetrica, pensó que esa sonrisa le quedaba mejor.
Editado: 15.11.2024