Luzbel

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La humanidad seguía luchando por sobrevivir en un mundo devastado por desastres naturales. Los terremotos, huracanes y tsunamis habían dejado a millones de personas sin hogar, sin comida y sin esperanza, pero en medio de todo este caos, algo nuevo había llamado la atención de los humanos. El agujero negro que había aparecido en el cielo había comenzado a cambiar. Se había vuelto más grande, más oscuro y más amenazante.

En una ciudad devastada por un terremoto, una mujer llamada María se encontraba sentada en medio de los escombros, llorando desconsoladamente. Había perdido a su familia en el desastre y se sentía completamente sola. De repente, miró hacia arriba y vio el agujero negro en el cielo. Se sintió aterrorizada y se preguntó si eso era el fin del mundo.

En otro lugar, un grupo de supervivientes se había reunido en un refugio improvisado. Estaban discutiendo sobre qué hacer a y cómo podrían sobrevivir en un mundo que parecía estar en ruinas.

— Vamos. Tenemos que encontrar una manera. No podemos simplemente sentarnos y esperar a que nos consuma.

Pero otro miembro del grupo se opuso a la idea.

— No podemos hacer nada para detenerlo. Es imposible. Nosotros no somos nada contra esa cosa.

Mientras tanto, en un hospital de campaña, un médico llamado Juan estaba trabajando sin cesar para tratar a los heridos. Estaba exhausto, pero no podía dejar de trabajar.

De repente, una enfermera se acercó a él y le susurró algo al oído. Juan se sintió aterrorizado y miró hacia arriba, hacia el agujero negro.

— Esto... es algo grave.

La humanidad se sentía impotente frente al agujero negro. No había forma de detenerlo, no había forma de escapar de su influencia. La única cosa que podían hacer era esperar y ver qué sucedía, pero mientras esperaban, las personas no podía evitar preguntarse: ¿Por qué había aparecido el agujero negro sin ningún tipo de anticipación ?

Los científicos que habían estudiado el agujero negro sabían que era un fenómeno cósmico que no podía ser detenido. Los desastres naturales que habían devastado el planeta habían destruido la mayoría de los equipos de investigación, dejando a los científicos con muy pocas herramientas para estudiar el fenómeno. A pesar de las limitaciones, los científicos seguían investigando, tratando de entender el alcance del daño que el agujero negro estaba causando. Y lo que encontraban era aterrador.

— El agujero negro ya está causando estragos en la Vía Láctea— , dijo el Dr. Patel, un astrofísico que había estado estudiando el fenómeno. Se acercó a otros de sus colegas y algunos mandatarios que yacían ahí —. Está absorbiendo materia y energía a un ritmo alarmante, y eso está afectando la estabilidad del planeta.

Los científicos también habían descubierto que el agujero negro estaba causando una serie de efectos secundarios, como la distorsión del espacio-tiempo y la alteración de los patrones climáticos.

— Es como si el agujero negro estuviera cambiando las reglas del juego— dijo el Dr. Rodriguez, un físico teórico—. Esto es algo que no esperábamos tan pronto, y, señores... es imparable.

Las personas a su alrededor se quedaron en silencio, sintiendo cómo esa verdad los golpeaba con brutalidad.

Los científicos seguían debatiendo y analizando los datos disponibles sobre el agujero negro. Sin embargo, a medida que pasaban las horas, la incertidumbre y la confusión solo aumentaban.

— Creo que estamos frente a un fenómeno completamente nuevo— dijo el Dr. Kim, un astrofísico coreano—. Nunca hemos visto un agujero negro que se comporte de esta manera.

La reunión de científicos se prolongó durante horas, con cada uno presentando sus teorías y datos. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche sin obtener algo realmente claro, la impotencia y la angustia era la que empezaba a consumir a cada uno.

— Esto es como tratar de encontrar una aguja en un pajar—, dijo el Dr. Patel, frustrado—. No sabemos qué estamos buscando, y no sabemos cómo encontrarlo.

El Dr. Kim asintió en acuerdo.

— Pero no podemos rendirnos. Debemos seguir investigando, seguir buscando respuestas. Porque si no lo hacemos, nadie más lo hará.

La verdad era que el agujero negro estaba siendo atraído por una fuerza que los científicos no podían entender. La energía negativa que se había desatado en la Tierra por la acción de los humanos era como un imán que atraía al agujero negro hacia el planeta.

La destrucción, la violencia, la codicia y la ambición que habían caracterizado a la humanidad durante siglos habían creado una aura de energía negativa que rodeaba al planeta. Y el agujero negro, como un parásito cósmico, se estaba alimentando de esa energía, pero los científicos no podían descubrir eso. No tenían la capacidad de medir la energía negativa que se había desatado en la Tierra. No podían entender que el agujero negro no era solo un fenómeno físico, sino también un reflejo de la conciencia colectiva de la humanidad.

Así que seguían investigando, seguían buscando respuestas en la física y la astronomía. Pero la verdad era que la clave para entender el agujero negro estaba en la espiritualidad, en la conciencia y en la conexión con el universo.

Y mientras los científicos seguían buscando respuestas en el exterior, la humanidad seguía creando más energía negativa, más destrucción y más sufrimiento. Y el agujero negro seguía creciendo, seguía alimentándose de la energía negativa que se había desatado en la Tierra.

En medio de la devastación y el caos, había algunas personas que habían sobrevivido a los desastres y que comenzaban a darse cuenta de la verdad. Eran personas que habían sido tocadas por la espiritualidad, que habían experimentado la conexión con el universo y que habían entendido la interconexión de todas las cosas.

Una de ellas era una mujer llamada Aria, que había sobrevivido a un terremoto que había destruido su ciudad natal. Aria había sido una persona muy espiritual antes del desastre, y después de él, había sentido una conexión aún más profunda con el universo. Mientras caminaba por las ruinas de su ciudad, Aria comenzó a sentir una energía negativa que parecía envolver todo. Era como si la destrucción y el sufrimiento hubieran creado una capa de energía negativa que cubría el mundo.




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