Irene se encontraba frente a ese gran espejo de nuevo, pero esta vez el diamante negro estaba detrás, tratando de salir violetamente por aquel espejo.
—Debes ser mía— Reconocía esa voz, a tal grado de que escucharla la hizo llorar.
Sandra estaba en medio de la ciudad, pero el cielo era rojo, como lo había visto antes durante sus visiones pero claramente eso no era una de ellas pues lo que estaba viendo precia mucho peor. Lo peor eran las personas que la rodeaban.
Gente con ojos rojos golpeándose furiosamente, sin preocuparse por nada y sonriendo como locos aunque estuvieran sangrando o estuvieran perdiendo. Mujeres, hombres e incluso niños habían sido afectados por esa masiva fiebre mágica.
— ¡A-ayúdame!— Dijo una voz en el cielo. La voz la había escuchado en algún lado pero no sabía dónde— Todo esto es culpa de…
Sandra se preguntó qué clase de sueño fue es ¿Era otra prueba? No, ese sueño no era como el de sus padres. Ese daba mucho más miedo a su modo ¿Era algún tipo de visión del futuro?
Sandra pensó que no era momento de pensar en eso. No de momento. Mejor prepararse para ir a la escuela. Ya se acercaba el fin de semana y tenía una fiesta pendiente para la semana que viene con Uriel, a la cual también irían sus amigos.
Ya no quería involucrarse con nada de eso, pero parecía que los problemas la seguían, quiera o no.
Pensaba, muy a su pesar, que la única forma de terminar con ese asunto para siempre, era atrapando a quien estaba mandando a los usuarios a cazarlos por alguna razón que aún no comprendía.
— ¿Irás a la fiesta?— Preguntó Anahí verdaderamente sorprendida de la respuesta de José. Estaba sentado su lado, como siempre, mientras esperaban al profesor— ¿No te golpeaste la cabeza, Pepe?
—No es tan sorprendente— Le dijo José mientras la miraba de mala gana— Supongo que es una forma de entablar relaciones. Otros amigos también irán así que creo que se dará un buen ambiente.
— ¿Otros?— Preguntó ella con curiosidad— Ah, los chicos raros, claro. Aunque podrías hacer lazos sin ir a fiestas, por ejemplo, yendo a un centro comercial o al cine ¿No? Pensé serías más de eso.
José se preguntó internamente del porque aquella descripción, aunque en realidad podía sospecharlo.
—Y lo soy— Dijo José encogiéndose de hombros— Pero una fiesta universitaria sería interesante, al menos vivirla una vez.
—Es un buen punto, perfecto— Dijo Anahí levantando su pulgar en su dirección— Yo también iré, podría ser divertido. Aunque es un compromiso a largo plazo.
— ¿No quieres ir?— Pregunto Catherine mirando a Alejandro totalmente sorprendida— ¿No iba ir Sandra y ellos también?
—No es lo que dije, solo digo que si quieres no vamos y hacemos otra cosa— Le ofreció la opción Alejandro— La verdad es que es lo de menos mientras estemos juntos, al menos así lo veo yo.
—Yo también lo veo así— Le dijo Catherine finalmente mientras acariciaba sus cortos cabellos. No entraron a su primera clase y estaban en la zona de pastos detrás de la escuela— Supongo que aún tenemos tiempo para pensarlo, no deberíamos presionarnos, al final lo importante es divertirnos.
Alejandro asintió finalmente.
—Buenos días— Irene saludo a María sentándose a su lado. Se mostró preocupada al instante— ¿Estás bien? ¿Paso algo?
—No te preocupes, solo estaba pensado en algunas cosas— Dijo María en respuesta mientras le sonreía tranquilizadoramente— ¿Has visto algunas imágenes sobre los casos de Jack? Ayer las estaba viendo y son perturbadoras…
Irene solo pudo sonreírle. Era su amiga pero odiaba que desviara la conversación para no hablar de sus problemas. Era muy parecido a su hermano en ese aspecto, la diferencia es que con ella se notaban los problemas en su rostro.
—Buenos días— Les saludo Gabino sentándose a un lado de María— ¿Si dormiste anoche?
—Si— Le respondió María cortantemente.
Irene no pudo evitar hacer una mueca al notar el ambiente y se mostró más interesada en sus notas de la clase pasada.
— ¿Qué tienes?— Preguntó el chico interesado en el estado de ánimo de la chica.
—No te molestes, deberías saber perfectamente— Le dijo ella mientras la miraba fijamente— Eres bastante injusto con lo dices y haces. Ya te dije que es lo que te puedo ofrecer, tómalo o déjalo.
— ¿Un amistad? ¿Después de tanto?— Pregunto Gabino mirándola molesto— La injusta eres tú, primer me dices tus sentimientos, me pides que me quede contigo de una u otra manera y ahora me sales con esto…
— ¿Yo?— Preguntó ella mirándolo molesta— Tu sabías lo que hacías desde el principio y si te abrí mii corazón fue porque eras mi amigo.
— ¿Tu amigo? ¿Ves como si eres egoísta?— Le reclamo Gabino haciendo una mueca— Me dijiste que me necesitabas, que me amabas y ahora solo soy tu amigo ¿De verdad? No puede ser que no actúes como una adulta ¿O esperas tenernos a ambos a tu antojo?
—Oh, no lo metas en esto— Le dijo María mostrándose más molesta.
— ¿Por qué no?— Gabino le miro alzando una ceja— Todo es por él ¿No? No te decides por él pero él también te hace daño y no quieres verlo, prefieres pensar que estará ahí pero su problema va más allá de eso.