—Como les dije, ver el espejo de otra persona no necesariamente ayuda, la prueba al final de ese chico, no nuestra—Dijo Diego mirando a Sandra— Pero está bien, tampoco es como que puedan hacer cambiar a alguien con palabras.
—Conmigo funciono—Dijo Alejandro.
—Supongo que también depende de que tan ingenuo sea una persona—Dijo Diego acogiéndose de hombros.
—Oye—Le dijo Alejandro girándose para verlo directamente.
— ¿Qué tanto hablan ustedes?— Preguntó José mientras su sonrisa se ampliaba— Ayer enfrente a un par de locos así que es bueno poder enfrentar a otros más cuerdos de vez en cuando.
Diego quería preguntar sobre ellos pero sabía que en ese estado era difícil compartir ideas.
José corrió hacia Diego, lo tenía especialmente fichado por lo que pasó hace días, entonces con suave zapatazo contra el suelo, el viento de Diego lo arrojo lejos, esta vez de forma menos violenta.
Alejandro se acercó a José y le lanzo un golpe pero este logro evitarlo, entonces usando su otra mano como soporte, giro sobre sí mismo para lanzar una patada giratoria que Alejandro no logró evitar y termino siendo golpeado en el rostro.
El golpe por sí solo no lo hubiese noqueado, o eso pensaba, el punto es que ahora sentía mucho menos que normalmente. El chico menciono que se debía a las defensas mágicas.
José regreso a su postura normal y se preparó para lanzar otra veloz patada para terminar con Alejandro pero un viento lo empujó hacia atrás, suavemente.
— ¿Puedes ser selectivo?— Peguntó Alejandro dándose cuenta de que el viento no lo golpeo directamente.
— ¿Ustedes no?— Diego lo miró.
Alejandro quería decir que en realidad no lo había intentado.
—Concéntrense—Les dijo Sandra lanzando nuevamente fuego para alejar a José quien se estaba preparando para patear a alguno de los dos— Solo necesito mirar dentro de espejo y no están ayudando.
—Claro—Diego se preparó nuevamente y Alejandro hizo lo mismo lanzándose hacia José quién esquivo por poco las llamas de Sandra.
José lanzo una patada para evitar el brusco acercamiento de Alejandro. Sandra miraba el espejo en su mano con atención, lo exponía pero no podía acercarse como Alejandro por lo que decidió rodearlo.
Diego observaba los movimiento de todos y se mantenía cerca para alejar a cualquiera de los ataques brucos.
Alejandro uso el hielo para congelar el suelo cerca de José quien nuevamente comenzó a tener dificultad con el suelo, aunque en realidad estaba mirando a Sandra quien se acercaba lentamente por detrás.
Diego se movió hacia ellos rápidamente y usando el viento logro alejar a Sandra quien estaba demasiado cerca de la patada de José.
José comenzaba a ver a Diego como el más molesto así que salto fuera del hielo y corrió hacia él.
— ¡Ale, detenlo!— Gritó Diego y uso el viento para alejarlo de manera más violenta que antes al grado de levantarlo de suelo.
Alejandro comprendió y entonces con un pico de hielo grande, era agotador usarlo, pero el pico fue lo bastante ancho para detenerlo antes de que terminara de caer provocando que impactara con mucho vuelo.
Sandra entonces corrió hacia el aturdido José.
José movió su mano y entonces alguien más se reflejó por su cercanía.
—Esto no debió pasar ¿Verdad?— Preguntó Alejandro hacia un confundido José. De hecho Alejandro se sorprendió al ver a dos José ahí.
— ¿Qué haces aquí?— Preguntaron ambos José al unísono.
—Es enorme— Dijo Alejandro fijándose en el José que era muy grande y que se movía difícilmente en el especio pequeño— Debe ser duro para alguien que practica como dar patadas a distancia.
—Lo es, pero ¿Qué haces aquí?— Pregunto José, el de tamaño normal— No deberías estar aquí pero creo que esto ya paso antes…
—De hecho ha habido un error, así que me…—Comentó pero el pie enorme trato de apastarlo a lo que este por poco no lo esquiva— ¿Es tu pesadilla? Tú mismo…
—Solo sal de aquí, puedo hacerlo solo— Dijo José mientras regresaba a su posición de pelea— Que hayan aparecido todos, es molesto de verdad ¿Saben?